Entre las actividades desarrolladas desde su creación por el Instituto Médico Valenciano sobresalen las llamadas sesiones apologéticas. Consistían en homenajear a determinados médicos cuya actividad había pasado desapercibida o no había tenido la suficiente difusión. En la del 18 de noviembre de 1885 el doctor Eduardo Moreno Caballero pretendía tributar un reconocimiento al trabajo realizado por todos aquellos médicos fallecidos en el ejercicio de su profesión en la reciente peste de cólera que había padecido Valencia y sus comarcas más próximas, para ello eligió la figura del médico valenciano Francisco Xavier de Balmis y Berenguer (Alicante, 1753-Madrid, 1819). Este nombre está vinculado a la lucha contra la viruela ya que como gran experto en la materia había participado en varias expediciones médicas organizadas por el norte de África. Sin embargo será la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela (1803-1813) la que lo consagrará definitivamente. El objetivo de la misma era la lucha contra esta enfermedad en las colonias españolas de Ultramar mediante la vacunación preventiva.
En otro orden de cosas, Moreno Caballero estructura el discurso en tres partes: en la primera, desarrolla su biografía. En la segunda, se detiene en la obra casi desconocida que escribió Balmis, Demostracion de las eficaces virtudes nuevamente descubiertas en las raices de dos plantas de Nueva España, especies de ágave y de begónia para la curacion del vicio venéreo y escrofuloso y de otras graves enfermedades que resisten al uso del Mercurio, y demas remedios conocidos. Por este motivo realiza una descripción exhaustiva del libro puesto que, según confiesa, no había localizado ningún ejemplar, en ninguna biblioteca de Valencia, fuera del conservado por los descendientes del propio Balmis. Afortunadamente, en la actualidad, existe un ejemplar del mismo en la Biblioteca Historicomèdica "Vicent Peset Llorca" de la Universitat de València, datado en 1794 En la tercera y última parte, transcribe varios documentos personales de Balmis como soporte a su argumentario. Sin embargo, y a pesar de toda la aportación documental, el discurso, tal como especifica su nombre, es meramente apologético, sin una auténtica investigación histórico-médica que pusiera en más realce el trabajo y la figura de Balmis.
Por último, el ejemplar está en bastante buen estado para la escasa calidad del papel a pesar de estar suelta la portada. Procede de los fondos del antiguo Seminario de Historia Contemporánea de esta universidad según el sello estampado en la portada.
