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GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA I |
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El 18 de enero de 1701, el príncipe elector de Brandeburgo fue coronado en Königsberg como el rey Federico I de Prusia. Allí formó una corte fastuosa, a imitación de Versalles.
Ese año murió el duque Felipe de Orleans, el
hermano del rey Luis XIV de Francia, y fue sucedido por su hijo Felipe. Su viuda, Carlota
Isabel, tenía una de las lenguas más afiladas de la
corte. Escribió unas memorias en las que censuraba
agriamente la corte francesa. A su marido lo pinta mediocre,
egoísta e infiel. Sobre este último aspecto dice: "Todos los jóvenes y muchos
viejos adolecen de este vicio [la homosexualidad] cualquier otra galantería es
ridiculizada y sólo entre el pueblo se ama a las
mujeres". De Mme. de Maintenon, la esposa de Luis XIV,
dice: "ella lo vuelve duro y
tiránico [al rey] hasta un punto tal, que ya no tiene piedad de nada".
Pero más interesante es su testimonio sobre la
situación del pueblo llano, como cuando relata lo que
sucedió un día en que se reunieron en la calle unos
seis mil trabajadores:
pidiendo a grandes voces pan y dinero, como no tenían nada que darles, detuvieron a una mujer que se hacía notar por su insolencia y la pusieron en la picota. Entonces empezó el tumulto; arrancaron a la mujer de la picota y se pusieron a gritar: "¡Pillaje, pillaje!", y corrieron, en efecto, hacia las panaderías y saquearon las tiendas. Llamaron a los soldados de la guardia para disparar sobre la chusma; pero los revoltosos, al darse cuenta de que sólo disparaban con pólvora para asustarlos, gritaron: "Ataquémosles, no tienen plomo". Entonces los soldados se vieron obligados a matar a varios. Esto duró desde las cuatro de la madrugada hasta el mediodía.
Fenelon seguía albergando la esperanza de cambiar la
actitud de la monarquía francesa, como se desprende de su Examen de conciencia de un rey,
que escribió para el Delfin Luis.
Una expedición organizada por el jesuita italiano Juan
María de Salvatierra confirmó que California era una
península.
En Leipzig había iniciado sus estudios de derecho un joven
de veinte años llamado Georg
Philipp Telemann. Había estudiado música
por su cuenta, y no dudó en abandonar sus estudios cuando
se le ofreció un salario por componer dos cantatas
mensuales para la iglesia de Santo Tomás.
En abril llegó a Madrid
el duque Felipe de Anjou, que el 8 de
mayo fue coronado como el rey Felipe V de España. Su abuelo, Luis XIV, lo
había despedido diciéndole: Desde hoy en adelante, ambas
naciones deben ser consideradas como si fuesen una sola.
Entre sus acompañantes destacaban el que era su principal
consejero, Charles Auguste
d'Allonville, marqués de Louville, el confesor que le
había designado su abuelo, el jesuita Guillaume Daubenton, el duque
de Noailles, así como Marie–Anne
de la Trémoille, conocida como la princesa degli Orsini, o de los Ursinos, porque
había estado casada con Flavio
degli Orsini, duque de Bracciano,
fallecido tres años atrás. Previamente había
estado casada con el príncipe de Chalais, con quien
había vivido bastante tiempo en España. (La princesa
tenía ya cincuenta y nueve años.) Durante su segundo
matrimonio había ejercido labores diplomáticas en
Roma, donde había entrado en contacto con el cardenal
Portocarrero.
Luis XIV concertó el matrimonio de su nieto con María Luisa de Saboya,
la hija de trece años del duque Víctor Amadeo II de
Saboya. Felipe V fue a recibirla a Barcelona, y aprovechó
la ocasión para convocar las cortes catalanas. Fue la
primera vez desde hacía un siglo que una reunión de
las cortes catalanas terminaba felizmente. El rey concedió
buena parte de lo que se le pidió y las cortes fueron
generosas con él. Mme. de Maintenon hizo que la princesa de
los Ursinos fuera nombrada camarera de la reina María
Luisa, con el encargo de dirigirla y tutelarla. La princesa
empezó a introducir en la triste corte española la
etiqueta, la moda y las costumbres de Versalles.
El rey francés había planeado el matrimonio para
estrechar sus relaciones con el duque de Saboya, dada la
importancia estratégica del ducado como acceso al norte de
Italia. En efecto, mientras el resto de potencias europeas
parecía aceptar el testamento del difunto Carlos II de
España, el emperador Leopoldo I invocó un acuerdo firmado en 1059 (lo que
se dice "ayer mismo") entre el Papa Nicolás II y Roberto
Guiscardo —a la sazón duque de Apulia y Calabria
(más o menos lo que ahora era el reino de Nápoles)—
en virtud del cual éste se declaraba vasallo del Papa, y
reconocía a la Santa Sede el derecho a nombrar sucesor
cuando se extinguiera una dinastía. Con esta sólida
base legal, envió un ejército a Italia bajo la
dirección del príncipe Eugenio, con el
propósito de conquistar el Milanesado (que lo tenía
más cerca que Nápoles). La nobleza napolitana
entró en negociaciones con el emperador y promovió
una revuelta, a la que tuvo que hacer frente el duque de
Medinaceli, que era entonces el virrey de Nápoles. Luis XIV
envió una flota a Nápoles bajo el mando de Victor
Marie d'Estrées y un ejército al norte de
Italia bajo el mando del mariscal Villeroi, cuya ineptitud militar
era cada vez más patente.
