Stivals, R. Hacia un nuevo modelo ... Rev. Esp. de Bib., Vol. 1 no. 1. 1997

Hacia un nuevo modelo bibliológico neoliberal mundial

Robert Stivals

Mayo 1997

La presente comunicación tiene como objetivo intentar definir los principales puntos característicos del nuevo modelo bibliológico de organización para la comunicación escrita que se está adoptando a nivel mundial.

1: Recorrido de los principales modelos bibliológicos desde la Segunda Guerra mundial.

Desde 1950 hasta 1989, es decir, en la segunda mitad del siglo XX fundamentalmente, la comunicación escrita estaba organizada en los diferentes países en función de tres modelos principales.

El primero, el más antiguo, el modelo liberal, se remontaba en lo esencial a la Revolución francesa de 1789, y se apoyaba en el concepto de libertad. Libertad de expresión, libertad para producir y para distribuir los libros, más tarde los periódicos, y por último, para organizar los sistemas documentales. El papel del Estado tenía que ser, en teoría, lo más reducido posible; sin embargo el Estado intervenía en las subvenciones, en las bibliotecas y, más o menos, según las épocas, en la censura.

El modelo social, que se da a partir de 1917 y la Revolución bolchevique, con las variantes propias de cada país, se basaba, por el contrario, en el control estatal. El partido comunista orientaba el contenido ideológico de los documentos escritos. El Comité de la prensa, ministerio de Estado, en la URSS sobre todo, sostenido económicamente por el Gosplan (ministerio de Economía), organizaba la producción editorial, la distribución de los libros (Soyuz Kniga) y de los periódicos (Soyuz Pichat). La base de esta organización era el plan temático, previsión anual de las publicaciones. Como en el modelo liberal, pero de forma diferente, las bibliotecas dependían del Estado.

Por último, el modelo del tercer mundo, establecido principalmente después de la segunda guerra mundial en los países colonizados que accedían a la independencia, utilizaba el modelo socialista. El Estado perseguía una independencia ideológica y económica suprimiendo, en principio, el papel de los antiguos países colonizadores.

2: Supresión del modelo socialista a partir de 1985 y establecimiento de un modelo bibliológico neoliberal.

Mucho antes de 1985 y sobre todo antes de 1989, el modelo socialista, tanto en los países del Este europeo como en los países del tercer mundo, había mostrado a pesar de sus numerosas cualidades, un cierto número de puntos débiles: obligaciones ideológicas y burocráticas paliadas por el nacimiento de los Estados Samizdats, y aprovechadas, por otra parte, por la propaganda occidental; producción a menudo insuficiente, por razones económicas y sobre todo por el precio del papel; rigidez del plan temático; lentitud de la organización burocrática de la edición y de la distribución; coste elevado para las bibliotecas de la adquisición de documentos procedentes de los países liberales; censura por parte de los importadores e incluso bloqueo en la comunicación de ciertas categorías de obras dentro de las bibliotecas. Estas insuficiencias eran aún más sensibles en los países del tercer mundo, que únicamente llegaban a satisfacer sus necesidades de lectura importando masivamente, y con muchas dificultades financieras, obras procedentes de las antiguas metrópolis.

Esta situación explotaría, como sabemos, a partir de la llegada de Gorbachov al poder en 1985 y la política llamada de Glasnost y de la Perestroika. Por oltimo, la caída del muro de Berlín, a partir de 1989, completaría la rápida eliminación del modelo bibliológico soviético tanto en la URSS como en los países del Este europeo, e incluso en los países del tercer mundo.

