CURSO 2002-2003. PRIMER SEMESTRE
DIPLOMATURA DE EDUCACIÓN SOCIAL
Profesor: José Beltrán Llavador
“Advertirás que experimentas curiosidades insólitas: aspectos del mundo social y conceptual que ignorabas desfilarán ante ti, y otros, conocidos y como lisos, cobrarán relieve iluminados por luces distintas. Estas luces serán los puntos de vista nuevos que vas a construir o que verás en otros. En pocos meses, cuando comiences a hacerte con las dimensiones de este nivel de estudio, empezarás a trabajar. Tu lenguaje –es decir, tu pensamiento- se enriquecerá. Conocerás a otras personas que viven de manera distinta lo mismo que vives tú. Algunas de las que tratabas antes te sorprenderán: empiezan a ver o que no te entienden o, lo que es más molesto, que te escuchan en silencio (porque tu también les sorprendes: están aprendiendo de ti aunque no lo dicen). Eres el beneficiario de bienes culturales que sólo se distribuyen a una minoría de la sociedad. Tú verás qué haces con ellos.”
Juan Ramón Capella. El aprendizaje del aprendizaje.
Objetivo
Realizar acciones reflexivas que ilustren de manera aplicada los principios teóricos correspondientes al programa de la asignatura.
Las clases prácticas de la
asignatura de sociología y antropología consistirán en la realización
secuenciada de un archivo o agenda
sociológica que ejemplificará los contenidos de la materia teórica
impartida a lo largo del curso.
La forma de realizar este archivo es la siguiente: Cada semana el estudiante completará un breve informe de al menos una página en la que recogerá informaciones, comentarios y valoraciones de la realidad social en correspondencia con la parte teórica de la asignatura. Para realizar esta agenda, el estudiante puede acudir a múltiples fuentes de información: medios de comunicación, trabajos de observación o de campo, consulta de bibliografía adicional de la asignatura o de la diplomatura, búsqueda en las redes informáticas, conversaciones o entrevistas, experiencias personales o compartidas, etc... Esta agenda, además, podrá ir acompañada de recortes de prensa, grabaciones, realia, fotografías, ilustraciones, etc. con el fin de enriquecer la información allí vertida. Por ejemplo, si se está abordando cuestiones relativas a demografía o a población, se pueden incluir pirámides de población de organismos oficiales, o de prensa general o especializada, con el fin de interpretarlas.
Las clases se desarrollarán a partir de la articulación de una serie de lugares de encuentro o espacios dialécticos en torno a una serie de ejercicios sociológicos, como los que se enumeran a continuación, además de aquellos que se puedan derivar a iniciativa de los estudiantes o en el desarrollo del propio curso. Dado el número de actividades sugeridas (diez) no en cada clase se realizarán todas ellas, sino que el número y el tipo de ejercicios se irá determinando en función de la coherencia con las sesiones teóricas impartidas. En cada clase, además, los estudiantes entregarán una página de la agenda sociológica correspondiente a esa semana.
Ejercicios sociológicos (lecturas de la
realidad social)
1-. Marcos de aprendizaje: los estudiantes realizarán una breve síntesis y comentario oral de las cuestiones más relevantes de la asignatura aprendidas en esa semana. Este ejercicio servirá para conectar el resto de actividades con los contenidos teóricos de la materia ajustándose al programa de la misma y a su ritmo de desarrollo.
2-. La espuma de los acontecimientos. Este
ejercicio, orientado a seleccionar algunas cuestiones de interés de la vida
social y cultural a lo largo de la semana, se centrará básicamente en la
discriminación conceptual entre las nociones de estructura y coyuntura.
3-.La mirada sociológica. En esta ocasión el
ejercicio se centra en la diferenciación entre sentido común y conocimiento, o
lo que es lo mismo, en tratar de ir más allá de las apariencias, por ejemplo,
desvelando estereotipos, informaciones cotidianas, tópicos o lugares comunes,
etc. Para ello, se elegirá un tema de interés común para su discusión, siempre
en relación con los contenidos teóricos impartidos. Por ejemplo: inmigración,
sociedad del riesgo, participación social, etc.
4-.El nombre de las cosas: Es importante el
entrenamiento en la claridad conceptual. A partir de las nociones que vayan
apareciendo tanto en las clases teóricas como en las prácticas, se irá
confeccionando una suerte de vocabulario o glosario de palabras clave
(keywords, según la expresión de Raymond Williams), con el fin de poder ir
comentando las diferentes acepciones o usos del lenguaje desde el punto de
vista sociológico.
5-. La cultura de la pregunta. El ejercico
consiste en interpelar a la realidad social, aprendiendo a formular preguntas y
a establecer relaciones entre diferentes aspectos de nuestro contexto social.
Se trata de cultivar la crítica fundamentada: ser críticos es poner en crisis
nuestras asunciones, nuestros prejuicios (juicios previos), preguntar y
preguntarnos, cultivar inquietudes.
6-. Explicar e implicar. Aquí proponemos
pequeñas tareas de participación social en relación con diferentes cuestiones
de la materia explicada, de manera que se puedan establecer puentes entre
teoría y práctica. Se trata de materializar, a través de pequeñas iniciativas
de carácter social, los supuestos de “Pensar es hacer”y “la reflexión es
acción”.
