Vladimir Ilich Ulianov (Lenin)

LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y EL RENEGADO DE KAUTSKY (Fragmento)

Perfecta introducción del asunto.
El problema fundamental que Kautsky trata en su folleto es el del contenido esencial de la revolución proletaria, es decir, el de la dictadura del proletariado. Se trata de un problema de gran importancia para todos los países, sobre todo para los avanzados, más aún para los beligerantes, y particularmente en el momento actual. Puede decirse sin exagerar que es el problema principal de toda la lucha de clase del proletariado. Por ello es imprescindible estudiarlo con atención.
En efecto, eso plantea Kautsky.
Kautsky plantea el problema del modo siguiente: "La oposición de las dos corrientes socialistas" (es decir, bolchevique y no bolchevique) es "la oposición de dos métodos radicalmente distintos: el democrático y el dictatorial ".
Primer sofisma: admitir que hay socialistas que no son bolcheviques ya es una herejía absurda
Observemos de paso que llamando socialistas a los no bolcheviques de Rusia, es decir, a los mencheviques y eseristas, Kautsky se guía por su denominación, es decir, por la palabra, y no por el lugar que efectivamente ocupan en la lucha del proletariado contra la burguesía. ¡Magnífico modo de concebir y de aplicar el marxismo! Pero ya hablaremos de esto con más detalle.
En efecto, es la opinión de Kaustsky y de muchos otros socialdemócratas de la época y de la actualidad. Lenin podría rebatirla si tuviera argumentos, pero se limita a presentarla como herética.
Ahora hemos de fijarnos en lo principal: el gran descubrimiento de Kautsky sobre la "antítesis fundamental" de los "métodos democrático y dictatorial". Es la clave del problema. Es la esencia del folleto de Kautsky. Y se trata de una confusión teórica tan monstruosa, de una apostasía tan completa del marxismo, que es preciso reconocer que Kautsky ha dejado muy atrás a Bernstein.
Palabrería para justificar la dictadura adornada de artificios retóricos.
El problema de la dictadura del proletariado es el problema de la actitud del Estado proletario frente al Estado burgués, de la democracia proletaria frente a la democracia burguesa. Parece que está claro como la luz del día.
Insultos y burlas en vez de argumentos.
¡Pero Kautsky, como un profesor de instituto, momificado por la repetición de textos de historia, se vuelve tozudamente de espaldas al siglo XX, da la cara al XVIII y por centésima vez, en una larga sucesión de párrafos de un aburrimiento infinito, sigue rumia que te rumia los viejos conceptos sobre la actitud de la democracia burguesa hacia el absolutismo y el medievalismo! ¡En verdad, parece como si masticara sin muelas!
Más ataques personales y el sofisma de que, aunque Lenin podría encontrar sin duda graves defectos a las democracias de la época, da por hecho que eso justifica la dictadura, sin contemplar la tesis socialdemócrata de que lo que procede es corregir la democracia, pero eso Lenin ni lo contempla.

Porque esto significa no comprender en absoluto la relación que guardan las cosas. Porque sólo una sonrisa provoca ese afán de Kautsky de presentar las cosas como si hubiera gentes que predicaran "el desprecio a la democracia" (pág. 11), etc. Kautsky se ve obligado a oscurecer y embrollar el problema con tonterías como éstas, porque lo plantea al modo de los liberales, hablando de la democracia en general y no de la democracia burguesa; incluso evita este exacto concepto de clase y procura hablar de la democracia "presocialista". Casi una tercera parte del folleto, 20 páginas de 63, las ha llenado nuestro charlatán de una palabrería que le resulta muy agradable a la burguesía, porque equivale a adornar la democracia burguesa y dejar en la sombra el problema de la revolución proletaria.

Mas descalificaciones que no necesitaría alguien cargado de razón.
Ahora bien, el folleto de Kautsky se titula La dictadura del proletariado. Todo el mundo sabe que ésta es precisamente la esencia de la doctrina de Marx. Y Kautsky, después de charlar fuera del tema, tiene que citar las palabras de Marx sobre la dictadura del proletariado. ¡Lo que es una verdadera comedia es cómo la ha hecho el "marxista" Kautsky! Escuchad:
La versión inglesa que he consultado dice "expression" y, en cualquier caso, Lenin rebaja a Kautsky a su altura al atribuirle el tono despectivo que le atribuye.
