NO MAS VIDAS POR PETRÓLEO
Llamado
para realizar protestas
internacionales el 26 de Octubre en Washington, D.C. y San Francisco
contra la guerra Irak.
Llaman intelectuales y artistas de EU a la resistencia contra la guerra.
Con
cada día que pasa, la administración de Bush se vuelve más
aislada en su plan para lanzar una invasión total contra Irak. Entre
los líderes del mundo que han condenado los planes de guerra de
Washington está Nelson Mandela, el símbolo heroico de la
lucha en contra del apartheid en Sudáfrica. Pero el aislamiento
no es motivo político suficiente para prevenir una guerra nueva,
dijeron miembros de una delegación de paz encabezada por el ex procurador
nacional de los Estados Unidos Ramsey Clark, que hizo una visita a Irak.
Declararon que para eso es necesario un movimiento popular mas poderoso.
En
una conferencia de prensa celebrada el 4 de septiembre en el National Press
Club en Washington, D.C., los delegados se reunieron con organizaciones
en contra de la guerra, líderes de la comunidad musulmana y africana
americana, estudiantes y activistas laborales para anunciar una Marcha
Nacional en Washington el 26 de octubre para detener la Guerra contra Irak.
Simultáneamente, se llevara a cabo otra marcha en San Francisco.
Los
organizadores están haciendo un llamado a todas las personas que
se oponen a la guerra y al racismo para que organicen protestas en todas
las ciudades del mundo ese día, ya que es el primer aniversario
de la Ley Patriótica (Patriot Act) que redujo las libertades civiles
dentro de los Estados Unidos después del desastre del 11 de septiembre
del 2001.
La
marcha del 26 de octubre en Washington fue llamada por el grupo International
ANSWER (Respuesta Internacional - las siglas del nombre en ingles representan
las palabras Actúe Ahora para Parar la Guerra y el Racismo), la
Fundación por la Libertad de la Sociedad Musulman - Americana, y
el Gremio Nacional de Abogados.
"La
gente de los Estados Unidos y de todos lados tiene la obligación
de detener a la administración de Bush en su afán de cometer
una nueva agresión militar contra Irak", dijo Brian Becker, miembro
de la delegación de Clark y un vocero de ANSWER. "La administración
de Bush no tiene el derecho de hacer la guerra contra un país que
no representa amenaza alguna para los EE.UU.
"Con
una indiferencia absoluta al derecho internacional, el Presidente George
W. Bush, el Vicepresidente Dick Cheney, el Secretario de Defensa Donald
Rumsfeld y compañía están planeando enviar decenas
de miles de soldados jóvenes a matar y a perder sus vidas en otra
guerra, para asegurar las ganancias petroleras.
"La
cuestión más importante es esta", agregó Becker."Mientras
que la opinión publica está firmemente en contra de la campaña
bélica de Bush, se requiere un movimiento masivo del pueblo en las
calles, en los lugares de trabajo, las comunidades, los campos escolarespara
prevenir una guerra. "Llamamos a los civiles y militares a ejercer sus
derechos políticos de hablar claramente en contra de una guerra
ilegal".
Muchos
aliados de los EE.UU. están usando la cuestión de inspecciones
de armas para mostrarse menos intransigente en su oposición y al
mismo tiempo no parecer estar en desacuerdo con el plan de la Casa Blanca.
En
vez de defender abiertamente el derecho de Irak a su soberanía y
autodefensa, están apresurando a Bagdad a que acepte el retorno
de inspectores de armas de la ONU, con esperanzas de que esto se convierta
en algo irrealizable.
El
Secretario del Estado, Colin Powell, también ha tomado esta posición.
Powell hizo público su apoyo a la decisión de invasión
de Bush durante una entrevista con la Corporación Radiodifusora
Británica el 1 de septiembre. Powell dijo que Bush tenía
que dar justificaciones claras al Congreso y al mundo. "Se necesita un
debate, para que todos podamos dar un fallo sobre esto. "Como primer paso,
debemos ver que encontrarán los inspectores, enviémosles
de nuevo."
