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| Tantas, al
fin, el arroyuelo, y
tantas  montañesas da el prado, que dirías  | 
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| ser menos
las que, verdes Hamadrías,  abortaron las plantas: inundación hermosa que la montaña hizo populosa de sus aldeas todas  | 
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| a pastorales bodas. | 
Finalmente sabemos por qué hay tantas serranas
en el campo: se dirigen a una boda.