"En una sola palabra de Marx se apoya ese punto de vista" (que Kautsky califica de desprecio a la democracia): así lo dice textualmente en la pág. 20. Y en la pág. 60 se repite, llegando a decir que (los bolcheviques) "han recordado a tiempo una palabreja" (¡¡Así como suena!! des Wörtchens ) "sobre la dictadura del proletariado, que Marx empleó una vez en 1875, en una carta".

Veamos la "palabreja" de Marx: "Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado".
Lenin no está reproduciendo el argumento de Kautsty. La "palabreja" la saca de un párrafo elegido oportunamente muy avanzado en su exposición, cuando Kautsky ya ha presentado muchos argumentos que Lenin omite, porque prefiere el ataque efectista a "la palabreja".
En primer lugar, decir que es "una sola palabra", y hasta una "palabreja", este famoso razonamiento de Marx, que resume toda su doctrina revolucionaria, es burlarse del marxismo, es renegar de él plenamente. No hay que olvidar que Kautsky se sabe a Marx casi de memoria y que, a juzgar por todos sus escritos, tiene en su mesa de trabajo o en su cabeza una serie de ficheros donde todo lo que Marx escribió está distribuido con el máximo orden y comodidad para las citas. Kautsky no puede ignorar que, tanto Marx como Engels, tanto en sus cartas como en las obras impresas, han hablado muchas veces de la dictadura del proletariado, antes de la Comuna y, sobre todo, después de ella. Kautsky no puede ignorar que la fórmula "dictadura del proletariado" no es sino un enunciado históricamente más concreto y científicamente más exacto de la misión del proletariado consistente en "destruir" la máquina estatal burguesa, misión de la que tanto Marx como Engels, teniendo en cuenta la experiencia de las revoluciones de 1848 y aún más de la de 1871, hablan de 1852 a 1891, durante cuarenta años.
Ataques personales, nada que suponga una justificación de la dictadura.
¿Cómo explicar esta monstruosa deformación que del marxismo hace Kautsky, exégeta del marxismo? Si se busca la base filosófica de semejante fenómeno, todo se reduce a una sustitución de la dialéctica por el eclecticismo y la sofistería. Kautsky es gran maestro en esta clase de sustituciones Si se pasa al terreno político práctico, todo se reduce a servilismo ante los oportunistas, es decir, al fin y al cabo, ante la burguesía. Haciendo progresos cada vez más rápidos desde que comenzó la guerra, Kautsky ha llegado al virtuosismo en este arte de ser marxista de palabra y lacayo de la burguesía de hecho. Se convence uno aún más de ello al ver la admirable "interpretación" que Kautsky da a la "palabreja" de Marx sobre la dictadura del proletariado. Escuchad:
Sería un buen momento para que Lenin citara algunas de esas indicaciones.
"Marx, desgraciadamente, no indicó en forma más detallada cómo concebía esta dictadura". . .  (Mentira completa de renegado, porque Marx y Engels han dado bastantes indicaciones detalladisimas, que intencionadamente deja de lado Kautsky, exégeta del marxismo). . .
Esta cita es un buen ejemplo del discurso de Kautsky.
"Literalmente, la palabra dictadura significa supresión de la democracia. Pero, naturalmente, esta palabra, tomada al pie de la letra, significa también el poder personal de un solo individuo no sujeto a ley alguna, poder personal que se diferencia del despotismo en que no se entiende como institución estatal permanente, sino como medida extrema de carácter transitorio. La expresión 'dictadura del proletariado', es decir, no la dictadura de una persona, sino de una clase, excluye ya la hipótesis de que Marx, al utilizarla, entendiera literalmente la palabra dictadura. No se referia en este caso a una forma de gobierno, sino a una situación que necesariamente habrá de producirse en todas partes donde el prole tariado conquiste el Poder politico. El hecho de que Marx mantuviera el punto de vista de que en Inglaterra y en Norteamérica la transición puede efectuarse pacificamente, es decir, por via democrática, demuestra ya que aquí no se refería a las formas de gobierno".
Lenin se pierde en formalismos improcedentes para rehuir el contenido del texto.
