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CORO
II |
«Ven, Himeneo, donde, entre arreboles | 780 |
de honesto rosicler,
previene
al día (aurora de sus ojos soberanos) virgen tan bella, que hacer podría tórrida la Noruega con dos soles, y blanca la Etïopia con dos manos. |
785 |
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Claveles
del abril, rubies tempranos, cuantos engasta el oro del cabello, cuantas, del uno ya y del otro cuello cadenas, la Concordia engaza rosas, de sus mejillas siempre vergonzosas |
790 |
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purpúreo
son trofeo. Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo.» |
En la estrofa anterior los hombres han presentado el novio
a Himeneo, y ahora las mujeres le presentan a la novia.