Por
muchos meses, Bush y sus asociados cercanos han tratado de forjar un caso
para la invasión de Irak. Su táctica principal era decir
que Irak estaba "fabricando armas de destrucción masiva."
Pero
algunos inspectores de armas de la ONU, quienes han estado revisando las
plantas de Irak desde la década de los noventa, públicamente
refutaron estos alegatos, diciendo que Irak no tiene tales armas o la capacidad
de construirlas.
El
ex miembro de la marina estadounidense, Scott Ritter, quien encabezó
al equipo de inspección, admitió que no eran más que
operaciones de espionaje de Washington. Ritter dijo que los inspectores
daban información sobre puntos estratégicos políticos
y militares a la CIA para usar en los bombardeos, como la operación
"Zorra del Desierto" de Gran Bretaña y E.U. en 1998.
Buscando
otra justificación, Cheney, dio un discurso beligerante el 26 de
agosto, afirmando que un asalto de anticipación "era necesario porque
Irak algún día podría construir un arma nuclear”.
Cheney agregó que más inspecciones por la ONU no servirían
de nada.
El
2 de septiembre, el Vice Primer Ministro de Irak, Tariq Aziz dijo que el
regreso de los inspectores de la ONU "estaba bajo consideración"
y podría suceder, pero solo como parte de un "acuerdo comprensivo"
que diera fin a las sanciones de los Estados Unidos, las cuales han matado
a más de un millón de personas desde 1991, y el regreso de
la soberanía sobre todo el territorio de Irak.
"Si
ustedes quieren encontrar una solución, tiene que encontrar una
solución para todos estos asuntos, no solo escoger cierto aspecto.
Nosotros estamos listos para encontrar tal solución," dijo Aziz
después de reunirse con el Secretario General de la ONU, Koffi Annan
durante la Reunión Cumbre sobre el Desarrollo Mundial en Johannesburg,
Africa, el 3 de septiembre.
La
división entre Powell, y el grupo Bush/Cheney, Rumsfeld, no es de
principios. Todos son sirvientes de la clase capitalista de los Estados
Unidos y quieren ver la independencia de Irak destruida. La diferencia
descansa sobre cual es la manera más económica de lograr
una meta común ya que todos representan a los intereses de la clase
gobernante y el hambre por las ganancias, y están resueltos a asegurar
su dominación sobre el Medio Oriente rico en petróleo.
No
se puede contar con ningún gobierno capitalista para que monten
una seria oposición a la campaña de guerra porque están
más interesado en mantenerse del lado del imperio que desafiarlo
por la ley internacional o la soberanía de Irak. Ninguno de ellos
quiere ser el próximo objetivo de la agresión del Pentágono.
Tampoco
se puede confiar en la ONU. A pesar de las esperanzas de muchos países
oprimidos que pertenecen a la Asamblea General, la ONU ha servido históricamente
como una cortina para las aventuras imperialistas de los Estados Unidos,
desde la Guerra contra Corea hasta la Guerra del Golfo, aunque el grupo
de Bush ahora quisiera omitirla totalmente.
Lo
único que puede prevenir una guerra y que le daría un claro
mensaje de oposición a la administración de Bush y sus amos
empresariales es la amenaza de un levantamiento social y la resistencia
de las masas tanto en EE.UU. como en todo el mundo.
Una
encuesta en la revista Time Magazine y la CNN del 1 septiembre mostró
que el apoyo para enviar a soldados estadounidenses a derrocar al gobierno
de Irak ha bajado desde un 73% en diciembre del 2001 a un 51% en agosto
del año en curso.
Estas
cifras muestran una duda y una oposición mucho más amplia
contra la guerra que durante los primeros años de la Guerra en Vietnam.
La
protesta del 26 de octubre en Washington puede ser un gran paso hacia la
organización de un movimiento que puede parar la guerra.
Al
mismo tiempo más de 4 mil artistas, intelectuales, académicos
y líderes religiosos estadounidenses lanzaron este jueves 19 de
septiembre un llamado a resistir las políticas de guerra y represión
del gobierno de George W. Bush promovidas desde el 11 de septiembre del
año pasado. Tras insistir en que el mandatario y su gobierno no
hablan a nombre de todos, los firmantes de la carta abierta sostienen que
su declaración es para informar al mundo que no todos los estadounidenses
están de acuerdo con las directrices de la Casa Blanca e invitan
al pueblo a resistir esas políticas.
Los
organizadores de esta iniciativa publicaron hoy llamamiento en una página
del New York Times bajo el titulo "No, en nuestro nombre”,
cuyo contenido transcribimos a continuación:
"Que
no se diga que en Estados Unidos la gente no ha hecho nada cuando su gobierno
ha declarado una guerra sin límites y ha instaurado nuevas medidas
represivas. Los firmantes de este llamamiento invitan a la población
a resistir las políticas y las directrices generales que han emergido
tras el 11 de septiembre y que ponen en grave peligro a los pueblos del
mundo”.
"Nosotros
creemos que las personas y las naciones tienen derecho a determinar su
propio destino, libres de cualquier coerción militar de las grandes
potencias. Creemos que todas las personas detenidas o perseguidas por el
gobierno estadounidense deben tener los mismos derechos. Plantear preguntas,
criticar y disentir son actitudes que deben ser valoradas y protegidas".
"Creemos
que las personas con conciencia deben asumir la responsabilidad de las
acciones de sus gobiernos, y ante todo oponernos a las injusticias cometidas
en nuestro nombre. Invitamos a los estadounidenses a resistir frente a
la guerra y la represión que han sido lanzadas sobre el mundo por
la administración de Bush. Es injusta, inmoral e ilegítima.
Decidamos hacer causa común con los pueblos del mundo.
"Contemplamos
con angustia los terribles acontecimientos del 11 de septiembre del 2001.
También hemos llorado las miles de víctimas inocentes y nos
hemos horrorizado ante la terrible carnicería, que nos ha traído
a la memoria escenas similares en Bagdad, Panamá o hace una generación
en Vietnam. Como millones de estadounidenses, nos hemos preguntado cómo
es posible que algo así haya ocurrido.
"Pero
mientras el dolor estaba apenas en sus comienzos, las más altas
instancias han desencadenado su espíritu de venganza. Han acuñado
una consigna simplista: 'buenos contra malos', que inmediatamente ha sido
adoptada por medios de comunicación sometidos y acobardados. Nos
han dicho que el mero hecho de plantear preguntas sobre estos terribles
sucesos rozaba la traición. No debía haber debate alguno.
No había lugar para dudas éticas o políticas. La única
respuesta posible era la guerra en el exterior y la represión dentro
de casa.
"En
nuestro nombre, la administración Bush, con la casi unanimidad del
Congreso, ha atacado Afganistán y se ha arrogado, junto con sus
aliados, el derecho de destruir fuerzas militares en cualquier lugar y
momento. Las brutales repercusiones se han hecho sentir desde Filipinas
hasta Palestina, donde los tanques y los bulldozers israelíes
han trazado un terrible sendero de muerte y destrucción. Y el gobierno
se dispone ahora a emprender una guerra total contra Irak, país
que no tiene ninguna relación con los hechos del 11 de septiembre.
¿Qué clase de mundo será este si se permite al gobierno
de Estados Unidos lanzar comandos, asesinos y bombas donde quiera que se
le antoje?
"En
nuestro nombre el gobierno ha creado en Estados Unidos dos clases de ciudadanos:
aquellos a los que al menos se les prometen los derechos básicos
del sistema legislativo y aquellos que ahora no parecen tener derecho alguno.
El gobierno ha arrestado a más de mil inmigrantes y los ha encarcelado
en secreto y sin límite de tiempo. Centenares de personas han sido
deportadas y centenares siguen en prisión. Por primera vez en décadas
los procedimientos de inmigración someten a determinadas nacionalidades
a un tratamiento desigual.
