Electricidad y magnetismo [1]

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Existen un gran número de objetos relacionados con la electricidad destinados a la enseñanza. Muchos de ellos fueron diseñados para realizar experiencias que alcanzaron gran popularidad en el siglo XVIII, no sólo en los laboratorios de importantes academias científicas sino también en los salones ilustrados, donde servían de entretenimiento a un público ocioso, interesado por las novedades científicas. Estos experimentos eran un espectáculo público, una demostración rimbombante de fenómenos conocidos que servían para apoyar las explicaciones aceptadas en la época. Su objetivo no era la exploración de aspectos desconocidos de la naturaleza, como ocurre en otro tipo de instrumentos y experiencias. El autor de las demostraciones pretendía que su público quedara asombrado por las portentosas chispas producidas con las máquinas eléctricas o los rayos y las descargas que surgían entre dos conductores. En ocasiones, podía invitar a sus espectadores a participar en experiencias donde su pelo se erizaba o las manos atraían pequeñas porciones de papel como consecuencia de la electrificación. Surgidas con el fin de sorprender y maravillar al público de los salones dieciochescos, no resulta sorprendente que algunas de experiencias perduraran durante mucho tiempo en las aulas de física y que, incluso en la actualidad, figuren en muchos museos de la ciencia. De este modo, como anunciaba Ganot en el título de uno de sus libros, el estudiante podía seguir un curso de física "puramente experimental", avanzando en el conocimiento de esta ciencia sin necesidad de complicados conocimientos matemáticos.

 

 

 

 

 

 

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José R. Bertomeu Sánchez