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Científicos de la Universitat de València determinan el origen y expansión de la fascioliasis humana en América del Sur

  • 7 abril de 2017

La Unidad de Parasitología Humana de la Universitat de València en colaboración con investigadores uruguayos ha determinado el origen y expansión en Sudamérica de la fascioliasis, una enfermedad emergente que afecta a 17 millones de personas y con gran riesgo de expansión. El equipo ha demostrado por medio de análisis moleculares que el vector de la afección (especie que la transmite, en este caso un tipo de caracol de agua dulce) es diferente en las zonas andinas de las zonas bajas. La investigación es parte de la iniciativa mundial de la OMS contra la fascioliasis humana y se ha publicado en la revista ‘PLOS Neglected Tropical Diseases’.

María Dolores Bargues, Santiago Mas-Coma y Patricio Artigas.
 

“La fascioliasis es una enfermedad emergente, que puede provocar la muerte en humanos y causa enormes pérdidas en ganado. Se trata de una afección causante del subdesarrollo de las comunidades afectadas y muy relacionada con el cambio climático, que actualmente se está expandiendo geográficamente y cuyo reservorio son especies de ganado”, explica Santiago Mas-Coma, catedrático de Parasitología de la Universitat de València, experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enfermedades parasitarias y coordinador del grupo OMS/FAO/Naciones Unidas de la institución académica.

La principal aportación de la investigación es que la especie vectora, en este caso el caracol que transmite la enfermedad en Sudamérica, es diferente en las zonas altas andinas (Galba truncatula), como Bolivia y Perú, de las zonas bajas (Lymnaea neotropica), como Uruguay, donde esta enfermedad tiene una escasa afección en humanos. “El grupo, además, ha dilucidado el origen de la enfermedad en Uruguay. Es consecuencia de la introducción del parásito y del vector mediante el manejo de ganado por los españoles en los primeros años de la colonización cuando se transportaba la plata desde las minas de Potosí en Bolivia”, añade Mas-Coma.

María Dolores Bargues, catedrática de Parasitología de la Universitat de València, ha desarrollado los estudios moleculares de la investigación. “Ha sido una ardua labor de secuenciación del parásito y sus vectores. Hace años desarrollamos unos marcadores de ADN que ahora nos han permitido analizar la trazabilidad de la enfermedad en el pasado y su correlación con los inicios de la colonización española en la época del Virreinato de Río de la Plata que se extendía desde Buenos Aires hasta el Alto Perú. Fue emocionante ir verificando cómo los datos moleculares iban progresivamente dibujando una dispersión de la enfermedad que se ajustaba a la historia de la colonización”, ha destacado.

El trabajo ha sido realizado en colaboración con la División de Laboratorios Veterinarios Miguel C. Rubino (DILAVE) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay. El proyecto ha sido financiado para toda América Latina por la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), coordinada por Gerrit Viljoen, de la Sede Central de este organismo en Viena y forma parte del programa de la Organización Mundial de la Salud para erradicar la fascioliasis humana. En la investigación, además de Mas-Coma y Bargues, por parte de la Universitat de València también ha participado el investigador Patricio Artigas, de la Facultad de Farmacia.

Valeria Gayo, veterinaria encargada de endoparásitos de la DILAVE, ha coordinado el Proyecto de la IAEA por parte latinoamericana. Los profundos conocimientos de esta experta en fascioliasis en Uruguay han sido clave. En Uruguay la información disponible sobre el ganado y su historia es muy superior a otros países de América. “Esta base de conocimiento y las aportaciones de Gayo y más expertos uruguayos han sido cruciales para un estudio cuyos resultados demuestran que no hay un riesgo serio de infección humana y que el principal vector en el país es diferente del que siempre se había pensado”, apunta Mas-Coma.

“A pesar de llevar trabajando más de 25 años sobre esta enfermedad en Bolivia, Perú y otros Países Andinos, ha sido un país no andino como Uruguay el que ha permitido un avance tan significativo para el conjunto de América. He aquí un bonito ejemplo de la importancia de la colaboración científica internacional y también de la denominada colaboración sur-sur”, completa el catedrático de Parasitología de la Universitat de València.  

 

Artículo:

Bargues MD, Gayo V, Sanchis J, Artigas P, Khoubbane M, et al. (2017) «DNA multigene characterization of Fasciola hepatica and Lymnaea neotropica and its fascioliasis transmission capacity in Uruguay, with historical correlation, human report review and infection risk analysis». PLOS Neglected Tropical Diseases 11(2): e0005352. doi: 10.1371/journal.pntd.0005352

 

Imatges Galeria:

2.- El pequeño caracol de agua dulce, vector de la fascioliasis humana y animal en zonas bajas de América del Sur.

3.- María Dolores Bargues del Equipo de OMS y FAO/Naciones Unidas de la Universitat de València, y los veterinarios uruguayos Valeria Gayo de la DILAVE y Jaime Sanchis de Salto.

4.- Santiago Mas-Coma, director del Equipo de OMS y FAO/Naciones Unidas de la Universitat de València, y Gerrit Viljoen de la Sede Central de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) en Viena.

5.- Mapa de introducción y expansión de la fascioliasis en Uruguay.

Imágenes: