LA MISION DE LAS ORGANIZACIONES.

(DESDE UN ENFOQUE ANTROPOLOGICO)

RESUMEN

      Durante los tres últimos siglos han progresado extraordinariamente los saberes técnicos merced a la utilización de métodos empíricos. Menos han progresado los saberes humanísticos, entre otras razones, porque estan indeterminados por la libertad. En este trabajo tratamos aspectos de las organizaciones utilizando una metodología antropológica en la que tomamos como referente explicativo de ellas a la persona individual. Analizamos tres realidades grupales: Cultura, Motivación y Clima Etico, para finalmente abundar en la Misión.

INTRODUCCION

Las organizaciones pueden ser mejor conocidas mediante un modelo antropológico.

            Por organizaciones entendemos todo tipo de agrupaciones humanas con una fórmula de coordinación de las actuaciones individuales: empresas, instituciones, sociedades, equipos, etc. y se crean con la pretensión de satisfacer determinadas necesidades. Cuando figura en ellas el ánimo de lucro se apellidan ‘‘mercantiles’’. Por ser aquellas los grandes protagonistas de nuestra sociedad, pretendemos conocerlas y utilizarlas lo mejor posible

                        Los métodos empíricos tan generalizados y exitosos para conocer y tratar las realidades tecnológicas no son adecuados para con las humanísticas en las que interviene la variable libertad, pues al analizar estas con enfoques empíricos, las mal entiende, las trata como cosas y las deshumaniza.

                        Las organizaciones son realidades complejas, y para mejor entenderlas se recurre a modelos que las simplifican seleccionando aspectos relevantes del todo unitario. Inicialmente se recurrió a modelos mecánicos, suponiendo que las organizaciones se asemejaban a las máquinas. Posteriormente se recurrió y aún se recurre a modelos biológicos, asimilándolas a los animales; este enfoque supuso un progreso porque se incorporaron en el modelo algunas variables ‘‘vitales’’ expresivas. Nosotros recurrimos al modelo antropológico, que considera a la persona individual como el mejor referente de la organización por cuanto ambas realidades integran la libertad que es, con mucho, la variable más relevante en sus comportamientos; y por libertad entendemos ‘‘la capacidad de escoger lo mejor para sí con conocimiento de causa’’. Tanto las personas individuales como las organizaciones (personas grupales) no actúan, no hacen nada, y mucho menos relevante, si no es con la pretensión, acertada o no, de lograr ‘‘lo mejor para sí’’. Por ello los modelos interpretativos de las organizaciones que no cuenten con ella son poco expresivos.

                        En adelante consideraremos a las organizaciones como Personas Grupales y utilizaremos estas dos expresiones indistintamente. La Persona Grupal es una realidad análoga a la persona individual, un supuesto unitario de actuación integrado por individuos que comparten una misma razón de ser y de actuar.

                        Por persona individual, referente de nuestro modelo, entenderemos ‘‘animal racional, afectivo, neumónico, altérico, libre, trascendente y con la mayor dignidad’’. Es el ser más perfecto, el menos condicionado, el único capaz de trascender y proyectarse fuera de sí.

                        Tratar las organizaciones como personas grupales es adecuado porque ‘‘lo causado sigue a la causa’’ y toda organización es creada por, al menos, una persona que la configura como proyección de sí misma. También porque, en las organizaciones, las decisiones las toman individuos siguiendo sus ‘‘personales’’ criterios, siendo las decisiones grupales suma y síntesis de las apreciaciones de quienes la componen. Mediante una interpretación personalista, antropológica, podemos entenderlas mejor, ya que comprenderlas, abarcar del todo sus contenidos es imposible. Siguiendo con esta analogía podemos afirmar que las personas grupales también tienen Memoria, Entendimiento, Voluntad, Afectividad, Motivaciones, Etica, Misión, etc., cualidades éstas análogas a las individuales, y que no son partes sino aspectos de una realidad unitaria. Anticipémonos a una cuestión que se nos puede plantear, diciendo que el valor epistemológico de este modelo quedará de manifiesto cuando contrastemos las conclusiones que con él obtengamos.

