La ceramista Ana Illueca ha cruzado el océano. La valenciana ha llevado una muestra de su trabajo a la semana del diseño en Nueva York (ICFF NYV), una feria especializada en la cual se dan cita en torno a 900 expositivos y 38.000 visitantes.

De esta forma, Illueca plantea una muestra en la cual une la tradición de la cerámica valenciana a través de piezas de barro que llena de relatos. Esta alfarera traslada a cada pieza historias que conectan con el usuario por su actualidad y por su particular visión. Conceptos hechos con barro en los cuales, por ejemplo, consigue que una taza ya no sea una taza, consigue que ésta sea la forma en la cual una persona reclama su dignidad.

Dentro de esta reinterpretación de la cerámica tradicional encontramos sus piezas de ‘El reflejo del Komorebi’, realizadas con una técnica de decoración que los moriscos dejaron como legado y que se  encuentra presente en los principales edificios de la ciudad de València como son el Ajuntament o el Mercat Central. Esta obra, basada en platos y vasijas, habla de la luz de València a través de los naranjos y palmeras que llenan sus calles, y como este juego de luces y sombras llena las aceras de la ciudad.