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Templado pula en la maestra mano
el generoso pájaro su pluma,
o tan mudo en la alcándara que en vano
aun desmentir el cascabel presuma;
tascando haga el freno de oro cano
del caballo andaluz la ociosa espuma;
gima el lebrel en el cordón de seda
y al cuerno, al fin, la cítara suceda.


Comentarios:

Garcilaso pinta a Don Pedro de Toledo dedicado a la política, a la guerra o a la caza. Góngora se centra únicamente en la caza, pero a cambio hace gala de un exquisito uso del lenguaje técnico de la cetrería. El léxico empleado no consiste en cultismos, sino que era el usado normalmente por los cazadores. Por ello, si al lector de hoy en día estos versos le pueden resultar oscuros, ello no se debe a que Góngora fuera "nocturnal", como le llamó Quevedo en unos versos, sino a que hoy la gente ya no entiende de halcones y de caballos, sino de motos y coches.

Garcilaso propone cambiar el laurel por la hiedra, mientras que Góngora propone cambiar el cuerno por la cítara, una metonimia mucho más ajustada al contexto, y también mucho más concisa.

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