            A continuación, trataremos con este enfoque tres elementos particularmente relevantes de las Personas Grupales: Cultura, Motivación y Clima Etico, para terminar considerando más extensamente una cuarta: la Misión

LA CULTURA DE LAS ORGANIZACIONES

                                               Personalidad es a Persona lo que Cultura a Organización

            Siguiendo el Modelo Ribes-Hankins de Cultura Empresarial (HD 79, 42-47)[1] diremos que ‘‘personalidad es a persona lo que Cultura a Organización, un modo de ser, estar y actuar en la realidad’’. La Cultura de una Persona Grupal es el conjunto articulado de sus querencias, creencias, pautas de comportamiento, y medios, que comparten sus componentes y es, en cierto modo, el ''común denominador'' de las culturas de quienes la integran.

            Por Querencias entendemos el conjunto de sus pretensiones (fines, objetivos, metas, propósitos, intereses, valores, etc.). Ellas fundamentan sus actuaciones y la adscripción e integración de las personas que la componen.

            Las Creencias son el conjunto de supuestas verdades que comparten los miembros de una organización, y que se utilizan para comprender y actuar sobre las realidades, internas y externas, de la misma.

            Pautas de comportamiento son todo aquello que implícita o explícitamente prescribe un modo de actuar, bien porque se ''debe hacer'' o porque así ''se ha venido haciendo''.

            Y Medios son aquellas variables instrumentales que utiliza la organización para lograr sus Querencias.

            Finalmente y para completar lo sustancial del modelo referido, mencionaremos dos cualidades deseables para que la Cultura de una determinada organización sea valiosa: la Coherencia y la Consistencia.

            Por Coherencia entendemos la no contradicción entre sus creencias, querencias, pautas de comportamiento y medios. Frecuentemente se contradicen pues se creen unas cosas, se desean otras, se hacen unas terceras y se utilizan medios inadecuados. Armonizar estas variables es propio de la tarea directiva. Por Consistencia. entendemos la intensidad con la que los miembros comparten las referidas variables de la propia cultura.

            Los análisis de coherencia y de consistencia nos permitirán conocer y corregir las contradicciones internas, y saber hasta qué punto están asumidas y compartidas las variables culturales de una organización por sus miembros.

            Siempre las personas, individuales y grupales, consciente o inconscientemente, actúan desde sus propias culturas: coherentes, consistentes, explícitas o todo lo contrario. La buena dirección de una organización consiste casi exclusivamente en la fijación, implementación y realización de una determinada Cultura. Esta es la base de la función directiva. Se puede afirmar que diferentes culturas conducen a muy diferentes resultados, y que configurarla es configurar lo más radical y nuclear de la organización; por ello, todas las actuaciones, en, y desde, la Organización deben ser consecuentes con aquella: desde la Estrategia hasta la Estructura, pasando por la selección de personal, la publicidad, la comunicación, etc. En estas, y en todas las realidades organizacionales, será conveniente proceder desde la propia Cultura, porque ello hará posible un comportamiento unitario y coherente con lo que se es y se pretende.

            Identificar la Cultura significa describirla y conocerla lo mejor posible para a partir de aquí, mejorarla, configurarla de otro modo, etc. De ordinario, de una Organización conocemos: su objeto, razón social, fecha de fundación, estados financieros, la apreciación que de ella nos quieren dar y la que por apariencias percibimos, pero la conoceremos mucho mejor si averiguamos sus Querencias, Creencias, Pautas de comportamiento y Medios tal y como previamente hemos descrito. El proceso para conocer estas realidades es complejo, y por más que una persona cualificada de dicha Organización pueda dar su versión, el Director General por ejemplo, para su mejor identificación, convendrá conocer el parecer de otros (directivos, socios, empleados, consejeros), y si hace al caso de clientes y/o proveedores. La confirmación de todo ello por expertos externos es una auditoría cultural.

            Concluiremos este apartado afirmando que una Persona Grupal es y actúa de modo tanto más semejante a una persona individual cuanto más coherente y consistente sea su Cultura.

LA MOTIVACION DE LAS ORGANIZACIONES

                                   Los Motivos son la causa final de los comportamientos

            Las necesidades humanas han sido frecuentemente estudiadas desde su aspecto motivacional, pues toda necesidad tiene en sí una causalidad final de la acción que llamamos motivo. Conviene conocerlos para con ello explicar mejor los comportamientos.