7-. El rincón de .... Este es un espacio
dedicado a la selección y comentario de breves textos de interés en relación
con la materia impartida. La selección puede ser por autores (por ejemplo,
Bordieu, como homenaje, o los “clásicos”) o por temas (por ejemplo, la obra de
Galeano Patas arriba. La escuela del
mundo al revés contiene una magnífica antología de textos, susceptibles de
comentar). También pueden elegirse viñetas gráficas de firmas como El Roto,
Forges, Quino, etc.
8-. Establecer relaciones. El aprendizaje es
un proceso social y relacional. Aprendemos cuando establecemos conexiones cada
vez más amplias entre múltiples aspectos, algunos de ellos aparentemente
inconexos. Esta actividad consiste precisamente en ir trabajando la dimensión
relacional del aprendizaje sociológico, planteando establecer relaciones entre
diferentes parcelas de la realidad social, tomando como referencia los
contenidos teóricos de la asignatura.
9-. Comentario del desarrollo de la agenda
sociológica. Aquí se discutirá el proceso de realización del archivo o agenda
sociológica, abordando dificultades formales, sugerencias, e intercambiando
ideas y propuestas sobre la forma de completarla entre los estudiantes.
10-. Reflexividad sociológica. En este
ejercicio se llevará a cabo una tarea de síntesis de los hallazgos,
descubrimientos o aprendizajes formales que los estudiantes van logrando a
través del despliegue de la asignatura y en relación con el resto de
asignaturas de la titulación.
El programa desarrollará los procedimientos metodológicos de indagación científica propios del campo y en coherencia con los supuestos conceptuales adoptados. Ahora bien, dada la singularidad de la dimensión práctica en la que se enmarcan estas clases de la asignatura, la metodología del mismo tendrá muy en cuenta la detección previa de intereses compartidos por el grupo de participantes, así como las sugerencias que puedan plantearse. El supuesto metodológico principal es el de la participación individual y colectiva.
El programa tendrá en cuenta,
aunque no las contemple expresamente, las actividades de acción tutorial a
cargo del profesor, así como actividades académicas diferentes a la oferta
habitual de las clases, tales como seminarios, talleres, etc. El cumplimiento
de los criterios apuntados está sometido a las condiciones efectivas para el
desarrollo de la docencia, algunas de las cuales exceden la capacidad de decisión
del docente, tales como número de grupos y de estudiantes por grupo, recursos y
disponibilidad, etc.
La valoración del aprendizaje de
los estudiantes se basará en la aplicación de los siguientes criterios
generales: a) el grado de formalización de los conocimientos relativos a los
temas impartidos, b) la corrección formal en la presentación de los mismos, así
como, c)la inteligibilidad demostrada por el resto de compañeros frente a su
presentación y defensa colectiva.
Dada la especificidad de este módulo, los criterios de evaluación se centrarán principalmente en la participación del alumnado, tanto a través de sus intervenciones y colaboración en la clase, como a través de las actividades sugeridas, además de en la confección de la agenda sugerida. La elaboración completa y secunciada de esta última será el criterio necesario (pero no siempre suficiente) para aprobar la asignatura. El profesorado de este módulo se reserva la posibilidad de realizar algunas pruebas para verificar la comprensión de los temas desarrollados por parte del alumnado, así como para modificar sus propios planteamientos en función de los resultados obtenidos.
Sobre el
archivo o agenda sociológica
“Aprender es aprender a pensar”
J. Dewey. How we think
En 1959 en su obra ya clásica La imaginación sociológica (1996) el sociólogo norteamericano C. W. Mills sugirió en sugirió poner en práctica una de sus propuestas para el aprendizaje y la formación como trabajadores intelectuales. ¿En qué consiste esta propuesta? La instrucción de Wright Mills no puede ser más directa: “debéis organizar un archivo, lo cual es, supongo yo, un modo de decir típico de sociólogo: llevad un diario.” (...) “En el archivo que voy a describir, están juntas la experiencia personal y las actividades profesionales, los estudios en marcha y los estudios en proyecto. En ese archivo, vosotros, como trabajadores intelectuales, procuraréis resumir lo que estáis haciendo intelectualmente y lo que estáis experimentando como personas. No temáis emplear vuestra experiencia y relacionarla directamente con el trabajo en marcha. Al servir como freno de trabajo reiterativo, vuestro archivo os permite conservar vuestras energías. Asimismo, os estimula a captar “ideas marginales”: ideas directas que pueden ser sub-productos de la vida diaria, fragmentos de conversaciones oídas casualmente en la calle, o hasta sueños. Una vez anotadas, esas cosas pueden llevar a un pensamiento más sistemático, así como prestar valor intelectual a la experiencia más directa.” (Mills, 1996: 207) Y más adelante, se pregunta: “¿Pero cómo se usa este archivo –que hasta ahora quizá os parezca más bien una especie de diario “literario”- en la producción intelectual? Sólo el hecho de llevarlo es ya producción intelectual. Es un depósito de hechos y de ideas que crece sin cesar, desde las más vagas a las precisas.” (210) Mills observa cómo al ordenar un archivo le puede a uno parecer que está dando rienda suelta a su imaginación debido al intento de combinar ideas y notas diversas sobre distintos asuntos. Esa suerte de lógica combinatoria incluye también las observaciones y las experiencias cotidianas, abriéndose a personas “que escuchen y hablen”, que tengan un carácter imaginativo y que configuren un entorno social e intelectual importante (211-212). Con esta idea de fundir vida personal y vida social, C. W. Mills anticipa la necesidad de configurar lo que en términos actuales se denomina “redes sociales”, esas redes que procuran acrecentar y fortalecer el sentido de ciudadanía, y enredándonos, nos dan libertad.