El capitán Kidd había sido llevado preso a
Inglaterra, donde fue juzgado, condenado por piratería y
ahorcado el 23 de mayo. Su
recuerdo permaneció vivo durante bastante tiempo a causa de
los rumores de que había enterrado parte de su tesoro en
algún lugar de Long Island, y no faltaron aventureros
dispuestos a encontrarlo.
También regresó a Inglaterra Daniel Defoe, donde
obtuvo un gran éxito con su libelo El verdadero inglés.
En Viena había cumplido veinticinco años Francisco
Rákóczi, el nieto del príncipe de
Transilvania Jorge II. Había sido educado por los jesuitas,
bajo la protección del segundo esposo de su madre, y
había llegado a ser nombrado príncipe del Imperio.
Sin embargo, se descubrió que había entrado en
negociaciones con el embajador francés en Viena, Claude Louis Hector, el duque
de Villars, y fue
encarcelado por ello. El duque de Villars fue invitado a volverse
a Francia.
El rey Guillermo III de Inglaterra estaba gravemente enfermo, no
tenía descendencia, y su cuñada Ana, la siguiente en
la línea sucesoria, acababa de perder al último de
los diecisiete hijos que había tenido con su esposo, el
príncipe Jorge de Dinamarca. Esto planteaba un grave
problema, ya que reforzaba las aspiraciones del derrocado Jacobo
II a recuperar su corona (o a transmitírsela a su hijo
católico, Jacobo Eduardo). Por ello, en junio, el parlamento inglés
aprobó la Acta
de establecimiento, por la que, a falta de herederos de
Guillermo o de Ana, la corona recaería sobre Sofía,
la prima de Jacobo II que se había casado con el que
después se convertiría en el príncipe elector
Ernesto Augusto I de Hannover, madre el actual príncipe
elector, Jorge I Luis. El acta exigía además que
todo soberano de Inglaterra perteneciera a la Iglesia Anglicana, y
añadía numerosas disposiciones para que la eventual
ascensión al trono de un monarca extranjero influyera en la
política inglesa.
El 8 de
julio, el rey Carlos XII de Suecia derrotó cerca
de Riga al ejército del rey Augusto II de Polonia. Se le
presentaba así una oportunidad de firmar una paz ventajosa,
pero, en su lugar, decidió invadir Polonia. Mientras tanto,
el zar Pedro I de Rusia se había ocupado de tomar las
medidas necesarias para reparar "el
honor herido de la santa Rusia", tras su derrota en Narva
del año anterior. Engrosó su ejército con una
leva de 200.000 hombres y contrató expertos occidentales en
armamento y metalurgia. Luego se lanzó a la conquista de Ingria, para lograr el acceso
al Báltico.
El tratado de Ryswick, que había puesto fin a la guerra entre Francia e Inglaterra cuatro años atrás, no involucraba a los indios iroqueses, que habían seguido combatiendo por su cuenta a sus enemigos jurados, los colonos franceses del Canadá. Ahora, finalmente, los canadienses lograban firmar con ellos un tratado de paz. El 24 de julio fundaron la ciudad de Detroit.
El príncipe Eugenio había ocupado el ducado de Mantua, y el 1 de septiembre derrotó en Chiari al mariscal Villeroi.
El 7 de septiembre, el emperador Leopoldo I firmó la Gran alianza de La Haya con Inglaterra y los Países Bajos. Influyó en ello que Luis XIV se había negado a que su nieto Felipe V renunciara a sus eventuales derechos a la corona francesa.
El 22 de septiembre, el duque
de Medinaceli sofocaba en Nápoles la conjura
proaustríaca, pero fue sustituido como virrey por Juan Manuel Fernández Pacheco,
el marqués de Villena.
Mientras tanto, el joven Domenico Scarlatti era nombrado organista
y compositor de la corte de Nápoles.
Luego murió el rey Jacobo II y, ya en 1702, Luis XIV reconoció a su hijo Jacobo
Eduardo como el legítimo rey Jacobo III de Inglaterra.
Ahora Luis XIV tenía información de primera mano
sobre la situación del gobierno de España y,
escandalizado, decidió poner orden. Envió a Madrid a
Jean Orry, señor de
Vignory, en calidad de
consejero de Felipe V, que pasaría a ejercer de
superintendente del ejército y ministro de hacienda,
así como al cardenal César
d'Estrées, tío de Victor Marie
d'Estrées, en calidad de embajador.
