Carl von Linné o Carlos de Linneo como también se le conoce, ha sido considerado como Príncipe de las Botánicas. Es uno de los suecos más famosos de todos los tiempos. Sus aportaciones científicas fueron pioneras. Hasta que la Tierra no quede de nuevo vacía y desierta, no se olvidará su nombre, según se ha dicho.
Nació en Råshult, en la región sueca de Småland, hijo de un pastor prostentante. Su carrera académica la inició en Lund, de donde se mudó después a la también universitaria ciudad de Uppsala, donde, con el tiempo, llegó a catedrático de Medicina. Durante varios veranos, emprendió largos viajes por distintas regiones de Suecia, cuya naturaleza estudió de forma sistemática. El primero de esos viajes, en 1732, le llevó a Laponia. Sus descripciones de allí llamaron también la atención en el extranjero. En los Países Bajos publicó en 1735 una primera edición de Systema Naturae. En esa obra, que en el transcurso de los años sería publicada en otras once ediciones más, presentó una forma de sistematizar la naturaleza. La última edición comprendía nada menos que 15.000 especies de minerales, flores y animales. Su mayor aportación se refiere a la Botánica, en la que introdujo el llamado sistema sexual, elaborando un método nuevo y revolucionario para clasificar y dar nombre a las plantas. Durante su período de catedrático se rodeó de un círculo de discípulos y colaboradores entusiastas. Esos apóstoles, como se les ha llamado, fueron enviados a viajes de exploración llenos de peripecia por todo el mundo, entre otras partes, a las Indias Orientales, China, Japón y América del Norte y del Sur. Dos de sus alumnos de Uppsala dieron la vuelta al mundo con James Cook. A la muerte de Linné, su viuda vendió todas sus colecciones, manuscritos y cartas a Inglaterra, donde se encuentran ahora bien conservados en la Linnean Society de Londres.