            Peréz López (1993) en su modelo motivacional de las personas individuales, divide las necesidades en tres grupos: extrínsecas, intrínsecas y trascendentes. Por extrínsecas entiende aquellas que se satisfacen mediante realidades externas. Por intrínsecas, las que se satisfacen en y desde uno mismo. Y por trascendentes, las que se satisfacen cuando se solventan necesidades ajenas. El ser humano tiene necesidades -siente carencias- de los tres tipos. Su vivir es una continua pretensión de satisfacerlas. De los tres tipos mencionados, las trascendentes son las que se proyectan en otros y dan mejor respuesta a la ‘‘voluntad de sentido’’, según la terminología de V. Frankl, para quien el ser humano además de tener voluntad de placer y de poder necesita conocer la razón de su vivir que tal y como hemos advertido es altérico (no termina en sí mismo, es él y sus circunstantes) que influye y es influido, goza y sufre con otros, se con-padece y se con-gratula.

            Análogamente a como sucede con las Personas individuales ocurre con las Grupales; en estas, las motivaciones extrínsecas más comunes son las retribuciones al trabajo y al capital (rentabilidad incluida si se trata de organizaciones lucrativas); las intrínsecas más relevantes son la Excelencia, el Progreso, el buen Clima Etico. Y las trascendentes son las satisfacciones de terceros (clientes, proveedores, sociedad) que al mismo tiempo congratulan a los componentes de la organización. Las satisfacciones grupales y de modo especial las ‘‘trascendentes’’ dan más sentido a las actuaciones, fomentan la autoestima y la ilusión que hacen presente en la imaginación de los partícipes de la Organización lo que se espera, algo que puede resultar más gratificante que las mismas consecuciones.

            El conjunto de las diversas motivaciones activa las actuaciones y son las trascendentes las que más fuerza aunadora tienen, pues las extrínsecas son logros que luego habrá que distribuir en confrontación de intereses de unos frente a otros (nóminas, dividendos, reinversión), las intrínsecas son egocéntricas y egotrópicas por definición, pero las trascendentes, al proyectarse hacia terceros, permiten que todos los componentes de una Persona Grupal puedan sentirse interesados en ellas por lo que aportan cooperación e impulso integrador. Su relevancia queda manifiesta en grupos cuya acción ordinaria se proyecta en los demás: familia, organizaciones no gubernamentales, religiosas, etc.

EL CLIMA ETICO DE LAS ORGANIZACIONES

                        Calidad de vida es a persona individual lo que Clima Etico a Organización

            Para situar esta cuestión diremos que por Etica entendemos ‘‘el arte de hacer bien las cosas desde todos los puntos de vista’’ (HD 84,48-54). Si en una Organización se hacen las cosas bien se originará un buen Clima Etico que se caracterizará entre otras, por la Calidad y la Excelencia. El Clima Etico guarda semejanza con la Calidad de Vida en las personas individuales.

            En las Personas Grupales existen diversos ámbitos circunstanciales que podemos reducir para nuestro objeto a dos, el interno y el externo. Por ámbito interno entendemos el conjunto de circunstancias que atañen a las personas muy vinculadas a la organización, socios, trabajadores, directivos y consejeros. Por ámbito externo nos referimos al conjunto de circunstancias que afectan a los restantes implicados por ella: accionistas, clientes, proveedores, sociedad en general. Si tomamos en consideración las circunstancias Eticas, de estos dos ámbitos, aquellas que implican virtudes y/o vicios, al conjunto de todas ellas le denominamos Clima Etico y este nos da noticia, desde el punto de vista de las personas que lo disfrutan y padecen, de si la organización hace las cosas bien o no, en ella y desde ella.

            Cuando constatamos un Buen Clima Etico en una Persona Grupal, podemos dar por supuesto que subyace en ella una Cultura coherente y consistente en la que todo suele funcionar bien: resultados, iniciativas, cooperación, etc. y cuando se deteriora, todo empeora: calidad, absentismo, reclamaciones, y lo que es más grave, los mejores, porque pueden, se van, y entra la organización en un proceso de degradación que una vez iniciado resulta difícil de detener. Las patologías de las Personas Grupales tienen como principal síntoma el deterioro del Clima Etico que refleja un proceso de descomposición en marcha.

            Es oportuno, mejor antes que después de identificar la Cultura de una organización, analizar su Clima Etico, porque siendo una manifestación sintomática de la Organización global nos permitirá hacer un elemental diagnóstico acerca de su unidad, coherencia, consistencia y dispondremos de una aproximación expresiva de la misma.

            Considerados algunos aspectos de la Persona Grupal desde un enfoque antropológico: Cultura, Motivación y Clima Etico, trataremos por último la que consideramos cuestión principal de este artículo, la Misión.

