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872- 882 SIGUIENTE

Sellar del fuego quiso regalado
los gulosos estómagos el rubio
imitador suave de la cera,
quesillo dulcemente apremïado
875
de rústica, vaquera,
blanca, hermosa mano, cuyas venas
la distinguieron de la leche apenas;
mas ni la encarcelada nuez esquiva
ni el membrillo pudieran anudado,
880
si la sabrosa oliva
no serenara el bacanal diluvio.

Comentarios:

Los versos 873-882 forman la única rima de todo el poema (rubio/diluvio) separada por ocho versos intermedios. Sólo hay dos rimas más separadas que ésta. Es una rima que "se hace esperar", como el final de la comida. Se esperaba que la comida terminara con el rubio quesillo, pero se prolongó con las nueces, y el membrillo, y las olivas, y éstas, por fin, serenaron el diluvio. La comida parecía que no iba a terminar nunca igual que parecía que la pareja del verso 873 no iba a llegar nunca, pero la pareja llegó, mucho más tarde de lo habitual, al mismo tiempo que terminó la comida.

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