"En
nuestro nombre el gobierno ha desencadenado una oleada de represión
en la sociedad. El portavoz del presidente ha intimidado a la gente diciendo
que 'tengan cuidado con lo que dicen'. Los artistas, intelectuales y profesores
disidentes ven sus puntos de vista distorsionados, atacados y eliminados.
La llamada Patriot Act, junto a un sinfín de medidas similares
en los diversos estados, da a la policía nuevos y más amplios
poderes de investigación y secuestro, con cobertura de procedimientos
secretos.
"En
nuestro nombre, el Ejecutivo ha usurpado constantemente los papeles y funciones
de las otras ramas del gobierno. Una orden ejecutiva ha puesto en funcionamiento
tribunales militares. Una firma presidencial basta para definir como 'terrorista'
a determinado grupo de personas. Debemos tomar muy en serio a los gobernantes
cuando hablan de una guerra que durará una generación y de
un nuevo orden. Nos hallamos ante una nueva política imperial hacia
el mundo y una política interior que genera y manipula el miedo
para limitar los derechos.
"Hay
una estrategia mortal en los sucesos de los últimos meses, que debe
ser vista como lo que es, frente a la cual hay que resistir.
"Demasiadas
veces en la historia la gente ha esperado para resistir hasta cuando ya
era demasiado tarde. El presidente Bush ha declarado: 'O con nosotros o
contra nosotros'. Esta es nuestra respuesta: nos negamos a que hable en
nombre de todos los estadounidenses. No entregaremos nuestras conciencias
a cambio de una hueca promesa de seguridad. Decimos no en nuestro
nombre. Nos negamos a ser parte de estas guerras y rechazamos todas
las acciones emprendidas en nuestro nombre o por nuestro bienestar. Tendemos
la mano a quienes en el mundo sufren como consecuencia de estas decisiones".
Mostraremos
nuestra solidaridad con las palabras y la acción. Los firmantes
de este llamamiento invitamos a todos los estadounidenses a unirse a este
desafío.
Aplaudimos
y apoyamos las propuestas en curso, a la vez que reconocemos la exigencia
de hacer mucho más para poner fin a esta locura. Nos inspiramos
en la decisión de los reservistas israelíes que, asumiendo
un riesgo personal, declaran que hay un límite y se niegan a servir
en Gaza y en los territorios ocupados.
Nos
inspiran numerosos ejemplos de resistencia y conciencia que nos ofrece
la historia de Estados Unidos: desde los que combatieron la esclavitud
hasta los que pusieron fin a la guerra de Vietnam incumpliendo órdenes,
negándose a incorporarse a filas y apoyando a los que resistían.
No
permitamos que el mundo que nos contempla se desespere por nuestro silencio
y nuestra incapacidad de acción. Hagamos que pueda sentir nuestro
compromiso. Resistiremos frente a la máquina de la guerra y la represión
y haremos todo lo posible para detenerla".
Firman:
Susan Sarandon, actriz; Kurt Vonnegut, escritor; Robert Altman, director
de cine; Gore Vidal, escritor; Danny Glover, actor; Barbara Kingsolver,
autora; Marisa Tomei, actriz; Russell Banks, autor; Alice Walker, autora;
Aaron MacGruder (Boondocks), caricaturista; Jane Fonda, actriz;
Ozomatli, banda de rock de Los Angeles; Oliver Sto-ne, director; Laurie
Anderson, compositora, dramaturga; Amy Ray, de Indigo Girls; Ani DiFranco,
cantautora; Eve Ensler, dramaturga; Pete Seeger, cantautor; Angela Davis;
Noam Chomsky; Howard Zinn; Edward Said; Brian Eno, músico; Steve
Earle, músico; Tony Kushner, dramaturgo; Martin Luther King III;
Gloria Steinem; Mark Strand, poeta, y 4 mil firmas más. (lista completa en http://www.nion.us)
Fuente:
Alicia Jrapkp, rcm