Juan Tomás Enríquez de Cabrera, el almirante de
Castilla, que había sido cabecilla en la corte
madrileña de los partidarios del archiduque Carlos hasta
que el cardenal Portocarrero logró su destierro gracias al
motín de los gatos,
fue restituido en sus cargos y fue enviado como embajador a
Francia (ingeniosa forma de tenerlo a la vez controlado y lejos de
la corte), pero él marchó a Portugal y se puso a
negociar con el rey Pedro II en favor de los austríacos.
María Ana de Neoburgo se vio obligada por deseo del rey a
abandonar la corte y vivir en el alcázar de Toledo.
Un ejército francés ocupó el ducado de
Lorena. El duque de Villeroi fue hecho prisionero en Cremona,
así que en febrero fue
reemplazado por el duque de Vendôme.
Ese año murió el duque Federico IV de
Holstein-Gottorp, que fue sucedido por su hijo Carlos Federico, de dos
años de edad, bajo la tutela de su tío Cristián Augusto.
Desde la fundación de la colonia de Pennsylvania, los cuáqueros habían ido abandonando Jersey Oriental, hasta que llegó un punto en que decidieron desembarazarse de ella. El 17 de abril, Jersey Oriental y Jersey Occidental se unieron de nuevo en una sola colonia, que recuperó el nombre primitivo de Nueva Jersey.
Felipe V partió hacia Nápoles para dirigir
personalmente la guerra contra los austríacos.
Embarcó en Barcelona, tras protagonizar una despedida "made in Hollywood": su
esposa, María Luisa, le dijo: "Soy la mujer de un soldado, de un soldado que va a la
guerra", tras lo cual, rompiendo —para escándalo
de los presentes— la rígida etiqueta de la corte
española, se besaron apasionadamente. La reina, a sus
catorce años, fue nombrada gobernadora y lugarteniente
general del reino. Durante el regreso de Barcelona a Madrid
aprovechó para inaugurar las cortes de Aragón.
María Luisa de Saboya cumplió sus deberes con
dedicación, aunque se cuenta que en cierta ocasión
se lamentó: "La
ocupación de gobernar es muy honrosa, pero muy poco
divertida para una cabeza tan joven como la mía".
Mientras Felipe V estaba aún
embarcado, el 15 de mayo,
Inglaterra y las Provincias Unidas declararon formalmente la
guerra a Francia, y apoyaron al archiduque Carlos como
pretendiente a la corona española. Así se
inició oficialmente (aunque en la práctica
había empezado el año anterior) la guerra de sucesión
española. A los pocos días, el rey
Guillermo III de Inglaterra moría a consecuencia de una
caída de caballo. Como rey de Inglaterra, Escocia e
Irlanda, fue sucedido, de acuerdo con lo previsto, por su
cuñada, la reina Ana;
el principado de Orange y sus otros títulos y derechos
neerlandeses, pasaron al conde de Nassau Juan Guillermo Friso, que
cumplía entonces los quince años. Sin embargo, la
burguesía neerlandesa aprovechó la ocasión
para retomar las riendas del gobierno frente al partido nobiliario
representado por la casa de Orange. El poder pasó a manos
del holandés Anthonie
Heinsius, que había desempeñado un papel
destacado en la firma de la Gran
alianza de La Haya, el año anterior.
También en Inglaterra se produjeron cambios
políticos. Varios años de gobierno habían
desgastado al partido tory,
y poco antes de la muerte de Guillermo III, los whigs habían
conquistado el parlamento. Tanto era así que el duque de
Marlborough, que gozaba de gran influencia sobre la reina, pudo
ponerse al frente del país, pero para ello tuvo que pasarse
del partido tory al
partido whig. La
influencia del duque sobre la reina la ejercía en gran
parte a través de su esposa, Sarah Churchill (nacida Jennings), que era desde hacía tiempo la
principal confidente de la monarca.
En un discurso ante el parlamento, la reina Ana prometió
dar todo su apoyo a la Iglesia de Inglaterra, y los puritanos se
sintieron amenazados. Daniel Defoe se convirtió en su
portavoz al publicar su libelo (de título irónico) El medio más eficaz para con
los disidentes. Poco después fue encarcelado
acusado de blasfemia.
El rey Carlos XII de Suecia tomó Varsovia.
El 15 de junio, el rey Felipe
V de España llegó a Milán desde
Nápoles, donde se puso al frente del ejército
franco-español, hasta entonces a cargo del duque de
Vendôme. El compositor Alessandro Scarlatti decidió
también abandonar Nápoles junto con sus hijos, y
marchó a Florencia.
El 17 de julio el rey Carlos
XII de Suecia derrotó en Clissov
al ejército polaco, que había recibido refuerzos
sajones.
El 26 de julio Felipe V obtuvo
una victoria en Santa Vittoria
y el 14 de agosto
derrotó al príncipe Eugenio en Luzzara. Mientras tanto, la
flota angloneerlandesa hacía un intento de desembarcar en
Cádiz, que resultó frustrado. Por esas fechas,
Felipe V empezaba a padecer ataques de melancolía y
depresión, durante los cuales se negaba a ver a nadie que
no fuera su médico, su confesor o el marqués de
Louville. En septiembre el rey
regresaba a Milán.
