LO FATAL
Dichoso el árbol
que es apenas sensitivo,
y más la piedra
dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay
dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor
pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no ser
nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de
haber sido y un futuro terror...
Y el espanto
seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la
vida y por la sombra y por
lo que no
conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que
tienta con sus frescos racimos
y la tumba que
aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber
adónde vamos, ni de dónde venimos...!
Rubén Darío