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Cabo me han hecho, hijo, deste hermoso tercio de serranas; si tu neutralidad sufre consejo y no te fuerza obligación precisa, la piedad que en mi alma ya te hospeda	520
hoy te convida al que nos guarda sueño política alameda, verde muro de aquel lugar pequeño que, a pesar de esos fresnos, se divisa. Sigue la femenil tropa conmigo:	525
verás curioso y honrarás testigo el tálamo de nuestros labradores, que de tu calidad señas mayores me dan, que del océano, tus paños, o razón falta donde sobran años.	530

Prosificación: Hijo, me han hecho cabo de este hermoso tercio de serranas; si tu neutralidad sufre consejo y no te fuerza [ninguna] obligación precisa, la piedad que ya te hospeda en mi alma te convida hoy al sueño que nos guarda [una] política alameda, verde muro de aquel lugar pequeño que se divisa a pesar de esos fresnos. Sigue conmigo la femenil tropa: verás [como] curioso y honrarás [como] testigo el tálamo de nuestros labradores, que tus paños me dan mayores señas de tu calidad que del océano, o falta razón donde sobran años.
Notas: Un tercio, o regimiento de infantería, se componía de tres escuadrones de cuatro compañías cada uno. Cada compañía era dirigida por un capitán. El tercio lo dirigía un maestre de campo, pero en su ausencia asumía las funciones el capitán más antiguo, que recibía el nombre de cabo del tercio.
Observaciones: El anciano está usando términos militares: cabo, tercio, neutralidad. La comparación se funda en el numeroso grupo de serranas que dirige y en el hecho de que se le haya asignado la dirección del grupo por ser el más anciano (el criterio por el que se elige a un cabo). "Política" significa aquí "de ciudad", por oposición a rústica o villana. Es una alameda cuidada como un jardín de ciudad. La ropa del peregrino, en la que el anciano apreció señas del naufragio, le hace ver con más claridad aún que quien la lleva es un noble. Esto es la explicación de por qué el anciano considera que el peregrino será un honroso testigo de la boda. El último verso es una alusión jocosa a la edad, como es frecuente en los ancianos: o ya soy tan viejo que empiezo a desvariar, o tú has de ser un personaje importante.

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