• Mateo José B. Orfila Rotger (1787-1853)
Orfila nació en Mahón (Baleares) en 1787. Su familia era propietaria de una pequeña flota de barcos mercantes, y de pequeño recibió ya una formación sólida. Entre las personas que más le influyeron -según él- estaba el inglés de origen alemán Carlos Ernest Cook, quien le enseñó matemáticas, una "física experimental", historia natural y lógica. También aprendió varios idiomas. A los 17 años fue a Valencia, cuyo ambiente científico le decepció por completo. Por entonces ya conocía los trabajos de Lavoisier, Berthollet y Fourcroy. En busca de un mejor nivel se fue a Barcelona, donde trabó amistad con un grupo de químicos entre los que se encontraba Francisco Carbonell y Bravo. Más tarde, la Junta de comercio de Barcelona le concedió una beca para estudiar en Madrid con Luis Proust, y después en París. Cuando llegó a Madrid, Proust ya se había marchado, por lo que Orfila se dirigió a París. Desde 1806 permaneció en la capital francesa el resto de su vida.

Estudió medicina. Se doctoró en 1811 con el trabajo Nouvelles recherches sur les urines des icteriques. Se dedicó después a la investigación toxicológica y a impartir clases particulares. En 1819 obtuvo la cátedra de medicina legal de la Facultad de Medicina de París; en 1823 la de química, y en 1831 fue nombrado decano, puesto en el que permaneció hasta 1848.

De mentalidad conservadora, Orfila se movió siempre en los círculos más distinguidos de la ciudad. Llegó a obtener mucha fama debido a su intervención en juicios criminales, algunos de ellos de gran impacto social.

Su actividad científica se desenvolvió en los campos de la química, la medicina legal y la toxicología, disciplina que supo cultivar hasta el punto de que la cambió por completo. Estuvo influído por la mentalidad anatomoclínica y sus conocimientos químicos eran de gran altura, es decir, dos condiciones para convertir a la toxicología en una ciencia sujeta a un riguroso método científico. Entre sus contribuciones podemos mencionar la de aclarar que la difusión de los venenos o de los tóxicos se realizaba por vía hemática, y la de crear el concepto de antitóxico. El Traité des poisons ou toxicologie général (1814-1815) recoge por primera vez los resultados de los trabajos de Orfila. El libro fue traducido al inglés, castellano, italiano y alemán. La cercanía de su trabajo experimental con el de la naciente farmacología es muy evidente, sobre todo en el escenario donde se produjeron los cambios que cambiarían el rostro de estas dos diciplinas.

Orfila murió en París en 1853.

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