Las noticias sobre la guerra llegaron a las colonias inglesas en
América al mismo tiempo que las del fallecimiento del rey,
así que allí la guerra fue conocida como la guerra de la reina Ana.
Mientras las colonias del sur apenas habían sido afectadas
por la guerra del rey Guillermo
(porque el enemigo era únicamente Francia, cuyas colonias
americanas estaban en el norte) ahora los ingleses americanos se
veían amenazados tanto por Francia al norte como por
España al sur. Las colonias sureñas fueron las
primeras en tomar la iniciativa, cuando James Moore, el gobernador de Carolina,
dirigió una expedición de colonos e indios contra
San Agustín, la capital de Florida. La ciudad fue tomada y
saqueada, pero los españoles resistieron en un fuerte hasta
que la llegada de barcos españoles obligó a Moore a
abandonar Florida. La empresa supuso un gran gasto para los
ingleses y no les proporcionó ningún beneficio, al
contrario, las finanzas de Carolina se hundieron durante
algún tiempo.
En octubre, el duque de
Villars derrotó al ejército imperial en Friedlingen, lo que le
valió el título de mariscal de Francia. Mientras
tanto, los hugonotes aprovecharon que los ejércitos reales
estaban ocupados para iniciar una sublevación en las Cevenas. Eran conocidos
como camisards, porque
vestían camisas blancas para reconocerse entre ellos en sus
ataques nocturnos. Pronto adoptaron como caudillo a Jean Cavalier, que se
había instalado en Ginebra cuando los hugonotes fueron
expulsados de Francia, pero que había regresado en cuanto
tuvo noticia de la rebelión, y no tardó en demostrar
grandes dotes como estratega.
El ejército sueco tomó Cracovia. Poco
después, los rusos tomaron la fortaleza sueca de Nöteborg.
Telemann fundó el Collegium
musicum, una coral de estudiantes, y fue nombrado
director de la ópera de Leipzig.
En enero de 1703 el rey Felipe
V de España se encontraba de regreso en Madrid, donde se
encontró un ambiente tenso, ya que una parte de la nobleza
castellana estaba indignada de ver cómo era Luis XIV quien
reinaba —de hecho— en España, a través de la
camarilla de consejeros franceses de su nieto. En los primeros
años, éstos se habían mantenido unidos, a la
espectativa de cómo reaccionarían los
españoles ante su presencia, pero las rencillas entre ellos
eran cada vez más abiertas. Por una parte, el
marqués de Louville se enfrentaba a la princesa de los
Ursinos y, por otra, tanto Louville como la princesa
coincidían en su odio hacia el embajador, el cardenal
d'Estrées. Tratando de zanjar el problema, Luis XIV
ordenó a d'Estrées y a Louville que regresaran a
Francia. Por otra parte, envió al mariscal René de Froulay, el
conde de Tessé.
Las negociaciones de Juan Tomás Enriquez de Cabrera
tuvieron éxito, y el rey Pedro II de Portugal prestó
su apoyo al archiduque Carlos a cambio de la promesa de varias
plazas españolas, entre ellas Badajoz y Vigo.
Además, Pedro II firmó con los ingleses el tratado
de Methuen, por el que
abria las colonias portuguesas a los comerciantes ingleses.
También el duque Víctor Amadeo II de Saboya
decidió cambiar de bando y, olvidando sus acuerdos con Luis
XIV, selló una alianza con el emperador Leopoldo I,
también con la promesa de incrementar sus dominios.
El emperador tuvo que ocuparse de un pequeño problema
sucesorio, y es que sus dos hijos, José y Carlos,
tenían únicamente descendencia femenina. En la
llamada disposición
leopoldina, estableció que, en ausencia de hijos
varones, Carlos sucedería a José, pero las hijas de
éste tendrían prioridad sobre las de aquél.
Francisco Rákóczi logró escaparse a Polonia,
desde donde se puso en contacto con la nobleza húngara y en
poco tiempo organizó una insurrección contra el
dominio de los Austrias.
El atamán de Ucrania, Iván Stepánovich Mazepa, entró en negociaciones secretas con Augusto II ofreciéndole su apoyo contra Carlos XII a cambio de un subsiguiente apoyo para independizarse de Rusia.
El zar Pedro I había conquistado ya Ingria y Carelia, y
estaba ocupándose de Estonia y Livonia. En la costa
báltica, en la desembocadura del Nevá, empezó a edificar la ciudad de
San Petersburgo, destinada
a convertirse en el nexo entre Rusia y Europa occidental.
Empleó para ello soldados, prisioneros suecos y otomanos, y
a deportados fineses y estonios. El zar dejó el proyecto en
manos de un amigo de la infancia: Alexander Danílovich Ménshikov, que
fue nombrado gobernador de los territorios del báltico.