Hemos citado intencionadamente todo este razonamiento para que el lector pueda ver claramente los procedimientos de que se vale el "teórico" Kautsky. Kautsky ha tenido a bien abordar el problema de manera que le permitiese empezar por la definición de la "palabra " dictadura. Muy bien. Cada cual tiene perfecto derecho a abordar los problemas como quiera. Pero hay que distinguir el modo serio y honrado de hacerlo, del que no es honrado. Quien quisiera tratar seriamente el problema, abordándolo de ese modo, tendría que dar su definición de la "palabra". Entonces la cuestión quedaría clara y francamente planteada. Kautsky no lo hace. "Literalmente —escribe—, la palabra dictadura significa supresión de la democracia". En primer lugar, esto no es una definición. Si Kautsky desea evitar la definición del concepto de dictadura, ¿para qué eligió esa forma de abordar el problema?
Esto es un sofisma descarado. Es obvio que una democracia esclavista no es una democracia en sentido pleno, como la que propugnaban y propugnan los socialdemócratas.
En segundo lugar, esto es notoriamente falso. Es lógico que un liberal hable de "democracia" en términos generales. Un marxista no se olvidará nunca de preguntar: "¿Para qué clase?" Todo el mundo sabe, por ejemplo —y el "historiador" Kautsky lo sabe también—, que las insurrecciones e incluso las grandes perturbaciones de los esclavos en la antiguedad hacían ver inmediatamente la esencia del Estado greco-romano como dictadura de los esclavistas. ¿Suprimía esta dictadura la democracia entre los esclavistas, para ellos? Todo el mundo sabe que no.
Pero Lenin olvida que su dictadura reprimía a campesinos y obreros y socialistas no bolcheviques. Para que su argumento fuera válido tendría que reconocer como "clase opresora" a todo aquel que no compartiera sus tesis.
El "marxista" Kautsky ha dicho un absurdo monstruoso y una falsedad, porque "se ha olvidado " de la lucha de clases. . . Para transformar la afirmación liberal y mentirosa de Kautsky en afirmación marxista y verdadera, hay que decir: la dictadura no significa necesariamente supresión de la democracia para la clase que la ejerce sobre las otras clases, pero sí significa necesariamente la supresión (o una restricción esencialísima, que es también una de las formas de supresión) de la democracia para la clase sobre la cual o contra la cual se ejerce la dictadura. Pero, por cierta que sea esta afirmación, no define la dictadura.
Es evidente que el atribuir la dictadura a una persona o a varias es irrelevante para el argumento de Kautsky. Lenin rehuye el argumento y responde con retórica.
Examinemos la frase siguiente de Kautsky: "Pero, naturalmente, esta palabra, tomada al pie de la letra, significa también el poder personal de un solo individuo no sujeto a ley alguna . . ."
Como un cachorro ciego que mete la nariz al azar en todos los sitios, Kautsky ha tropezado aquí por casualidad con una idea justa (que la dictadura es un poder no sujeto a ley alguna), pero, sin embargo, no ha dado una definición de la dictadura y ha dicho, además, una falsedad histórica evidente: que la dictadura significa el poder de una sola persona. Esto es incluso gramaticalmente inexacto, porque la dictadura puede ejercerla un grupo de personas, una oligarquía, una clase, etc.
Lenin no tiene interés en pronunciarse sobre si concibe su dictadura como transitoria o definitiva.
Luego indica Kautsky la diferencia entre dictadura y despotismo, pero, aunque su afirmación es falsa a todas luces, no nos detendremos en ella, porque no tiene nada que ver con el problema que nos interesa.
Insultos y descalificaciones.
Conocida es la afición de Kautsky a volverse de espaldas al siglo XX, de cara al siglo XVIII, y del XVIII a la antiguedad greco-romana, y esperamos que, cuando el proletariado alemán implante la dictadura tendrá en cuenta esta afición y lo nombrará, por ejemplo, profesor de historia antigua de un liceo. Rehuir una definición de la dictadura del proletariado, limitándose a elucubraciones sobre el despotismo, es o extrema necedad o muy torpe bellaquería.
Esto sí que es una crítica ridícula.
¡En resumen, Kautsky, que se proponía hablar de dictadura, ha dicho a sabiendas muchas cosas falsas, pero no ha dado ninguna definición!
Pero Lenin no argumenta en ningún momento la ventaja o legitimidad de que un gobernante no esté sujeto a ley alguna ni todos los inconvenientes que ello puede ocasionar por el abuso de poder.
