Tristia

Sintaxis: Iamque quiescēbant uōcēs hominumque canumque, [et] (que) alta Lūna nocturnōs equōs regēbat.
Ego hanc suspiciēns et ab hac Capitōlia cernēns, quae frūstrā fuēre iuncta nostrō Larī, «Nūmina habitantia uīcīnīs sēdibus,» inquam, «[et](que) templa iam numquam uidenda oculīs meīs, dīque relinquendī, quōs habet urbs alta Quirīnī, este salūtātī mihi in omne tempus.
Et quamquam sērō clipeum post uulnera sūmō, attamen hanc fugam odiīs exonerāte: caelestīque uirō dīcite, quis error mē dēcēperit, ne scelus esse putet prō culpā.
Vt auctor poenae quoque sentiat quod uōs scītis: plācātō deō nōn miser esse possum.»
Hāc prece adōrāuī superōs ego, plūribus [precibus] uxor, singultū impediente mediōs sonōs. Illa etiam, ante Larēs adstrāta passīs capillīs, contigit extinctōs focōs ōre tremente,
multaque uerba nōn ualitūra effūdit in aduersōs Penātēs prō dēplōrātō uirō.
Traducción (literal): Ya se acallaban las voces de hombres y perros, y la alta Luna conducía sus caballos nocturnos.
Yo, levantando hacia ella la mirada, y viendo con su luz el Capitolio, que en vano estuvo al lado de nuestro hogar, «Divinidades que habitáis en moradas vecinas», digo, «y templos que ya nunca volverán a ver mis ojos, dioses, que debo abandonar, que tiene la alta ciudad de Rómulo, recibid mi saludo para siempre. Y aunque cojo tarde el escudo, después de la herida, no obstante, librad mi destierro de odios: contadle al hombre celestial [Augusto] qué error me confundió, para que no piense que hubo crimen en lugar de culpa. Que el autor de mi castigo comprenda también lo que vosotros sabéis: aplacado el dios, puedo no ser desdichado.»
Con esta oración adoré yo a los dioses, con muchas [otras] mi esposa, a quien el sollozo le impedía pronunciar la mitad de las palabras.
Ella, de hecho, postrada ante los Lares, con el cabello suelto, tocó con su boca temblorosa los rescoldos apagados y dirigió a los adversos Penates muchas palabras, que de nada servirían, en favor del esposo por el que tanto lloraba.
Observaciones: Poéticamente es frecuente emplear Capitōlium en plural. Al dirigirse al Capitolio, en realidad Ovidio está invocando a la tríada capitalina, es decir, a Júpiter, Juno y Minerva, a los cuales estaba dedicado un templo en el monte Capitolio.
Alta, en urbs alta, tiene el sentido figurado de noble, grande, distinguido, etc.
Los Lares y los Penates eran divinidades protectoras del hogar, aunque en el verso 30 la palabra Lar se usa en el sentido de hogar.

Comentarios:

Ovidio nunca explica abiertamente cuál fue el motivo de su destierro, aunque también parece indicar que él sí que lo sabía. Aquí, por ejemplo, habla de un "error" que los dioses saben que no fue un crimen, es decir, que no fue hecho con mala intención, aunque reconoce su culpa. No obstante, hay que tener presente que Ovidio escribió esto con la pretensión de que Augusto lo perdonara, así que es probable que el reconocerse culpable sea una concesión calculada para lograr el perdón (al igual que el servil plācātō possum nōn miser esse deō).

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