EL PARO ENTRE LOS LICENCIADOS
EUROPEOS ES LA MITAD QUE EL DE LOS NO UNIVERSITARIOS
España,
con el 36%, es el país de la Unión Europea con más jóvenes
desempleados
SANDRO POZZI , Bruselas (20-03-00)
Cada vez son más los estudiantes europeos que deciden prolongar
su formación, convencidos de que encontrar empleo es más
fácil con un mayor nivel de estudios. En la UE, la tasa
de paro entre las personas con un diploma de enseñanza superior
es algo menos de la mitad (un 6%) que el de los que dejaron
los estudios tras hacer la enseñanza obligatoria (un 13%).
El desempleo de los que cursaron el bachillerato es del
9%. Además, la precariedad alcanza a dos de cada tres jóvenes
asalariados, según el informe estadístico de la Comisión
Europea, Eurostat y Eurydice sobre datos de 1997.
A pesar de la mejor formación y de que los jóvenes de ahora
saben más idiomas y están más familiarizados con las nuevas
tecnologías, los obstáculos para entrar en el mercado laboral
son cada día mayores. Estos datos proceden del último informe
publicado conjuntamente por la Comisión Europea, la Oficina
Estadística de las Comunidades Europea (Eurostat) y la red
de información sobre la educación en Europa (Eurydice),
en el que se reflejan las características de los sistemas
educativos de 29 países europeos en el curso escolar 1996-97.
Una cuarta parte de los jóvenes europeos entre 15 y 24 años
que salen de las escuelas y acuden al mercado laboral se
encuentran sin empleo, mientras que la tasa de paro entre
la población adulta es inferior al 10%. Con el mismo nivel
de estudios, las mujeres sufren proporcionalmente más que
los hombres el problema del paro. Es una constante que se
observa en todos los estados miembros de la UE, excepto
en Dinamarca, Austria y
Holanda, donde las diferencias son menores. En España, la
situación de precariedad alcanza a dos de cada tres jóvenes
asalariados.
Entre 25 y 34 años
La edad también es un factor importante para hacer frente
al paro. La tasa de desempleo de los jóvenes entre 25 y
34 años es del doble que entre los adultos. Un fenómeno
que se agrava en España e Italia, donde se multiplica la
diferencia por cuatro. La posesión de diploma de enseñanza
superior raramente es una condición suficiente para ocupar
un empleo
directamente tras los estudios, y muchos jóvenes tienen
que aceptar trabajos de menor cualificación.
La Unión Europea cuenta en la actualidad con 142 millones
de jóvenes menores de 30 años de edad (el 38% de la población
total), una cifra en constante disminución desde 1975. El
número de alumnos y estudiantes superó en el curso escolar
1996-97 los 83 millones de jóvenes (22% de la población
total europea), repartidos de la siguiente manera: 10,8
millones
en preescolar; 23,6 millones en enseñanza primaria; 17,1
millones en secundaria inferior; 19,3 millones en secundaria
superior, y 12,2 millones en estudios universitarios.
En España hay más de 9 millones de estudiantes. A la enseñanza
infantil se inscribieron 1,1 millones de niños, 2,7 en primaria,
1,1 en secundaria inferior, 2,7 en secundaria superior y
1,7 millones de jóvenes fueron a la Universidad. La gran
mayoría de los alumnos (94%) frecuenta en España centros
públicos o privados subvencionados.
La tasa de participación escolar disminuye progresivamente
conforme llega el fin de la enseñanza obligatoria, aunque
son cada vez más los jóvenes europeos que siguen sus estudios
a partir de los 16 años. Es el momento en el que los alumnos
tienen que elegir si orientan su formación por la vía de
las ciencias o de las letras.
El 71% de los alumnos europeos de 22 años termina con éxito
este primer ciclo de enseñanza superior (el 65% en España),
y en el curso 1996-97 fueron más de 4 millones de jóvenes
los que obtuvieron diploma. La Universidad es el siguiente
paso, que fue seguido por 12 millones de jóvenes. La evolución
también es al alza.
También son cada vez más numerosos los estudiantes que deciden
cruzar las fronteras para cursar los estudios en otro país.
El 40% de los diplomas que se obtienen en esos casos se
refieren a estudios en ciencias sociales, el 22% en ingeniería
y arquitectura y el 28% en ciencias médicas. Las mujeres
son más aplicadas que los hombres.


Final articulo
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