3. LA MISION DE LA ORGANIZACION

            Proyecto vital es a Persona lo que Misión a Organización

            Entre las muchas cosas que la organización nos invita a investigar, la primera y principal es su ‘‘Proyecto común’’ que llamamos Misión y que guarda analogía con el Proyecto Vital de las personas individuales. Se asemeja en parte a la vocación de estas que se dice la tienen para el arte, las matemáticas, la medicina, etc. El oportuno y adecuado seguimiento de su vocación en las personas individuales les permite hacer realidad lo mejor de sí mismas. Igual sucede con las personas grupales, quienes con un fiel seguimiento de su Misión pueden realizarse mejor siempre y cuando sea acertada.

            La Misión es el ‘‘Proyecto común’’ de la Organización, la dimensión proyectiva de su modo de ser, de su Cultura. Con este término nos referimos al conjunto de bienes y/o servicios que la organización pretende ofrecer a la sociedad (al mercado en su caso) para satisfacer algunas de sus necesidades. Comprende el qué hacer, el cómo hacerlo, y la concreción de otras circunstancias relevantes al respecto. Es el propósito que deben pretender todos los implicados en la organización para que cada uno pueda obtener respuesta a sus individuales pretensiones en ella. Es la referencia para todas las actuaciones grupales, y ante las diversas alternativas que se presentan de continuo, todos han de optar por aquellas que más se ajusten a la misma. Y si las personas individuales deben actuar según el dictamen de ese a modo de instinto que se llama conciencia, las personas grupales lo deben hacer según la conciencia colectiva coherente con la Misión.

            Misión y Cultura se condicionan mútuamente y convendrá identificarlas, explicitarlas y coordinarlas lo mejor posible.

            Toda organización tiene proyectos en común, pero en la medida en que estos sean coherentes entre si, se podrá hablar de Misión, y cuanto más conocida, compartida y acertada sea esta, más integrará a los participantes en los trabajos consiguientes.

4. DESCRIPCION DE LA MISION

            Para describir la Misión de una Organización es necesario identificar las necesidades de terceros que pretende satisfacer y el cómo hacerlo, para concretar luego otros aspectos circunstanciales relevantes.

            Para identificar y en su caso formular la Misión de una Persona Grupal será conveniente conocer las que son o fueron pretensiones de su promotor o promotores. Con ello dispondremos de una primera aproximación.

            Conviene advertir que la Misión de una organización mercantil no es ganar dinero, por más que esta sea condición ‘‘sine qua non’’ de su existencia. Tampoco es el conjunto de sus ‘‘querencias’’; no obstante una y otras deben quedar subsumidas en la Misión .

            Unas apreciaciones concretas nos ayudarán a entender mejor qué sea y cómo se puede expresar:

            La Misión genérica de toda organización comercial consiste en poner a disposición de los consumidores productos y/o servicios. Isidoro Alvarez, presidente del Corte Inglés, en la Junta celebrada en agosto del 99 concretaba diciendo: ‘‘El consumidor nos debe seguir identificando por la calidad, el servicio, la atención, la amplitud de la oferta y la garantía’’. Así explicitaba aspectos fundamentales de su Misión.

            La Misión genérica de toda universidad consiste en descubrir y trasmitir la verdad, bondad y belleza de la realidad en su unidad. Según las concreciones oportunas describiremos la Misión Específica de una universidad literaria o politécnica, estatal o libre, excelente o vulgar, etc. Se requerirá pues precisar aspectos circunstanciales en cada caso. En concreto, el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa dice:

 

‘‘La misión del IESE es

prestar un servicio a la sociedad en general y al mundo de la empresa en particular,

mediante una labor docente de calidad y exigencia,

apoyada en una sólida base de investigación de los problemas que afectan a la empresa.

En su cometido pretende impartir los conocimientos y desarrollar las capacidades y actitudes necesarias para la profesión de la dirección en un mundo cambiante y cada vez más internacional,

haciendo hincapié en los aspectos humanos de la empresa’’

(Mayo 1999).

            Concluyamos diciendo que la descripción debe incluir, qué se pretende, cómo, para qué y para quién, amén de otros aspectos circunstanciales relevantes. Para que su formulación gane en capacidad difusora y operativa deberá expresarse de forma clara, concisa y completa, y aunque siempre se formule como definitiva para que no parezca algo circunstancial, procederá efectuar en ella ocasionales modificaciones.