En junio, Daniel Defoe fue
condenado a pagar una pesada multa y a ser puesto en la picota
pública durante tres días, por blasfemo. Este
castigo le valió una gran popularidad.
Un irlandés de treinta y un años, llamado Richard Steele, se
inició en la comedia con The
lying lover, basada en una obra de Corneille.
Ese año murieron los científicos ingleses Robert
Hooke y John Wallis. Isaac Newton fue elegido presidente de la
Royal Society.
También murió el escritor francés Charles
Perrault.
En septiembre, el duque de
Villars obtuvo una nueva victoria contra los alemanes en Höchstädt, en
Baviera.
El 19 de noviembre
murió en la Bastilla un misterioso personaje cuyo nombre se
desconoce. Había entrado cinco años atrás,
pero previamente había estado recluido en otras prisiones.
Fue enterrado al día siguiente bajo el nombre de Marchiali, e inmediatamente
fue destruido todo lo que había en su habitación.
Siembre había sido tratado con grandes miramientos, pero lo
que lo hace misterioso es que se le obligó en todo momento
a llevar el rostro oculto tras una máscara de hierro, y por
ello es conocido en la historia como el hombre de la Máscara de hierro.
Una revuelta de los jenízaros obligó al
sultán otomano Mustafá II a abdicar en favor de su
hermano Ahmed III.
Alessandro Scarlatti se instaló en Roma. En Venecia,
Antonio Vivaldi fue ordenado sacerdote a los veinticinco
años. Era conocido como il
prete roso (el cura pelirrojo), pero no tardó en
ser relevado de sus funciones, teóricamente por su mala
salud, pero tal vez tuvo que ver que anteponía la
música a sus obligaciones, y llegó en alguna
ocasión a dejar "plantados" a sus feligreses en medio de la
misa para anotar alguna idea inspirada que le acababa de venir a
la mente. Ese mismo año fue nombrado maestro di violino, y luego maestro di coro en el Ospedale della Pietà,
institución que acogía a muchachas huérfanas
o abandonadas y les proporcionaba una educación.
Después de algunos viajes en los que completó su
formación musical, Johann Sebastian Bach fue contratado
como organista de San Bonifacio
en Arnstadt, donde en 1704 compuso su primera cantata.
Georg Philipp Telemann aceptó el puesto de organista
y director musical de la iglesia
Nueva de Leipzig. El año anterior había
llegado a Hamburgo un joven compositor sajón de dieciocho
años llamado Georg
Friedrich Händel, donde ahora, a sus diecinueve
años, presentaba su Pasión
según san Juan.
El 29 de febrero, una partida
de indios conducidos por franceses cayó sobre Deerfield, en Nueva
Inglaterra, donde mataron a unas cincuenta personas y se llevaron
prisioneras a unas cien. Como respuesta, una flota con setecientos
hombres zarpó de Massachusetts con rumbo a Port Royal. Sin
embargo, no supieron cómo abordarla y, después de
rondarla durante algún tiempo, se volvieron igual que
habían venido. Más aún, los franceses
contraatacaron y tomaron algunas plazas que los ingleses
mantenían en Terranova.
El 24 de abril empezó a
publicarse el Boston
newsletter, el primer periódico de las colonias
inglesas en América.
En Maryland (la única colonia inglesa fundada por
católicos) se prohibió el culto público a los
católicos, aunque no hubo persecuciones.
El rey Carlos XII de Suecia expulsó de Polonia al rey
Augusto II. Un noble polaco se presentó como candidato al
trono y fue elegido con el apoyo del propio Carlos XII. Se
convirtió así en el rey Estanislao I Leszczynski. Augusto II se
retiró a su electorado de Sajonia y buscó la ayuda
del zar Pedro I de Rusia.
Los austríacos fueron expulsados de Hungría, y
Francisco Rákóczi fue proclamado príncipe
soberano.
Daniel Defoe publicó su Himno
a
la picota. Por estas fechas había pasado a
trabajar para el político Robert
Harley, que había influido en su
excarcelación.
Un irlandés de treinta y siete años llamado Jonathan Swift publicó
La batalla entre los libros,
en la que toma partido por los antiguos contra los modernos, y el
Cuento del tonel, en el
que predica la reconciliación de las Iglesias.
Tras la muerte de Hooke, sucedida el año anterior, Newton
se decidió a publicar su Óptica,
cuyos resultados Hooke reclamaba como propios. Newton no pudo
explicar algunas de sus observaciones con su teoría
corpuscular, y tuvo que recurrir a la teoría ondulatoria de
Huygens.
Ese año murió el filósofo inglés John
Locke. Leibniz acababa de terminar sus Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, su
réplica al Ensayo sobre
el entendimiento humano de Locke, que, ante su
fallecimiento, renunció a publicar. La obra está
dividida en partes y capítulos de título
análogo (cuando no idéntico) a los del Ensayo de Locke, si bien
Leibniz le dio forma de diálogo entre dos personajes: Teófilo (amigo de
Dios) representa a Leibniz (Teófilo es la versión
griega de Gottfried, el nombre de Leibniz), mientras que Locke
está representado por Filaletes
(amigo de la verdad). El diálogo resulta bastante
artificial, pues Filaletes
recita, a menudo literalmente, pasajes enteros de la obra de Locke
y Teófilo los comenta con relativa brevedad, por lo que, ni
uno tiene ocasión de reaccionar ante las objeciones del
otro, ni el otro tiene ocasión de exponer ordenadamente sus
propios argumentos.
