Alf Sjöberg


Cineasta sueco (1903-1980). Estudió arte dramático en Estocolmo al mismo tiempo que Greta Garbo. Apasionado por el teatro, llamó la atención de todos primero como actor y más tarde como realizador. A los 27 años fue nombrado director del Teatro Real de Estocolmo, insigne honor del que fue digno durante toda su vida puesto que hasta el día de su muerte sirvió al teatro con una competencia y un talento que se manifestarían en sus adaptaciones escénicas de las obras de Gogol, Sheridan, Dostoievski, Lagerkvist Shakespeare, Lorca, Sartre, Arthur Miller. En 1929, debutó en el cine con una obra sorprendente, El más fuerte (Den starkaste) que evoca en ciertos momentos a Flaherty y que está dedicada a los cazadores de focas en el Artico. La debilidad del cine sueco de los años treinta que siguió a la edad de oro del cine mudo, le alejó un tiempo de los estudios, pero no obstante, en 1940, firmó una segunda película: Su vida en peligro (Med livet som insats) que el público recibió con indiferencia. Este fracaso no le desanimó. Siguió dedicándose al teatro, pero él está -en los años cuarenta- en el origen del renacimiento del cine de su país.

En 1942 rodó El camino del cielo (Himlaspelet) una brillante alegoría adaptada de la obra de Rune Lindstrom. Dos años más tarde, trabajó con un guionista llamado Ingmar Bergman y realizó una notable película expresionista: Tortura (Hets) . Es el retrato de un profesor paranoico que goza persiguiendo a uno de sus alumnos y satisface su sadismo en una joven vendedora en un estanco. La película no carecía de segundas intenciones políticas y reflejaba la ira de sus autores frente a la amenaza nazi. Iris y el corazón del teniente (Iris och lotnanshjarta) de 1946 describe de forma nostálgica y mordaz al mismo tiempo, los ambientes de la alta burguesía sueca. En Sólo una madre (Bara en mor) de 1949 se siente próximo a Donskoi y describe la penosa vida de una obrera agrícola -magníficamente interpretada por Eva Dahlbeck- en un estilo naturalista. La carrera de Sjöberg recibió su consagración en 1951 cuando su Señorita Julia compartió, en el Festival de Cannes la Palma de oro con Milagro en Milán de Vittorio De Sica. Su adaptación de la obra de Strindberg es imaginativa y debe mucho a Anita Björk, que encarnó una Julia original y emocionante.

Sus dos películas siguientes se inscriben en un marco histórico: Barrabás (Barabbas, 1953), de Pär Lagerlvist y Karin Mansdotter (1954) de Strindberg. Consiguió un tono más incisivo y personal en Pájaros salvajes (Vidfaglar,1955), melodrama populista transfigurado por un lirismo exacerbado. La última pareja que queda (Sista paret ut, 1956), El juez (Domaren, 1961, según obra de Vilhelm Moberg), La isla (On,1965) denotan en Sjöberg cierto agotamiento de la inspiración. Pero el hombre de teatro salvó por última vez al cineasta que parecía interrogarse sobre sí mismo, sin aportar soluciones inmediatas: El padre (Fadern, 1969), rigurosa adaptación de la obra de Strindberg, festeja con brillo la unión del teatro y la pantalla. Dirigiéndose.al teatro, Sjöberg fue víctima de un accidente de circulación en Estocolmo. Suecia perdía así uno de sus mejores creadores de atmósferas e imágenes.


Eva Dahlbeck en Sólo una madre (1949)

Iris y el corazón del teniente (1946)