FORMACION DE PROFESIONALES EN EL EXTRANJERO
El
volumen de negocio del sector de cursos de idiomas se sitúa
entorno a los 450 millones de euros anuales y presta sus
servicios a unos 170.000 estudiantes. Si mis cálculos no
son erróneos, esto equivaldría a una dedicación de unos
2.651 euros (441.000 ptas.) por persona a la formación de
idiomas en el extranjero.
Aunque
el volumen del mercado ha descendido en un 5% respecto al
año 2001, el porcentaje de estudiantes respecto del total
de población infantil y juvenil que estudian en el extranjero
ha crecido en un 2,5 puntos. La demografía, terca como siempre,
nos explica las razones.
Lo
que nos tendríamos que preguntar es si tendría sentido ofrecer
alternativas de formación en el extranjero para otros grupos
de edad y con situaciones sociolaborales distintas a la
de los adolescentes de clases medias.
Cuántas
personas con una cierta experiencia laboral (más de cinco
años, por ejemplo) no se han planteado en más de una ocasión
el interés por seguir reciclándose y observan que sólo haciendo
un verdadero "break" profesional podrán conseguirlo.
La formación en el extranjero dentro de las propias empresas
es una magnífica excusa para conseguirla.
Digo
excusa porque uno de los problemas de estudiar y trabajar
a la vez es la separación de las dos dinámicas que, tradicionalmente,
perjudican más a la parte formativa que a la laboral.
Formarse
en el extranjero no es sólo cuestión de estudiar idiomas.
El conocimiento de otros modos de trabajar y otras culturas
laborales, de nuevas técnicas y tecnologías, replantearse
las cosas que uno está haciendo a través de la observación
e implicación en iniciativas profesionales similares o cercanas
a la propia es una magnífica inversión personal y empresarial.
En
un entorno de empresas más globalizado, donde la movilidad
de productos y mercancías es total, la apuesta por favorecer
movimientos e intercambios de personal con voluntad de formación
profesional es una tarea que debe implicar a profesionales,
empresas, el sector de la formación y también las administraciones.
Enric Renau, editor de Educaweb.com
Final articulo
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