Marta de Herlof es acusada de brujería y condenada a la hoguera. Acude en busca de ayuda a casa del Pastor de la Iglesia, Absalon, para que la salve de la misma manera que salvó a la madre de su joven y actual esposa Anna. Este se niega y Marta le amenaza con denunciar el hecho pues, según la ley, la hija de una bruja también debe morir en la hoguera.
Después de trece años sin dirigir ningún largometraje, Carl Theodor Dreyer llevó a la pantalla la obra teatral Anne Pedersdotter, del autor noruego Hans Wier-Jenssen. La obra se inspiraba en personajes y acontecimientos reales que tuvieron lugar en una pequeña parroquia danesa a finales del siglo XVI. El film fue estrenado en Copenhague el 13 de noviembre de 1943, en el momento más oscuro de la ocupación alemana de Dinamarca. La película estuvo pocos días en cartelera. En estos momentos de crisis y convulsiones, la afluencia de público a las salas cinematográficas era altísima: la gente quería divertirse y olvidar. A pesar de ello, Dreyer se encontraba plenamente satisfecho con su trabajo y con el resultado final: su coherencia artística y su honestidad personal estaban, nuevamente, por encima de todo.
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