INTERNET Y EL FINAL DE LA UTOPÍA
Rafael Pla López
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Cuando Friedrich Engels escribió en el siglo XIX su obra "Del socialismo utópico al científico", se centró en criticar propuestas de transformación socialista de la sociedad que no se basaban en fuerzas sociales existentes y procesos económicos reales, sino únicamente en imperativos morales, planteando como alternativa un socialismo basado en el desarrollo de las fuerzas productivas y en la acción de la clase trabajadora.

En la segunda mitad del siglo XX, Herbert Marcuse, en "El final de la utopía", planteó que el desarrollo de la automatización creaba las condiciones objetivas para una emancipación social que pusiera fin a un sistema social basado en un trabajo alienado  y en la represión de las pulsiones biológicas del ser humano.

Ya entrados en el siglo XXI, debemos preguntarnos en qué medida las transformaciones producidas en la base tecnológica de la sociedad afectan a sus posibilidades de emancipación. Y en particular cuáles son las implicaciones de Internet en ese sentido.

Internet tiene claramente en común con otros cambios tecnológicos, como la revolución industrial del siglo XIX y la revolución científico-técnica del siglo XX, la existencia de dinámicas contradictorias entre los procesos que motivan su puesta en marcha y los procesos que se derivan de su desarrollo.

En el caso de la revolución industrial, Karl Marx y Friedrich Engels expresaron gráficamente en el "Manifiesto del Partido Comunista" que "las armas con que la burguesía derribó al feudalismo se vuelven ahora contra ella", en tanto que el desarrollo de la industria impulsado por la burguesía pondría en pie al proletariado destinado a ser su enterrador.

En el caso de la revolución científico-técnica, analizada en el trabajo colectivo "La civilización en la encrucijada" dirigido por Radovan Richta, el desarrollo de los procesos de automatización orientados a la maximización del beneficio empresarial con el ahorro de mano de obra generan una forma de producción en la que la reinversión capitalista y la gestión burocrática tienden a ser prescindibles en tanto que el desarrollo tiende a ser predominantemente cualitativo y a descansar en el trabajo de investigación científico-técnica y de innovación (I+D+i).

En el caso de Internet, la motivación militar de la Arpanet original de construir una red de información que no tuviera un centro vulnerable ante un ataque nuclear dio paso a una red mundial de comunicación incontrolable desde los centros de poder.

Ahora bien, tanto la revolución industrial como la revolución científico-técnica se realizaron bajo la dirección de la burguesía, y esa dirección ha condicionado su desarrollo preservando el sistema capitalista. Así, la burguesía ha venido utilizando las crisis y el desarrollo desigual para dividir a la clase trabajadora, que ha tenido que luchar en condiciones de inferioridad, viendo recurrentemente amenazadas las conquistas que obtenía con su lucha. Y ha utilizado la reducción del tiempo de trabajo directo en la producción posibilitada por la automatización para ahorrar salarios incrementando el paro y colateralmente la precariedad laboral.

Pero Internet se ha desarrollado inicialmente al margen del mercado capitalista, como obra de profesionales (trabajadores científicos y técnicos), y en buena medida en el marco de Universidades y centros públicos de investigación. De alguna manera, es un producto de la revolución científico-técnica que ha promovido el protagonismo del trabajo de investigación, y su mismo diseño, orientado a una circulación de información libre de controles y de propietarios, es ajeno a la lógica del capitalismo. Pero al mismo tiempo también es ajeno a la lógica del poder centralizado propia de los Estados. La lógica propia de Internet es la lógica característica del comunismo tal como lo definiera Marx en la "Crítica del programa de Gotha", una sociedad sin clases y sin Estado, en el mismo sentido en que Engels concluía en "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado".

Internet juega así un papel singular en relación a la noción de Utopía.

Siglos después de la inicial "Utopía" de Thomas More, Engels utilizaría el término en el sentido peyorativo anteriormente indicado para referirse a diversos intentos o propuestas de construir una sociedad ideal, socialista o comunista, en un ámbito local. Marx y Engels insistirían no sólo en la necesidad de determinadas condiciones objetivas de base económica para tal construcción, sino en la necesidad de su carácter internacional. En ese sentido, y aunque pudiera resultar paradójico, la propuesta de Stalin de construir el socialismo en un sólo país encajaría en ese tipo de propuestas "utópicas".

Pero a finales del siglo XX nos encontramos con una forma distinta de utilización del término. Se hablará del comunismo como  "horizonte utópico" en el sentido de un ideal hacia el cuál avanzar. Esa utilización en sentido positivo de la noción de utopía como horizonte o "sueño" se daría en ámbitos diversos. Aparece al final del apartado "El socialismo y el comunismo al que aspiramos" del "Manifiesto del PCE para la izquierda" aprobado en el XIV Congreso del PCE (singularmente, al final del apartado "Una propuesta federal para la socialización del Estado" del mismo texto se declara en sentido contrario que ésta "no será así un horizonte lejano que se aleje a medida que vamos avanzando, sino un proceso de transformación desde la realidad actual"). Aparece en un texto para la VII Asamblea de IU firmado por notorios dirigentes del trostkismo español. Aparece en un texto de Eduardo Galeano según el cuál la utopía sirve para caminar. Y singularmente, la vía estalinista de construcción del socialismo reduciría también el "comunismo" a una perspectiva utópica en tanto que alejaba indefinidamente la eliminación comunista de las clases y del Estado en unos regímenes fuertemente autoritarios y con notorios privilegios para la casta burocrática.

