En la UdIE entendemos que la innovación educativa es la creatividad aplicada a los procesos de aprendizaje, con el requisito de la participación activa del estudiantado y en la mayoría de los casos con la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). La innovación supone, entre otras cosas, comunicación, motivación, cambio... Afecta principalmente a las metodologías empleadas por el profesor en la interacción académica, pero también en la organización y planificación del tiempo de estudio y trabajo del alumnado.

A veces se incluyen dentro del concepto de innovación educativa iniciativas y propuestas que no son exactamente innovadoras, o que ya hace tiempo que han dejado de serlo; en otras ocasiones vemos actividades clásicas reformuladas con la ayuda de las TIC. La innovación, pues, es un hecho con caducidad y, a la vez, inestable, dinámico, en continua revisión.

A diferencia de otras perspectivas que presentan la docencia como un proceso unidireccional, lineal, en el UdIE entendemos también que la docencia universitaria es necesariamente un proceso comunicativo,  interactivo y multidireccional, lo que hace imprescindible la implicación activa de profesorado y alumnado: docencia y discencia mantienen una relación de interdependencia constitutiva, son indisociables. En consecuencia, los diferentes estilos docentes posibles son paralelos a diferentes estilos de aprendizaje y las dos partes de la ecuación son responsables del resultado final. Aun así, hay que decir que el profesorado ocupa una posición privilegiada a la hora de establecer dinámicas de aprendizaje y dirigir los procesos académicos por tal de conseguir los mejores resultados posibles.

Por último, consideramos que la docencia universitaria es una actividad necesariamente contextualizada, dependiendo de las variables concretas del entorno, y que por tanto no admite planteamientos normativistas: no hay recetas.