5. INFLUENCIA DE LA MISION EN LA VIDA DE LAS PERSONAS GRUPALES

            Solo cuando se es consciente de participar en un proyecto común (Misión), el trabajo grupal adquiere sentido y puede estimular a los partícipes de modo habitual.

            John Kay[2] cuenta que hace años (no se utilizaba aún el termino Misión con las actuales connotaciones) ICI se pronunciaba del siguiente modo: ‘‘ICI aspira a ser la empresa química más destacada del mundo atendiendo clientes en el ámbito internacional gracias a la innovadora y responsable aplicación de la química y las ciencias afines. Mediante la consecución de nuestro objetivo, aumentaremos la riqueza y bienestar de nuestros accionistas, nuestros empleados, nuestros clientes y las comunidades a las que atendemos y en las cuales trabajamos’’. Años después, en 1994 y por determinados motivos, se pronunció del siguiente modo: ‘‘Nuestro objetivo consiste en obtener el máximo valor para los accionistas centrando nuestra atención en las actividades en las que tenemos el liderazgo del mercado, una ventaja tecnológica y una base de costes internacionalmente competitiva’’. Este cambio -explica Kay- supuso un grave desenfoque y desde entonces se originó una lamentable disminución de lo que habían sido sus muy relevantes logros.

            Es fácil comprender que el nuevo enfoque cambiase la trayectoria de la organización provocando que todos sus partícipes reorientasen sus actitudes y comportamientos para con la empresa. Los accionistas quedarían inicialmente complacidos pero los trabajadores seguramente no, y ofrecerían la resistencia de quienes se sienten instrumentalizados y limitarían su aportación especialmente en aquello que de más valor tiene todo ser humano, su intencionalidad creativa. Los efectos negativos de este ejemplo ponen de manifiesto cómo puede influir en la vida de una organización un cambio relevante de la Misión,.

            Nadie hace nada que no sea para su propio bien. Nuestra condición altérica nos lleva a hacer el bien a terceros por ser ‘‘otros yo’’ y porque solventando sus necesidades, conseguimos contraprestaciones para las nuestras. Lo dicho permite que en las Organizaciones concurran las motivaciones trascendentes de los individuos (las que les satisface cuando solventan necesidades ajenas) con la Misión de la Organización (satisfacer necesidades de terceros). Explotar esta concurrencia redundará en beneficio mutuo, fomentará la eficacia de la Organización y la satisfacción de los partícipes.

6. LA MISION DE UNA ORGANIZACION DEBE RENOVARSE EN OCASIONES.

            La Misión se fundamenta en satisfacer necesidades ajenas. Como unas son permanentes y otras cambian conviene matizarla de vez en cuando.

            Decíamos que, la Misión, aunque siempre se formule como definitiva procede matizarla en ocasiones. Las personas grupales pueden pervivir indefinidamente acomodándose a los cambios. Para mejor proceder a ello convendrá conocer además de la realidad presente, su razón histórica y su razón teleológica. Importa conocer el pasado porque es el origen de una trayectoria que lleva su propia inercia, pero para la pervivencia importa más estar atento a lo por venir. Ello suponer reorientar la Misión , y adecuar la Cultura tomando en consideración oportunidades y amenazas, fortalezas y debilidades.

            Para hacer realidad lo dicho respecto al porvenir se requiere la que se conoce por Visión, percepción anticipada de la realidad futura, especialmente de aquella que condicionará nuestra organización y cuyas circunstancias constituirán el nuevo marco existencial. Esta intuición prospectiva es necesaria para anticipar el cambio hacia la nueva Misión y la nueva Cultura requeridas.

 

7. A MODO DE CONCLUSION.

            Para la buena gestión de una organización conviene poner atención en:

 

            A.- La definición de su Misión procurando que sea bien conocida, compartida, actualizada y acertada.

 

            B.- La identificación de su Cultura promoviendo su coherencia y su consistencia

 

            C.- Evolucionar de acuerdo con una Visión acertada.

 

            D.- Mejorar su Clima Etico   



[1]- Ribes Pons, Angel. ''La cultura de la empresa: cómo actuar en ella y desde ella'', en Harvard Deusto Business Review. nº 79, Julio-Agosto 1997. Pags. 42-47-

 

[2]John Kay La honradez no es simplemente una política de empresa Accros the Board. Transcrito en Harvard Deusto Business Review.