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CORO  II
«Ven, Himeneo, y tantas le dé a Pales
cuantas a Palas dulces prendas esta
apenas hija hoy, madre mañana.
De errantes lilios unas la floresta
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cubran, corderos mil que los cristales
vistan del río en breve, undosa lana;
de Aracnes otras, la arrogancia vana
modestas acusando en blancas telas,
no los hurtos de amor, no las cautelas
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de Júpiter compulsen: que aun en lino,
ni a la pluvia luciente de oro fino,
ni al blanco cisne creo.
Ven, Himeneo, ven; ven Himeneo.»

Comentarios:

El coro de hombres ha deseado a los novios una descendencia masculina ejemplar, mientras que el coro de mujeres hace ahora lo propio con la descendencia femenina.

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