Los a\~nos que siguen son considerados de naturaleza revolucionaria o contrarrevolucionaria, según los puntos de vista. Al igual que sucedió en otras de grandes cambios, (como en 1789, 1815, 1848, etc.), este período duró poco. Las estructuras anteriores son entonces destru\i'das y sustituídas por otras nuevas que reposan básicamente en los principios del liberalismo: no control del Estado; intervención mediante subvenciones; regulación por medio del mercado; libertad para producir, para distribuír y para leer. La censura ideológica queda sustituída por la censura económica. Hoy día, no hay ya razón para detenernos demasiado en esta cuestión. El primer y segundo Coloquio de investigación de la AIB ("Las transformaciones del sistema de comunicación escrita en los países del Este europeo desde 1985", Praga 1994 y Budapest 1995) han planteado el estado de la cuestión . Hemos de subrayar sin embargo que conocemos peor lo sucedido en la antigua URSS y en los pa\i'ses del tercer mundo.

Por consiguiente, esta explosión del modelo socialista deja sitio hoy día, en la mayoría de los países, a un modelo neoliberal de inspiración norteamericana.

3: Sistémica, bibliología política y modelos bibliológicos.

A Cómo estudiar, en esta nueva situación, el modelo bibliológico neoliberal?

Actualmente, parece necesario hacer intervenir la sistémica como método, la bibliología política como teoría explicativa y los modelos como resultados de la observación.

Recordemos en un principio que la introducción de la sistémica en el estudio de la comunicación escrita invertía los enfoques de análisis. Hasta hace muy poco el método utilizado era el de la cadena cronológica: autores, editores, impresores, libreros, lectores, etc.

Este método ha sido reemplazado en la búsqueda bibliológica, hacia 1980, por la sistémica. La cadena describía los estados sucesivos. No explicaba. La sistémica, el método de los sistemas, da la vuelta al enfoque. Parte de las necesidades de la sociedad que ejercen una presión sobre la producción y sobre la distribución para garantizar la lectura. El orden de estudio es el siguiente: estudio de las necesidades de información en la sociedad y análisis de la lectura; estudio de la producción intelectual, de la reproducción y de la distribución por un lado, de la conservación y de la comunicación por parte de las bibliotecas, por otro lado; finalmente, utilización por los servicios documentales. La relación entre el estudio de las necesidades y la de los subsistemas precedentes permite no solamente constatar el equilibrio o el desequilibrio del sistema de comunicación escrita, sino también explicar y, por consiguiente, elaborar si es necesario un programa de modificaciones, para reestablecer el equilibrio del sistema. De esta manera, la sistémica permite establecer un vínculo con la bibliología política, puesto que las necesidades son determinadas por la organización de la sociedad. La sistémica se abre así a la concepción de los modelos bibliológicos.

4: Los modelos bibliológicos sucesivos.

Las investigaciones históricas recientes han mostrado, en esta misma línea, que los sistemas sucesivos de la comunicación escrita se explicaban, por una parte, por la evolución de la sociedad humana; por otra parte, por el sistema de comunicación escrita. Había quedado patente que las estructuras sociales intervenían sobre uno u otro de los elementos constitutivos del esquema de la comunicación escrita: emisor, mensaje, canal, receptor, objetivos.

De esta forma, se ha podido mostrar que en las sociedades preclásicas (Egipto, Mesopotamia, etc.), principalmente hieráticas, el nacimiento de la escritura estaba directamente relacionado con la necesidad de comunicación a distancia (canal).

En las sociedades dominadas por el capitalismo comercial (Antiguedad, Edad Media occidental), como aumenta el número de lectores y de coleccionistas ( receptores), vemos que aparece la organización de los copistas reproductores y de los libreros que se dedican a multiplicar los ejemplares. La presión social pasa así del canal a los lectores.

El desarrollo del capitalismo comercial en Occidente, al final de la Edad Media, y la expansión de la ense\~nanza, tienen como consecuencia el reclamar un mayor número de ejemplares. Se pasa progresivamente de una necesidad de una decena de ejemplares a una o varias centenas. El sistema de los libreros-copistas llega a ser insuficiente. La investigación y el descubrimiento de la xilografía en un primer momento, y de la imprenta después, responden a la evolución de las necesidades. En definitiva, es esa presión de las necesidades de lectura la que actúa esta vez no solamente sobre la estructura comercial, sino también sobre la tecnología.

