Articulos sobre empleo publicados en prensa

Realizado por Miriam Prieto

ACTUALIDAD ECONOMICA. Guía para crear su propia empresa

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Guía para crear su propia empresa

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EN BUSCA DE DINERO
- Miriam Prieto -

La financiación es uno de los quebraderos de cabeza para los emprendedores. Desde un préstamo al capital riesgo, hay varias fórmulas para conseguir dinero.

El principal problema fue encontrar financiación”. Luis Sans, consejero delegado del operador postal privado viaPostal, reconoce que la búsqueda de inversores fue una tarea ardua. Necesitaba 240 millones de euros, alrededor de 40.000 millones de pesetas, para poner en marcha su negocio. Tras varios meses, Banco Popular entró en el accionariado con 120 millones de euros.

Al igual que este empresario, muchos emprendedores encuentran dificultades para conseguir financiación. Sin embargo, la Fundación BBVA lanza un mensaje tranquilizador: hay más recursos financieros que proyectos de interés. Desde la Dirección General de Política de la Pyme se asegura que este año las pequeñas y medianas empresas españolas obtendrán de diversos organismos públicos financiación por un valor de 6.759 millones de euros ó 1,12 billones de pesetas.


Cuánto se necesita

El primer paso es determinar los fondos necesarios para poner en marcha la empresa. Para ello se debe realizar una estimación sobre la evolución de los pagos y los cobros. Los expertos aconsejan no poner en marcha el negocio sin dinero suficiente para asegurar su desarrollo. “El empresario debe tener capital propio, porque es muy difícil conseguir financiación para el 100% de la inversión”, explica Sara García, responsable del Departamento Financiero de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid.

Si no se cuenta con recursos propios suficientes, el emprendedor tiene ante sí dos grandes vías: pedir un préstamo o crédito, o bien buscar un socio, lo que implica ceder parte del accionariado. Asimismo, hay organismos públicos que incentivan la creación de empresas a través de subvenciones. Sin embargo, estas ayudas no deben constituir el pilar básico para empezar un negocio.

En muchas ocasiones se busca el capital semilla entre amigos y conocidos. Es el caso de Aitor López-Davalillo, que junto con otros dos socios aportaron los 300.500 euros –alrededor de cinco millones de pesetas– necesarios para poner en marcha la consultora informática Rigelis. “Además, tenemos una línea de crédito por si hay necesidades de financiación, un caso que todavía no se nos ha presentado”, asegura. El rápido desarrollo del negocio –esperan facturar 1,08 millones de euros ó 180 millones de pesetas en su primer ejercicio– les ha permitido autofinanciar sus necesidades de equipamiento informático, al que han destinado 21.035 euros –3,5 millones de pesetas– mediante las fórmulas del renting y el leasing.


Conseguir un avalista

A la hora de pedir un préstamo, los emprendedores suelen encontrarse con la falta de garantías para avalar su proyecto. Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) públicas, como Avalmadrid, o privadas, como Elkargi, estudian la concesión de avales. Además, analizan el proyecto, aconsejan sobre las líneas de financiación y gestionan ayudas públicas. El empresario debe adquirir una participación societaria en la SGR, reintegrable al finalizar la amortización, que en Avalmadrid se sitúa entre un 1% y un 2% del importe avalado. También se aplican comisiones de aval y estudio.

A la hora de pedir un préstamo se puede ir al Instituto de Crédito Oficial (ICO), una entidad de crédito pública. En el caso de las pymes, el ICO suele operar generalmente utilizando los bancos y cajas de ahorro como intermediarios. En la actualidad, tiene abierta una línea para la creación de empresas de 300,5 millones de euros –50.000 millones de pesetas–, que financia hasta 601.000 euros –cien millones de pesetas– a un tipo de interés del euribor más 0,25 si se cuenta con un aval SGR y un plazo de cinco o siete años.

Una variante es el préstamo participativo, por el que la entidad prestamista percibirá un interés variable en función de la evolución de la empresa. Enisa, sociedad de la Dirección General de Política de la Pyme, los concede por un importe entre cincuenta y 150 millones de pesetas.


Capital riesgo

Otra posibilidad es llamar a las puertas del capital riesgo, una actividad consistente en la toma de participaciones con carácter temporal en empresas no cotizadas. Según la Asociación Española de Capital Inversión (Ascri), el pasado año se invirtieron en España 1.202 millones de euros ó 200.000 millones de pesetas. En este mercado operan sociedades que cuentan entre sus accionistas con organismos públicos que no descartan invertir en las primeras fases de una empresa. Sociedades como Catalana d’Iniciatives, Capital Riesgo Madrid o Talde realizan inversiones de pocos millones en capital semilla.

Junto a ellas, hay sociedades privadas como Apax Partners, 3i, Mercapital, Excel Partners, MCH Private Equity… Sin embargo, muchas de ellas no entran en el accionariado de una compañía en sus primeros pasos –representa un 1% de la inversión de capital riesgo realizada en España–, sino en una etapa posterior. “Esta situación cambió con el boom tecnológico, que impulsó las inversiones en capital semilla”, explica Jaime Hernández Soto, socio de MCH Private Equity. Aunque no es lo habitual, esta sociedad tiene algunas inversiones en estas primeras fases. Es el caso de Alarmas 24, una empresa dedicada a la instalación y gestión de alarmas fundada por gestores de empresas como Securitas Direct o Prosegur. MCH ha invertido cuatro millones de euros –665,5 millones de pesetas– en una primera fase, y tiene comprometidos junto con otras sociedades otros veinte millones de euros.

El empresario que recurre a esta vía debe tener claro que su socio acabará desinvirtiendo en busca de las plusvalías. El capitalista de inversión no es un socio pasivo porque se involucra en la actividad empresarial. Por eso, lo primero que debe tener claro el emprendedor es si quiere tener un socio.

 

LOS INSTRUMENTOS

 

Préstamo. La entidad financiera entrega al cliente una cantidad de dinero, obligándose éste a restituir dicha cantidad más los intereses al cabo de un plazo establecido.

Préstamo participativo. La entidad prestamista recibe un interés variable en función de la evolución de la actividad de la empresa prestataria. Se puede acordar un interés fijo con independencia de la evolución de la actividad.

Crédito. La entidad financiera pone a disposición del cliente fondos hasta un límite determinado y un plazo prefijado, percibiendo periódicamente los intereses sobre las cantidades dispuestas. Se suele recurrir para solventar las necesidades de circulante.

Capital riesgo. Inversión a largo plazo de forma minoritaria y temporal en empresas con grandes perspectivas de crecimiento o rentabilidad.

‘Leasing’. Es un contrato de arrendamiento de un bien con la particularidad de que se puede optar por su compra.

‘Renting’. Es un contrato mercantil por el que la sociedad de renting cede a otra en alquiler un bien por un tiempo determinado, a cambio del pago de una renta. No existe opción de compra, pero incluye los costes de mantenimiento y reparación.

 

Final articulo

 


 

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