Sin confiar en sus facultades intelectuales, hubiera podido recurrir a su memoria y sacar de los "ficheros" todos los casos en que Marx ha hablado de la dictadura. Habría obtenido, de seguro, la definición siguiente, u otra que, en el fondo, coincidiría con ella: La dictadura es un poder que se apoya directamente en la violencia y no está sometido a ley alguna. La dictadura revolucionaria del proletariado es un poder conquistado y mantenido mediante la violencia ejercida por el proletariado sobre la burguesía, un poder no sujeto a ley alguna.
Lenin ya ha dicho muchas cosas que tendría que justificar, pero se limita a descalificar.
¡Y esta sencilla verdad, verdad clara como la luz del día para todo obrero consciente (representante de las masas, y no de la capa superior de la canalla pequeñoburguesa vendida a los capitalistas, como son los socialimperialistas de todos los países), esta verdad evidente para todo representante de los explotados que luchan por su liberación, esta verdad in discutible para todo marxista hay que "arrancársela en guerra" al sapientísimo señor Kautsky! ¿Cómo explicarlo? Por el espíritu de servilismo de que se han penetrado los jefes de la II Internacional, convertidos en despreciables sicofantes al servicio de la burguesía.
Esto es una deformación absoluta de lo que dice Kautsky.
Kautsky ha empezado tergiversando los términos, afirmando, cosa evidentemente absurda, que en su sentido literal la palabra dictadura significa dictadura de una sola persona, y luego  —¡apoyándose en esa tergiversación!— declara que, "por consiguiente", las palabras de Marx sobre la dictadura de clase no tienen sentido literal (sino un sentido, según el cual dictadura no significa violencia revolucionaria, sino "pacífica" conquista de la mayoría bajo la "democracia" burguesa, no se pierda de vista esto). Hay que distinguir, figuraos, entre "situación" y "forma de gobierno". ¡Distinción de maravillosa profundidad, lo mismo que si hiciéramos diferencias entre la "situación" de la tontería de una persona que razona de un modo necio, y la "forma" de sus tonterías!
Kautsky está argumentando que la dictadura del proletariado puede interpretarse como que el proletariado impone legítimamente sus leyes aprovechando su mayoría numérica en la sociedad. Podrá cuestionarse si Marx lo entendía así, pero ridiculizar el argumento es un sofisma.
Kautsky necesita interpretar la dictadura como "situación de dominio" (es la expresión que emplea literalmente en la página siguiente, en la 21), porque entonces desaparece la violencia revolucionaria, desaparece la revolución violenta. ¡La "situación de dominio" es la situación en que se halla cualquier mayoría bajo. . . la "democracia"! ¡Con este ardid de mala fe desaparece felizmente la revolución! Pero el ardid es demasiado burdo y no salvará a Kautsky. Que la dictadura supone y significa una "situación" de violencia revolucionaria de una clase sobre otra, cosa desagradable para los renegados, es algo imposible de ocultar. Distinguir entre "situación" y "forma de gobierno" es un absurdo que salta a la vista.
Kautsky no está defendiendo las democracias existentes, sino la conquista democrática del poder para llegar a una democracia socialista que no sería una democracia burguesa. Luego Lenin da su argumento principal: "está claro que Marx dice lo que yo entiendo que dice".
Hablar en este caso de forma de gobierno es triplemente necio, porque cualquier niño sabe que monarquía y república son formas de gobierno distintas. Al señor Kautsky es necesario demostrarle que estas dos formas de gobierno, como todas las "formas de gobierno" de transición bajo el capitalismo, no son sino variedades del Estado burgués, es decir, de la dictadura de la burguesía. En fin, hablar de formas de gobierno es falsificar a Marx de manera no sólo necia, sino torpe, porque Marx, bien claramente, se refiere aquí a la forma o tipo de Estado, y no a la forma de gobierno.
Kautsky no pone objeciones a la violencia con que la revolución rusa derrocó el régimen zarista. Lo que cuestiona es que, una vez hecha la revolución, Lenin convirtiera en una dictadura lo que podría haber sido una democracia. Lenin no está replicando realmente a Kautsky.
La revolución proletaria es imposible sin destruir violentamente la máquina del Estado burgués y sin sustituirla por otra nueva, que, según las palabras de Engels, "no es ya un Estado en el sentido propio de la palabra".  Kautsky tiene que encubrir y tergiversar todo esto; lo exige su posición de renegado. Ved a qué miserables subterfugios recurre:
Lenin está admitiendo que una democracia puede no ser como las democracias que condena, lo cual refuta su propio planteamiento. Su "democracia burquesa" es un chiché al que un Estado real puede ajustarse... o no.