También murió el obispo Jacques Bénigne
Bossuet, a los setenta y siete años. A causa de su
impopularidad y de las tensiones que estaban generando en la corte
española, Luis XIV hizo volver a Francia a la princesa de
los Ursinos y a Jean Orry.
El archiduque Carlos no había cumplido aún los
diecinueve años cuando se presentó en Portugal con
doce mil soldados, con los que trató de entrar en
España, aunque no tuvo éxito. Impidió su
avance James Stuart FitzJames,
el duque de Berwick, un
hijo ilegítimo del rey Jacobo II de Inglaterra, que ahora
estaba al servicio de Luis XIV.
En agosto, los ingleses
tomaron Gibraltar, plaza que se consideraba inexpugnable y, por
ello, estaba defendida por una guarnición muy reducida.
El 13 de agosto, el
ejército inglés y austríaco, dirigido por el
duque de Marlborough y el príncipe Eugenio, derrotó
en Höchstädt
al ejército francés, conducido por el mariscal Ferdinand de Marsin y por Camille d'Hostun, el conde de
Tallart. El
príncipe elector Maximiliano II de Baviera tuvo que
retirarse a Francia, mientras sus estados eran repartidos entre
Austria y el elector palatino, Juan Guillermo de Neoburgo.
Un poeta inglés de treinta y dos años, llamado Joseph Addison,
compañero de estudios de Richard Steele, celebró las
victorias de Marlborough con su poema La campaña. Se alistó en el
partido whig e inició una brillante carrera
política.
Los jesuitas habían logrado cierta influencia en China,
pero hacían escasos progresos en sus intentos de difundir
el catolicismo. Para tener alguna oportunidad se habían
visto obligados a hacer algunas concesiones y adaptar el ritual
católico a las tradiciones chinas. Así,
permitían a los chinos que depositaran en los altares sus
tablillas que representaban a sus antepasados, argumentando que
tan sólo era una forma de recordar a los difuntos, algo
totalmente compatible con la doctrina católica, pero los
dominicos consideraban que adorar a los muertos era incompatible
con el cristianismo. Finalmente, el Papa Clemente XI
condenó el ritual chino. Ese año condenó
también el jansenismo en la bula Vineam Domini.
El año anterior, el teólogo jansenista Pasquier
Quesnel (exiliado en los Países Bajos españoles)
había sido encarcelado por orden del rey Felipe V, pero
había logrado evadirse y ahora se instalaba en las
Provincias Unidas, donde se dedicó a justificar a Arnauld y
a su propia obra.
El dominio otomano sobre Mesopotamia era cada vez más
débil, los turcos no eran capaces de proteger a la
población de las incursiones de kurdos, beduinos y otros
pueblos nómadas montañeses. En la última
década, Bagdad se había sustraído a la
autoridad del gobierno central. Ahora el sultán tuvo que
admitir que el gobernador de Bagdad fuera elegido por la nobleza
local. Estos gobernadores fueron conocidos como mamelucos (esclavos), pues,
oficialmente, todos los súbditos del sultán eran sus
esclavos.
Unos años atrás, un arqueólogo y orientalista francés llamado Antoine Galland había logrado un gran éxito con la publicación de un cuento que había traducido del árabe al francés a partir de un manuscrito que había hallado en Constantinopla. Su título era El cuento de Simbad el marino, y en vista de la gran acogida que tuvo entre el público francés, ahora publicaba los dos primeros volúmenes de su traducción de una colección de cuentos orientales muy antiguos: Las mil y una noches. Los fragmentos más antiguos de los que se tiene constancia se remontan al siglo IX. De esa época es un manuscrito árabe titulado El libro del cuento de las mil noches, que al parecer es una compilación de cuentos de origen muy diverso (persa, indio, árabe, mesopotámico, egipcio). En los años siguientes Galland fue publicando más tomos. El cuento de Simbad (aunque también es muy antiguo) no formaba parte de Las mil y una noches, pero Galland lo incluyó en el sexto de sus volúmenes. Tampoco se sabe muy bien el origen de algunos cuentos, como el de Aladino y la lámpara maravillosa, o el de Alí Babá y los cuarenta ladrones, que no figuran en ningún manuscrito árabe conocido. Galland afirmó haberlos recibido oralmente de un monje en Alepo. El número de cuentos de la colección varía mucho de unas ediciones a otras. Lo que todas las ediciones tienen en común es la historia de Scheherazade, que sirve de marco a los demás cuentos: El sultán Shahriar desposaba cada noche a una virgen para después mandarla matar, hasta que le tocó el turno a Scheherazade, quien logró salvar su vida cautivando la atención de su esposo con un cuento y esbozándole un segundo cuento que dejó pendiente para la noche siguiente, y cuando lo acabó le esbozó un tercero para la noche siguiente, y así durante mil y una noches, tras las cuales el sultán le perdonó la vida.
