Segundo Bru, profesor de la Universitat de València y
ex-dirigente del PSPV-PSOE, revive en un artículo publicado en EL
PAIS-Comunidad Valenciana del 28 de marzo toda la retórica anticomunista
para atacar a quienes alzamos nuestra voz en contra de los bombardeos de
la OTAN contra Yugoslavia. El profesor Bru termina con la sorprendente
acusación a Francisco Frutos, secretario general del PCE,
de haber sido "sordo, ciego y mudo cuando los tanques rusos aplastaban
las libertades en Hungría y Checoslovaquia".
Pase que el profesor Bru no sepa o no recuerde que,
cuando la URSS invadió Hungría en 1956, Paco Frutos tenía
17 años bajo el régimen franquista que condenaba a la juventud
a ser sorda, ciega y muda. Pero resulta increíble que desconozca
que el PCE y el PSUC condenaron en 1968 la invasión de Checoslovaquia
por las tropas del Pacto de Varsovia. De hecho, cuando Paco Frutos ingresó
en el PSUC un año después, dicha condena era una de sus señas
de identidad.
Y precisamente porque el PCE ha venido condenando
desde 1968 toda agresión imperialista, desde Vietnam y Checoslovaquia
a Panamá y Afganistán, sin parar mientes en quien fuera la
potencia agresora, está cargado de legitimidad moral para condenar
hoy la agresión contra Yugoslavia.
Para el profesor Bru el inexistente respaldo del
Consejo de Seguridad de la ONU no sería más que un "tecnicismo
legitimador". Y supongo que también lo será para él
el artículo 63.3 de la Constitución Española, según
el cuál "Al Rey corresponde, previa autorización de las
Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz" ¡Curiosa
manera de entender el Estado de Derecho!
Pero todo eso es pecata minuta cuando el
profesor Bru afirma que la OTAN defiende el derecho a la vida "a costa
de otras, las de los agresores". El conjunto del pueblo serbio, que
está sufriendo los bombardeos, se convierte así en un "agresor"
que no tendría derecho a la vida. Como supongo que tampoco lo tendrían
los futbolistas yugoslavos que, encabezados por Mijatovic, se manifestaban
ayer 28 de marzo en Madrid y Barcelona contra los bombardeos. ¡Y
todo ello sin una declaración formal de guerra!
No. La vida no se defiende con bombardeos. Éstos,
lejos de defender los derechos de nadie, están agudizando el conflicto
entre serbios y kosovares y provocando un aumento de su sufrimiento. Y,
lejos de minar políticamente a Milosevic, nacionalista serbio cuyo
partido usurpa el nombre de "socialista", está provocando una aglutinación
del pueblo serbio alrededor de su gobierno.
Y la agresión de la OTAN no se realiza en
defensa de las libertades nacionales de Kosovo, ni siquiera de su autonomía,
sino para intentar imponer la presencia de tropas de la OTAN en su territorio,
que era el punto central de discrepancia en las negociaciones. Y la única
vía para la defensa de las libertades nacionales de los pueblos
de la zona es el cese inmediato de los bombardeos de la OTAN, que debería
ser seguido de una tregua entre el ejército serbio y el ELK y dar
paso a una negociación directa y en paz entre las partes en conflicto
sin coacciones exteriores, que debería partir de la comprensión
de que, frente a la real amenaza imperialista, la soberanía de los
distintos pueblos es inseparable.