Primer subterfugio: . . . "El hecho de que Marx mantuviera el punto de vista de que en Inglaterra y en Norteamérica la transición puede efectuarse pacíficamente, es decir, por vía democrática, demuestra ya que aquí no se refería a las formas de gobierno" . . .

La forma de gobierno no tiene que ver con esto nada en absoluto, porque hay monarquías que no son típicas para el Estado burgués, que se distinguen, por ejemplo, por la ausencia de militarismo, y hay repúblicas absolutamente típicas en este aspecto, por ejemplo, con militarismo y con burocracia. Esto es un hecho político e histórico notorio, y Kautsky no conseguirá falsificarlo.

Con esto, Lenin admite que en determinados contextos la revolución no es necesaria y, aunque lo sea, nada impide a priori encauzarla para organizar una democracia de esas que considera excepciones a la regla. Podría discutir si es viable o no, pero en lugar de hacerlo se limita a descalificar a Kautsly.
Si Kautsky hubiera querido razonar seria y honradamente, se habría preguntado: ¿Hay leyes históricas que se refieran a la revolución y no tengan excepciones? La contestación hubiera sido: no, no existen tales leyes. Estas leyes se refieren tan sólo a lo tipico, a lo que Marx llamó una vez "ideal", en el sentido de capitalismo medio, normal, típico. Prosigamos. ¿Había en la década del 70 algo que hiciera de Inglaterra o de Norteamérica una excepción en el sentido que examinamos? Para toda persona un poco familiarizada con lo que la ciencia pide en el terreno de los problemas históricos, es evidente que esta pregunta es necesario plantearla. No plantearla significa falsificar la ciencia, significa jugar a los sofismas. Y una vez planteada, la contestación no ofrece dudas: la dictadura revolucionaria del proletariado es violencia contra la burguesia; esta violencia se hace particularmente necesaria, según lo han explicado con todo detalle y múltiples veces Marx y Engels (principalmente en La guerra civil en Francia y en el prólogo a esta obra) por la existencia del militarismo y de la burocracia. ¡Estas instituciones precisamente, en Inglaterra y en Norteamérica precisamente y en la década del 70 del siglo XIX, precisamente cuando Marx hizo su observación, n o  e x i s t í a n ! (Y ahora existen, tanto en Inglaterra como en Norteamérica.)
No es cierto. Posiblemente Kautsky admitiría que la violencia era necesaria ante la dictadura zarista. Kautsky sostiene que en Alemania no sería necesaria la violencia y no critica a Lenin por haberla empleado, sino por haberla institucionalizado. La réplica es pura retórica.
¡Kautsky tiene que hacer trampas materialmente a cada paso para encubrir su apostasia! Y observad la manera como esta vez ha enseñado sin quererlo sus orejas de burro: ha escrito ¡¡"pacíficamente, es decir, por vía democrática"!!  Al definir la dictadura, Kautsky ha hecho todos los esfuerzos posibles para ocultar al lector el rasgo fundamental de este concepto: la violencia revolucionaria. Y ahora se ha impuesto la verdad: se trata de la oposición entre revolución pacífica y revolución violenta. Ahí está el quid. Todos los subterfugios, los sofismas, las viles falsificaciones de que Kautsky se vale, le hacen falta para rehuir la revolución violenta, para ocultar que reniega de ella, que se pasa al lado de la política obrera liberal, es decir, al lado de la burguesía. Ahí está el quid.

No merece la pena seguir, el resto del panfleto tiene el mismo cariz que esta muestra. Textos como éste ilustran cómo Lenin logró terminar al frente de la revolución rusa: su retórica le permitía transformar un argumento discutible, pero razonable, en una herejía, en una confabulación cuyos taimados ardides Lenin ponía al descubierto mostrando lo ridículos que eran a base simplemente de reírse de ellos y contagiar la risa. Para esta época el marxismo ya era en la práctica. entre los comunistas, una religión, en la que la palabra de Marx —debidamente interpretada por su sacerdote Lenin— era sagrada, y cualquier intento de cuestionarla (o cualquier cosa que pudiera presentarse como un intento de cuestionarla) era herético en sí mismo e indigno siquiera de ser rebatido.