La colonia de Pennsylvania parecía decidida a aislarse lo
más posible del exterior, y así, cedió los
condados que poseía al sur de Nueva Jersey (lo que
había sido antaño Nueva Suecia y que
constituía su salida al mar), y los convirtió en una
nueva colonia con el nombre de Delaware.
Se formó una legislatura independiente que se reunió
por primera vez el 22 de noviembre.
Sin embargo, Delaware siguió reconociendo como propio al
gobernador de Pennsylvania.
En 1705, el zar Pedro I de
Rusia dominaba ya Estonia y Livonia. Por estas fechas Rusia
contaba ya con un ejército regular nutrido de
reclutamientos obligatorios.
Mazepa seguía conjurando con el fin de liberar a Ucrania
de la tutela rusa. A su alianza con el rey de Polonia unía
ahora otra con el rey Carlos XII de Suecia, que le prometió
reconocer la independencia de Ucrania a cambio del apoyo de los
cosacos contra Rusia.
Francisco II
Rákóczi fue proclamado príncipe de
la Confederación de los
órdenes húngaros, que constituía la
mayor parte de lo que había sido Hungría.
En América, los franceses estaban formando una cadena de
fuertes que unían Canadá con Luisiana.
Después de Kaskaskia
y Cahokia, ahora fundaban
Vincennes.
La princesa de los Ursinos había regresado a
España, y ahora se las arreglaba para que Jean Orry se
reuniera con ella en Madrid.
Ese año murió el emperador Leopoldo I, y fue
sucedido por su hijo José
I, que tomó con más empeño que su
padre la guerra contra Francia y en favor de su hermano Carlos
como pretendiente al trono español.
El duque de Berwick regresó a Francia a luchar contra los
camisards, con lo que las
tropas francesas en España quedaron bajo el mando del conde
de Tessé. Éste derrotó al conde de Galloway,
que dirigía el ejército inglés enviado a
Portugal y que había intentado asediar Badajoz.
Mientras tanto, el rey Pedro II de Portugal se las arregló
para tomar Madrid en nombre del archiduque Carlos, pero no pudo
retener la ciudad por mucho tiempo. Juan Tomás
Enríquez de Cabrera había sido nombrado general de
la caballería portuguesa, pero murió apenas se
iniciaron las hostilidades en la frontera.
Por otra parte, Tessé fracasó en un intento de
asediar Gibraltar.
En América, una expedición española dirigida
por Baltasar García Ros,
y en la que participaron indios de las reducciones
jesuíticas, arrebató a los portugueses la ciudad de
Sacramento.
Tras enemistarse con el elector de Baviera, el duque de Villars
marchó a las Cevenas al frente de diez mil hombres para
combatir a los camisards.
El duque de Berwick regresó a la corte, donde fue nombrado
mariscal.
Johann Sebastian Bach decidió viajar a pie desde Arnstad
hasta Lübeck, para visitar a Dietrich Buxtehude, con la
intención de mejorar su virtuosismo con el órgano y
aprovechar sus consejos. Ciertamente, Buxtehude ejerció una
gran influencia sobre el joven Bach.
En Hamburgo, Händel estrenó una de sus primeras
óperas: Almira y Nero.
Domenico Scarlatti, que acababa de cumplir veinte años, se
instaló en Venecia.
Un catalán llamado Antoni
de
Peguera i Aimeric trató sin éxito de
sublevar Barcelona en favor del archiduque Carlos, y tuvo que huir
a Italia y Viena, donde entró en negociaciones con los
ingleses, las cuales culminaron el 20
de junio con la firma de un tratado entre "el reino de Inglaterra y el ilustre
y preclaro principado de Cataluña", en virtud del
cual, una parte de la aristocracia catalana se comprometía
a reconocer como rey al archiduque y a sumarse a la
coalición contra Felipe V. En julio,
la flota del archiduque salió de Lisboa con rumbo a
Barcelona bajo el mando de Charles
Mordaunt, el conde de Peterborough.
El príncipe Eugenio trató de unir sus tropas
italianas a las del duque de Saboya, pero el 16 de agosto fue derrotado en Cassano por el duque de
Vendôme. El emperador José I envió un
ejército de refresco, pero el duque lo derrotó en Calcitano.
El mismo día de la batalla de Cassano murió de
tuberculosis el matemático Jacob Bernoulli. Su hermano
Johann se dirigía a Basilea para optar a una cátedra
de griego, pero al enterarse de la muerte de Jacob, cambió
de planes y terminó ganando la cátedra que
éste había ocupado.
La reina Ana de Inglaterra nombró caballero a sir Isaac
Newton, que se convirtió en el primer científico que
recibía este título.
