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Zona: Alzira Inicio: Inicio del sendero del Pas del Pobre en Acceso: Desde Alzira. Seguir los indicadores de Tiempo
estimado:
3 horas Dificultad: Muy alta. Tramos de cresta con pasos expuestos y trepadas. El sendero
es inexistente en la mayor parte de la cresta, y correr es casi imposible. En marcha... Ruta: Para facilitar el
recorrido dejamos dos coches más arriba, justo donde empieza la pista de
tierra que lleva a la Font del Garrofer, y bajamos con otro hasta donde
comienza la senda del Pas del Pobre. Justo al empezar el recorrido nos percatamos de
un tremendo fallo: la cámara de fotos se ha quedado en uno de los coches de
arriba… ya no hay tiempo para volver a por ella. Hoy no habrá fotos ¡Qué
fallo…! Comienza esta senda junto a unos campos de
naranjos, por la solana, dejando a la derecha un pequeño barranquillo, que
enseguida cruzaremos para seguir remontando el vallecito que forma más
arriba. Pronto llegamos al collado del Pas del Pobre y damos vista al valle
de Hay que bajar unos trescientos metros hacia la
murta para coger, a la derecha, un senderillo poco marcado que se separa del
camino, empieza a remontar por una zona frondosa, gira a la derecha y monta
sobre el cordal que baja al Pas del Pobre, por encima del mismo. Una vez aquí el sendero pasa de nuevo a la
solana, y se dirige a un barranquito. Justo aquí gira a la izquierda y
remonta la ladera por unas losas de roca, buscando el mejor paso entre la
vegetación. Hay que estar bien atentos a no perder los mojones que nos irán
guiando. El sendero llega a un alto, remonta otra colina
y, después de pasar junto a una sima, vuelve a remontar hasta llegar a la
primera Oreja, en la misma cresta principal. A la izquierda vemos la Creu del
Cardenal y el Caball Bernat. A la derecha la segunda Oreja y el Llom del
Matxo Flac. Estamos donde nos perdimos hace unas semanas en
un día de niebla, el 26/04/07.
Aquel día pretendíamos hacer esta misma cresta desde la Murta… menos mal que
nos perdimos y nos volvimos. Es un recorrido para hacerlo con buen tiempo y
roca seca. Estando aquí alguien nos llama por detrás: Es
Guillem que se había retrasado y viene siguiéndonos. Ha cogido el móvil y
tiene cámara… a ver qué tal salen las fotos…! El recorrido sigue el filo de la
arista hacia el este. En algunos tramos hay restos de algún senderillo, pero
en general conviene seguir lo más posible el filo de la arista, que es más
escarpada, pero tiene menos maleza. Pasamos las dos Orejas, y para abordar el
resalte del Llom del Matxo Flac hay que dejar la cresta y descender unos Desde la base de los desplomes se vuelve a
bordear por la derecha y trepando por el sitio más evidente llegamos a
afilado Llom del Matxo Flac, donde encontramos un monolito de roca con forma
de supositorio y un libro de cima. Desde aquí, la cresta se hace más aérea. Hay que
destrepar un resalte rocoso y luego continuar por una sucesión de aristas
rocosas sin mucha dificultad pero que a veces forman pasos aéreos. La cresta
vuelve a elevarse y llega a un punto donde un precipicio nos cierra el paso. |
Hay que bajar a la derecha, por la solana,
volviendo un poco atrás, para recorrer la curva que hace la cresta en este
lugar y que forma un medio embudo. Seguimos la arista hasta una quilla que se
forma sobre una pronunciada brecha, a la que bajamos, con cuidado.
El espolón de enfrente es demasiado vertical y
alto para subirlo sin asegurar, con lo que toca bordearlo, por la solana,
siguiendo un entrampado sendero. Ya podemos ver frente a nosotros el Ouet, una
pequeña y pintoresca construcción que en su día sirvió de observatorio de
incendios. Aún hoy, hay un guarda durante parte del año.
La cresta que queda hasta llegar al Ouet no es muy
alta, pero llevamos varias horas trepando y las fuerzas ya flaquean, con lo que
algunos se sienten tentados de avanzar por la ladera, por debajo de los
resaltes rocosos que forman la cresta… gran error: la solana está bastante
escarpada, y la umbría demasiado llena de vegetación, con lo cual acabamos de
nuevo todos sobre la roca de la cresta.
Desde el Ouet, la bajada es rápida, por el sendero
que nos lleva a la pista de la Casella, y luego por la casa forestal y el campo
de tiro bajamos rápidamente a los coches.
Ha sido un recorrido especial, menos de correr que
en otras ocasiones, pero más intenso y lleno de emociones con las trepadas,
destrepadas y pasos estrechos y aéreos, con magníficas vistas de la zona de la
albufera hacia el norte y la Serra de les Agulles al sur. El Montcabrer y el
Benicadell asoman más al sur, y la llanura de Alzira con el Caroig al fondo por
el oeste.
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