El nacimiento y el desarrollo del capitalismo industrial, principalmente a finales del siglo XVIII y sobre todo en el XIX y comienzos del XX, crean necesidades nuevas. En un primer momento se trata de la necesidad de informar sobre los acontecimientos, sobre la información política, económica y social. Esta necesidad concierne al mensaje, al medio. El sistema del libro impreso no puede satisfacer estos cambios. Aparece entonces el sistema de los periódicos (empresa de prensa, linotipia, rotativo, sistema específico de distribución).

Después, hacia finales del siglo XIX, y siempre en el marco del capitalismo industrial, en relación con el crecimiento de las empresas económicas, surge la necesidad de explotar la información, principalmente la científica y la técnica, con fines productivos. El sistema documental se elabora progresivamente, a\~nadiéndose así a las cadenas primarias (libros, periódicos) una cadena secundaria de documentación.

Dentro del mismo marco del crecimiento de la sociedad industrial occidental, se desarrolla hacia fines del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, la necesidad de aumentar la rapidez de comunicación. En aquella época el escrito, incluso tratándose de periódicos, es un medio de información bastante lento. Convenía en consecuencia encontrar medios técnicos que permitieran restablecer al emisor en directo y limitar el papel del escrito como intermediario. La presión de las necesidades no tiene ya tanto que ver con el mensaje y el receptor, sino con el emisor. Las técnicas audiovisuales cobran importancia; teléfono, radio, televisión, etc., así como las técnicas de grabación: disco, película muda, película sonora, etc. En todos los casos, desde finales del siglo XIX y sobre todo en la época de la segunda guerra mundial, se ha planteado periódicamente el problema de la muerte del libro, y desde un punto de vista más amplio, la del escrito.

Así pues, a lo largo de la historia, la evolución económica, política y social de la sociedad engendra necesidades de comunicación, escrita sobre todo, que ejercen una presión, principalmente sobre uno de los elementos constitutivos del esquema canónico de la comunicación. Sociología y comunicología coinciden: son el canal (escritura), o los receptores (copistas libreros, imprentas libreros, cadena secundaria de documentación), o el mensaje (periódico), o el emisor (audiovisual) los más afectados. Al mismo tiempo, asistimos a una multiplicación de los sistemas del escrito. Cada sistema nuevo, contrariamente a los temores formulados, no elimina el precedente, sino que lo especializa.

En consecuencia, conviene tener muy en cuenta esta metodología y sus resultados a la hora de abordar el modelo bibliológico neoliberal que se ha ido poniendo en marcha progresivamente desde la segunda guerra mundial y que llega a ser dominante a partir de 1990.

5: El nuevo modelo bibliológico: neoliberalismo y sistema del escrito electrónico.

La sociedad ha cambiado mucho en el último cuarto del siglo XX. Políticamente, el neoliberalismo ha dominado, al menos en el período actual. La preponderancia americana y su sistema de organización se han extendido progresivamente al conjunto del planeta. La competencia militar, y después la económica, han tenido tres consecuencias principales: aumento exponencial de la información, necesidad de tratar problemas complejos y necesidad de comunicar informaciones y soluciones en tiempo real.

El aumento de la información ha cambiado radicalmente las concepciones y los métodos. De la exhaustividad, se ha pasado a la selección y a la concepción de la información útil: Otlet, en la primera mitad del siglo XX buscaba la elaboración de un Repertorio universal que inventariase la totalidad de los libros y de los artículos publicados en el mundo. El desarrollo exponencial de la información aniquiló este objetivo, que habría coincidido por otra parte con el del depósito legal de cada país. En su lugar, se han desarrollado bancos y bases de datos especializados y selectivos, en principio, directamente operativos. La necesidad de estar informado en competencia militar, económica, política, ha dado origen a la investigación tecnocientífica, a la cienciometría y a la nueva concepción de la bibliometría, cuyo término conviene recordar que fue creado por Otlet mismo.

