Prodigioso retrato femenino, el de Jenny, una doctora cuya
vida comienza a dar giros para los que ella no parece preparada,
y que la colocan muy cerca del vacío más absoluto.
Tras un intento de suicidio posterior a una violación empiezan
a exorcizarse los demonios que la atormentan y, así, compartirá
una noche de catarsis en la que desvelará a su compañero
Tomas las causas de su incapacidad para funcionar en diversos
campos de lo afectivo. Como es habitual en el director, no existe
ruptura entre el sueño y la realidad haciendo que el espectador
se sumerja en el mundo mental de la protagonista como si fuera,
de hecho lo es, parte de su vida normal.
Ingmar Bergman (1918) es hijo de un pastor protestante que le educó con gran rigidez. Esta educación y la relación con su madre le marcó toda su vida y quedó posteriormente reflejada en sus películas. Marchó muy joven a Estocolmo para cursar estudios secundarios y más tarde en la Universidad, donde se licenció en Arte y Literatura.
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