Datos personales:
Nombre; Apellidos; Número del DNI; Lugar y Fecha de nacimiento;
Domicilio; Población; etc.
Datos impersonales:
Situación militar; Centro de reclutamiento; Centro donde
habrías de incorporarte al Servicio Militar o a la Prestación
Social Sustitutoria (PSS); Lugar y Fecha de incorporación; etc.
- Manifiesto mediante este escrito mi negativa a realizar
tanto el Servicio Militar Obligatorio como la PSS
que sólo tiene sentido en el marco impuesto por la
persistencia de la mili. Esta negativa habrá de
ser entendida como parte de mi colaboración activa
dentro de una campaña Desobediencia Civil que,
desde 1989, es bien conocida a lo largo y ancho del
Estado español con el nombre de Insumisión.
Concebimos la Desobediencia Civil como una forma de lucha
noviolenta, basada en la no-colaboración y la
resistencia activa ante normas o situaciones percibidas
críticamente como injustas, desarrollada de manera
pública y colectiva, y orientada a la resolución
pacífica de los conflictos.
- Nuestro propósito es denunciar públicamente la
siniestra y calamitosa influencia de las pautas
militaristas dentro de las sociedades y en las relaciones
entre ellas. Ningún ejército defiende la paz.
Los ejércitos occidentales sólo pueden defender la
estabilidad de un orden internacional injusto; asegurado
por el dominio económico, político y militar de los
países del norte, marcado por una inhumana falta de
proporción en el reparto de la riqueza y que es causa de
conflictos incesantes. El incremento de los gastos de
defensa en relación a las contribuciones sociales, la
expansión de la industria bélica, el tráfico de
armamento a países económicamente poco desarrollados o
sumidos en conflictos civiles, el apoyo a regímenes
basados en la injusticia y el privilegio, la complicidad
con la violencia y el terror ejercido por instituciones
como el ejército en esos países, o los mismos valores
que reproduce el militarismo, son elementos que se hallan
en la raíz de los conflictos armados.
- Esto es cierto a pesar de las pretensiones
fuertemente propagandísticas de legitimar
las estructuras militares redefiniendo las funciones de
los ejércitos en las denominadas "misiones de
paz" o "humanitarias". Es muy dudoso que
esas misiones puedan cumplir realmente sus objetivos
declarados de "pacificación", por eso
entendemos que responden mejor al intento de fabricar
cierto consenso social en torno a la necesidad del modelo
militar de defensa. En este mismo sentido nos
explicamos el empeño del Ministerio de la Guerra de
insuflar una mayor "cultura" o "conciencia
de defensa", en la "opinión pública",
mediante cínicas campañas de imagen, y en la escuela,
mediante la injerencia en el sistema educativo.
- La conscripción ha sido una de las formas tradicionales
de dominio de la institución militar sobre la sociedad
civil. La desaparición de la mili es entonces una
liberación; y esto es un mérito que, en gran parte,
corresponde al movimiento antimilitarista. Pero
apoyar la abolición del Servicio Militar no significa
defender la profesionalización del ejército. Las
reivindicaciones de los objetores de conciencia
antimilitaristas nunca se han circunscrito a la crítica
del tipo de reclutamiento del ejército, en consecuencia
no quedarán satisfechas con la anunciada suspensión del
Servicio Militar Obligatorio en un plazo determinado. Por
el contrario, al encontrarnos actualmente en el llamado
"periodo de transición hacia un modelo de fuerzas
armadas totalmente profesionales", queremos
continuar profundizando y en este sentido damos
todo nuestro apoyo a los insumisos en los cuarteles
en la práctica y en el discurso de la desobediencia como
instrumento político de cuestionamiento del modelo
militar de defensa; un modelo seriamente desprestigiado
que se pretende fortalecer durante su proceso de
reestructuración.
- Este proceso responde a designios que son dados de
antemano, desde arriba, sin que haya ningún lugar a la
libre discusión pública. Así, todo un conjunto de
decisiones relacionadas con la defensa militar se ha
tomado ignorando la voluntad popular. Es el caso de la
integración en la estructura militar de la OTAN y en
otros organismos internacionales de "seguridad"
ajenos al control de la ciudadanía, así como a sus
principios. Las campañas de insumisión, sin embargo,
tratan de estimular un amplio debate sobre la defensa. Es
la propia sociedad, sin la tutela de ningún poder
fáctico, la que debe reflexionar libremente sobre qué
es lo que hay que defender, cómo hay que defenderlo y
quiénes han de ejercer dicha defensa. En otras palabras,
se trata de democratizar la defensa.
- Al hablar de un "modelo militar de defensa" ya
estamos sugiriendo que éste no es el único posible, que
estamos en condiciones de repensar el concepto de
defensa y desde los diversos movimientos
sociales de plantear alternativas.
Consideramos la Insumisión y la Desobediencia Civil a
las imposiciones militaristas un modo adecuado,
responsable y participativo de trabajar por la paz
un modelo social de defensa, alternativo al
modelo militar identificando los verdaderos
enemigos de la sociedad en la explotación económica, la
exclusión social, la pobreza, el machismo, el racismo,
el autoritarismo y la violencia política y, en general,
cualquier forma de violencia contra los derechos humanos
y sociales adquiridos históricamente. Las múltiples
expresiones del militarismo nunca ha conseguido
identificar estos enemigos ni resolver los conflictos con
justicia, sino que han contribuido significativamente a
la perpetuación de este estado de cosas al que nos
enfrentamos.
Seguiremos desobedeciendo.
Información
del MOC - Informació del MOC.