¿POR QUÉ RAZÓN LOS
‘DALTÓNICOS’ PERCIBEN MAL LOS COLORES?
Joaquín Pérez
Carpinell
La existencia de
individuos con problemas en su visión del color se conoce quizás
desde la antigua Grecia. Los primeros informes sobre anormalidades en
la visión del color proceden de finales del siglo XVIII (Huddart,
1777; Lort, 1778). Es Halbertsma (1949) el que en su trabajo resume
gran parte de la información histórica al respecto. Los estudios
sistemáticos sobre estos defectos comienzan con el magnífico
trabajo de Dalton, Fig.1,
[Dalton
J ‘Extraordinary facts relating to the vision of colours’.
Memoranda of the Literary and Philosophical Society of Manchester.5,
28-45 (1798)].
Da una
idea de la trascendencia de este, el hecho de que hoy en día se
conoce con el nombre genérico de daltonismo cualquier tipo de
defecto de la visión del color. Científicamente hablando los
defectos en la visión del color se conocen como discromatopsias.
La gran mayoría de los
seres humanos, dentro de los Caucasianos un 92% de los hombres y más
del 99% de las mujeres, poseen una forma similar de visión cromática
y esto permite definir a este grupo como normal.
El restante 8% de los hombres y una fracción del orden del 0.5% de
las mujeres, poseen formas de visión cromática anómala
(6%) o
deficiente
(2%) que
han sido determinadas genéticamente, y que
se les denomina congénitas;
estas formas de defecto son hereditarias y se transmiten de padres a
hijos en una forma que nos permite la aplicación rigurosa de métodos
de estudio científico (Fig.
2).
Si clasificamos a los sujetos en tricrómatas, dicrómatas y monocrómatas según que el sujeto precise para reproducir cualquier color tres primarios, dos primarios o un primario, respectivamente, tendremos:
a) visión tricrómatica normal cuando disponemos de tres primarios/ pigmentos: L (rojo), M (verde), S (azul).
b) dos formas de visión tricrómatica anómala, con tres primarios pero con el pigmento L’ desplazado y los otros dos, M y S, normales en los protanómalos, y con el pigmento M’ desplazado y los otros dos, L y S, normales en los deuteranómalos.
c) tres formas de la
visión
dicromática,
en donde dos de los primarios son normales (funcionales), y el
tercero falla (está ausente); en los
protanopes falla
el L, en los
deuteranopes falla
el M, y en los
tritanopes falla el S.
d) finalmente, los
acrómatas
o monocrómata de bastones,
en donde fallan los tres primarios, y los monocrómatas
de conos,
en que solo es funcional el cono S.
En las Fígs 3, 4, 5, se presentan algunas de las características de los distintos grupos de defectivos cromáticos presentados en esta exposición.
Las dificultades que
presentan los sujetos defectivos cromáticos, tanto tricrómatas
anómalos como dicrómatas, respecto a los tricrómatas normales
provienen no solo por tener una visión del color diferente, sino
además, por presentar ambos grupos de defectivos cromáticos
pérdidas en la discriminación de la longitud de onda y de la
saturación, lo que conduce a que mientras
que los sujetos con visión del color normal pueden llegar a
distinguir más de un millón de colores, los que padecen defectos
cromáticos solo son capaces de ver unos pocos.
Al final de la conferencia, se indicaron algunos de los tests clínicos de visión del color más utilizados, y asimismo se realizó un examen de la visión del color de los asistentes a la misma.
Bibliografía general:
- Pokorny J, Smith V.C., Verriest G., Pinckers A.J.L.G. ‘Congenital and Acquired Color Vision Defects’. Grune & Stratton. New York. 1979.
- Birch J. ‘Diagnosis of Defective Colour Vision’. Oxford University Press. Oxford. 1993.