Se trata de un término extremadamente polisémico y afectado de importantes cambios de significado. Se ha utilizado como término genérico para designar los diferentes productos resultantes de la acción del fuego sobre metales y minerales (calcificación o calcinación), generalmente óxidos y carbonatos metálicos. Así, entre los nombres tradicionales recogidos por Gutiérrez Bueno en su traducción de la nueva nomenclatura de 1787 se pueden encontrar términos como "cal de arsénico", "cal de antimonio vitrificada" o "cal blanca de manganesa". También fue utilizado con un significado más restringido para referirse a un grupo de compuestos derivados de un tipo de "tierra", la "tierra calcárea", que era el componente principal de las "piedras calizas". Las piedras calizas como las gredas, mármoles, yesos o espatos (mezclas más o menos puras de carbonato cálcico) podían ser calcinadas por la acción del fuego, provocando la separación de los que se consideraban sus tres componentes principales: el aire fijo (v.), el agua y la "tierra calcárea". Es a esta tierra artificial no existente en la naturaleza en estado puro (formada principalmente por óxido de calcio) a la que se denominaba "cal".
El procedimiento para la obtención de la cal era conocido desde muy antiguo y con ella se preparó tradicionalmente el mortero o argamasa (una mezcla de cal, arena y agua) utilizado en la construcción. Recién obtenida, la cal presentaba un aspecto blanquecino, un sabor acre y un comportamiento extremadamente cáustico. Estas propiedades desaparecían rápidamente cuando la cal entraba en contacto con el aire o con el agua. La cal se calentaba, se hinchaba, se hacía más blanca y perdía su causticidad. Era como si se apagara o muriera, por lo que a la cal pura se le llamó "cal viva", "cal corrosiva" o "cal calcinada" y a la cal resultante de la acción del aire o del agua, "cal muerta", "cal apagada" o "cal desleída en agua". En este último estado la cal es una mezcla de hidróxido de calcio, formado por la reacción del óxido de calcio con el agua, y de carbonato cálcico, formado al combinarse el hidróxido con el anhídrido carbónico del aire.