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Dos veces eran diez, y dirigidos | 1035 |
a dos olmos
que quieren, abrazados, ser palios verdes, ser frondosas metas, salen cual de torcidos arcos, o nervïosos o acerados, con silbo igual, dos veces diez saetas. |
1040 |
No el polvo
desparece
el campo, que no pisan alas hierba; es el más torpe una herida cierva, el más tardo la vista desvanece y, siguiendo al más lento, |
1045 |
cojea el pensamiento. |