La necesidad de solucionar problemas cada vez más complejos y lo más rápidamente posible ha conducido a la teoría del tratamiento del problema (Simon), al nacimiento de la inteligencia artificial como metodología, al invento de los ordenadores durante la segunda guerra mundial, a su desarrollo y masificación a partir de los a\~nos 1970-1980.

El ordenador afecta directamente al esquema canónico de la comunicación. Sustituye a un interlocutor humano por un aparato que depende de la inteligencia artificial y conlleva, como el hombre mismo, capacidades de memoria, estructuras lógicas de razonamiento (sistema), estructuras aplicadas a problemas específicos (programas), procedimientos de recepción (sentido) y de emisión (lenguajes).

Asistimos pues, en la sociedad neoliberal, a un nuevo desplazamiento de la presión de comunicación dentro del esquema canónico. Hasta los a\~nos 1960-1970 básicamente, las tecnologías audiovisuales concernían simplemente al restablecimiento del emisor humano físico. Hoy día, es nuevamente el receptor el que se ve afectado en el otro extremo de la cadena de comunicación. El hombre que trabaja con un ordenador comunica, pregunta, recibe informaciones, las conserva o las reproduce mediante impresión con una inteligencia artificial. En definitiva, la sociedad neoliberal ha cambiado totalmente los procedimientos de comunicación.

Esto no deja de tener consecuencias. Si el ordenador acelera la actividad intelectual y la hace más fiable, también conlleva, como se ha mostrado desde hace a\~nos, el aislamiento del individuo que lo utiliza y su desocialización. De este modo, el egocentrismo liberal es reforzado, pero no sin consecuencias psicológicas e incluso físicas.

La necesidad de comunicar en tiempo real y a una escala mundial, ha originado y desarrollado la telemática, primero con los módems, más recientemente con el fax, finalmente hoy día con las redes y especialmente con Internet.

En cuanto a los lenguajes, el escrito, infravalorado en los sistemas audio-visuales, ha recuperado con el desarrollo de los ordenadores su importancia normal. Pero, poco a poco, los otros lenguajes han recobrado su lugar, primero con la imagen; después, con la palabra y el sonido. Desde entonces se habla de multimedia.

Así, la sociedad neoliberal dominada por los Estados Unidos ha dado lugar a un modelo de comunicación informatizada y telematizada, de la que forma parte un modelo bibliológico nuevo que se a\~nade a los modelos precedentes.

Hemos de se\~nalar sin embargo que este modelo se ha constituído de forma progresiva, por partes, y es probable que no esté acabado. Paralelamente, usuarios e investigadores van descubriendo sucesivamente elementos nuevos. El entusiasmo por el precedente deja paso a un interés por el nuevo, con el riesgo de no adoptar la distancia necesaria para comprender el conjunto. Por ejemplo, como muy bien ha demostrado Tibor Papp a propósito de los trabajos llevados a cabo sobre la tipografía informatizada, en el marco de la SBS, los problemas planteados sobre los caracteres hacia 1985 han sido superados pronto y por consiguiente olvidados. La gran moda, en 1996, es Internet. Es posible que esta cuestión sea también superada pronto, desplazada por un nuevo problema.

6: Conclusión

La cuestión esencial ya no es, a nuestro parecer, seguir las modas, analizar sucesivamente las técnicas nuevas para aplicarlas y comprenderlas a medida que aparecen, sino conservar la perspectiva, y servirse de la sistémica, de la bibliología política y de la teoría de los modelos con el fin de comprender globalmente el modelo neoliberal, estableciendo relaciones entre el capitalismo y la comunicación general y la comunicación escrita. Hay que establecer su historia progresiva, el sistema general, sus consecuencias en los modelos anteriores y, finalmente, sus límites.
Stivals, R. Hacia un nuevo modelo ... Rev. Esp. de Bib., Vol. 1 no. 1. 1997