Edmond Halley publicó su Synopsis astronomiae cometicae, en la que expuso
una teoría sobre los cometas, según la cual eran
cuerpos que giraban alrededor del Sol, como los planetas, y que
seguían las mismas leyes que éstos. En especial,
aplicó su teoría a un cometa que él mismo
había observado veintitrés años atrás
(el que hoy lleva su nombre), para el cual calculó su
órbita y demostró que se trataba del mismo cometa
que ya había sido observado, además de en 1682, en
los años 1607, 1531 y 1456. En particular, obtuvo que el
cometa tarda unos 76 años en dar una vuelta completa
alrededor del Sol, por lo que pronosticó su regreso para
fines de 1758 o principios de 1759.
El 22 de agosto el conde de
Peterborough se encontraba ante Barcelona y comenzó un
asedio que se prolongó hasta el 9
de octubre. Peterborough prohibió saquear la
ciudad, cosa que sorprendió a los catalanes, que no
esperaban tal delicadeza de unos herejes. El archiduque
entró en Barcelona y fue reconocido como el rey Carlos III de España.
Convocó las cortes para el 5 de
diciembre y poco después obtuvo la adhesión
del reino de Valencia. En diversos puntos de Aragón se
produjeron también sublevaciones en su favor. De este modo,
la guerra de sucesión se convirtió en una guerra
civil.
En 1706 murió el rey
Pedro II de Portugal, que fue sucedido por su hijo Juan V, de diecisiete
años.
El conde de Tessé trasladó las tropas francesas que
luchaban en el frente portugués y en abril las tenía ante Barcelona, dispuestas
para un asedio con el apoyo de la flota francesa, pero
llegó la flota del archiduque y desbarató sus
planes. El propio rey Felipe V tuvo que pasar a Francia para,
desde allí, poder regresar a Madrid, pues el camino directo
estaba cortado.
En mayo, el rey Luis XIV de
Francia encomendó el ejército del frente
neerlandés al duque de Villeroi, pero éste
sufrió una estrepitosa derrota en Ramillies ante el duque de
Marlborough, así que fue sustituido por el duque de
Vendôme. Al frente de las tropas italianas puso a su
sobrino, el duque Felipe II de Orleans.
La reina Ana de Inglaterra nombró embajador en la corte
del archiduque Carlos al conde James
de Stanhope, que intervino en la defensa de Barcelona
ante un ataque de los partidarios del rey Felipe V. Éste
había permanecido poco tiempo en Madrid, pues poco
después de su entrada se vio obligado a marchar de nuevo
ante el avance de las tropas angloportuguesas, capitaneadas por el
conde de Galloway, que se dirigían a la capital desde
Salamanca. En junio entraron en
Madrid y poco después cayeron Toledo y Alcalá.
Zaragoza también se proclamó leal al archiduque y la
aristocracia castellana empezó a mostrar su adhesión
al que parecía ser el inminente vencedor. Jean Orry
optó por regresar a Francia.
Sin embargo, Felipe V compensó la falta de apoyo por parte
de la nobleza con una reacción popular de los castellanos,
que se rebelaron ante lo que consideraron un intento de catalanes,
aragoneses y portugueses de imponerles un rey. Cuando Carlos
intentó proclamarse rey en la plaza mayor, se encuentra con
que el pueblo le grita "¡Viva
Felipe!" Ingleses, portugueses y austríacos se
vieron aislados en un país que les era hostil, donde
cualquier soldado que se separaba de sus compañeros acababa
acuchillado. El archiduque terminó huyendo de Madrid rumbo
a Valencia, perseguido por su rival durante un buen trecho. El 5 de agosto Felipe V entraba de
nuevo en Madrid, entre aclamaciones. En Toledo, Mariana de
Neoburgo había recibido jubilosa a las tropas del
archiduque, lo que, tras su retirada, le valió ser
desterrada a Bayona por Felipe V.
En Valencia, el archiduque Carlos se encontró con que el
conde de Peterborough se había olvidado de la guerra y, en
su lugar, se dedicaba a asistir a corridas de toros y a leer el Quijote. Lo
destituyó y lo envió de regreso a Inglaterra.
Mientras las fuerzas del archiduque tomaban Murcia, Alicante, y
las islas de Mallorca e Ibiza, en Madrid se celebraba a lo grande
el anuncio de la futura maternidad de la reina María Luisa.
Adrien Maurice, el hijo
del duque de Noailles, que tenía entonces veintiocho
años, trató de tomar Barcelona a los
austríacos, aunque no tuvo éxito: Antoni de Peguera
había reorganizado el ejército catalán y,
tras romper el asedio, llevó a cabo una brillante
campaña en Aragón. Entre los últimos adeptos
del archiduque estaba el conde de Oropesa, que ahora moría
en Barcelona.
En Italia, el príncipe Eugenio logró finalmente
unir su ejército al del duque de Saboya, y el 7 de septiembre levantó el
sitio que los franceses mantenían sobre Turín. El 26 de septiembre conquistó
Milán y poco después los franceses eran expulsados
del norte de Italia.
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