Ahora bien, lo que caracteriza a las propuestas alternativas en el Ciberespacio es que, lejos de ser horizontes lejanos, consituyen realidades presentes sustentadas en una lógica alternativa a la del capitalismo. El desarrollo de redes de comunicación horizontales y no jerárquicas no es un proyecto para un futuro lejano pospuesto a una indeterminada toma del poder, sino algo actualmente en construcción sustentada en la propia arquitectura de Internet. Una programación libre y de código abierto basada en la libre colaboración de informáticos de todo el mundo que ponen a disposición pública el resultado de sus trabajos, rechazando cualquier propiedad privada sobre los mismos, no es un sueño fantástico producto de la imaginación de algún visionario, sino una realidad actual que podemos encontrar en Internet y en nuestros ordenadores, como productos del proyecto GNU/Linux. De este modo, la eliminación de la propiedad privada y la disolución de las estructuras jerárquicas de poder son para hoy, no un horizonte utópico ni un mero objetivo lejano.

Esta dinámica elimina la separación entre la actividad cotidiana y los objetivos últimos. Pero a diferencia de los proyectos "utópicos" del siglo XIX de Saint Simon, Owen o Fourier, no se dan en reductos cerrados en ámbitos locales ni pretenden construir de inmediato colectividades plenamente comunistas. Por el contrario, tales rasgos comunistas se extienden por todo el mundo y se producen de forma parcial, en Internet y en el Ciberespacio, coexistiendo con el imperialismo y las multinacionales capitalistas. Pero no son un producto del voluntarismo de sus autores, sino que su viabilidad descansa en las condiciones objetivas del medio que utilizan. Si "el medio es el mensaje" como dijera McLuhan, el medio de Internet conlleva en sí una estructura de relaciones en red incontrolable desde un centro dirigente. Y en la medida en que el coste de la reproducción de la información es mínimo, la misma "ley del valor" sustentado en el tiempo de trabajo socialmente necesario para ella resulta inaplicable, y su sujeción a las reglas del mercado resulta, esta vez sí, utópica, como lo son los intentos de evitar la llamada "piratería" informática.

Y la lucha por introducir rasgos comunistas en el presente, sin remitirnos a un futuro finita o infinitamente lejano, se da también fuera del Ciberespacio. Se da, en particular, en la lucha por desmercantilizar la satisfacción de las necesidades básicas, a través de servicios públicos gratuitos, de manera que cada cuál pueda recibir, por ejemplo, educación y sanidad según sus necesidades. También aquí, no se trata de construir de forma aislada un proyecto comunista íntegro, sino de contraponer en aspectos parciales la lógica comunista a la lógica capitalista. Esta lucha se da en ámbitos locales, pero también puede enmarcarse en una acción internacionalista: el verdadero intervencionismo humanitario se realiza con maestros o personal sanitario, y no con unidades militares armadas que a lo que responden es a la lógica imperialista.

Por ello, en el inicio del siglo XXI, podemos afirmar que la vanguardia objetiva de la lucha por el comunismo la constituyen gentes como los informáticos que desarrollan software libre o los médicos cubanos que actúan solidariamente a lo largo y ancho del mundo.


Bibliografía:

F.Engels, "Del socialismo utópico al científico" (1877 en el Anti-Dühring; "Socialisme utopique et Socialisme scientifique", Paris, 1880)), en "Obras escogidas de Marx y Engels", tomo II, ed.Fundamentos, Madrid, 1975, pags.92-161).

F.Engles, "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado" ("Der Ursprunf del Familie, des Privateigentums und des Staats", Zurich, 1884), ed.Fundamentos, Madrid, 1970.

E.Galeano, "Las palabras andantes", ed.siglo XXI, 1993.

H.Marcuse, "El final de la utopía" ("The End of Utopia", "Das Ende der Utopie", Berlin, 1967), ed.Ariel, Barcelona, 1968.

K.Marx & F.Engels, "El Manifiesto Comunista" ("Manifest der Kommunistischen Partei", London, 1848), ed.Ayuso, Madrid, 1975.

K.Marx, "Crítica del programa de Gotha" ("Randglossen zum Programm der deutschen Arbeiterpartei", 1875; en Die Neue Zeit, 1891), en "Obras escogidas de Marx y Engels", tomo II, ed.Fundamentos, Madrid, 1975, pags.5-42.

M.McLuhan, "Understanding Media: The Extensions of Man", MIT Press, Cambridge, 1994 (ed. original en 1964).

T.More, "Utopía" ("Utopia", London, 1516).

R.Pla, "GNU/Linux: la alternativa" (entrevista a Ignacio García), Mundo Obrero, marzo de 2003.

R.Richta, "La civilización en la encrucijada" ("Civilizace na rozcestí", Praha, 1966), ed.Artiach, Madrid, 1972.

J.Stalin, "Octubre y la teoría del camarada Trostki sobre la revolución permanente" (Pravda e Izvestia, 1924), en "La revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos", Ediciones en lenguas extranjeras, Pekin, 1977.

L.Trostki, "La revolución permanente".