Eilif Peterssen fue uno de los principales pintores noruegos de su generación. Hizo una aportación pionera a la pintura histórica, una forma realista de expresión, y al neorromanticismo. Eilif Peterssen mostró talento artístico desde muy joven, siendo sacado de la escuela para que pudiera concentrarse en la pintura. En 1871 estudió en Karlruhe bajo la dirección de Hans Gude y del pintor histórico, Wilhelm Riefstahl. Su interés por la pintura histórica se intensificó durante su estancia en Múnich, de 1873 a 1875, con Wilhelm Diez. Por ello Peterssen se convirtió en el principal pintor noruego de ese género, sacando motivos de importantes acontecimientos de la historia escandinava y de la Biblia.

A diferencia de la mayoría de los pintores noruegos, Peterssen no fue a París a comienzos de la década de 1880, prefiriendo Italia, donde pintó una serie de cuadros de género realista en gran escala, en Roma y en Capri. En 1886, Peterssen participó en el famoso verano de Fleskum, en las inmediaciones de Christiania, donde dieron el tono paisajes nocturnos de ambiente sombrío sin demasiados detalles. En la última década del siglo pintó una serie de obras neorrománticas, incluidas algunas de Normandía. Eilif Peterssen pintó asimismo cierto número de excelentes retratos: la pintora Harriet Backer (1878); el compositor Edvard Grieg (1891), y el poeta Arne Garbog (1894) A principios del nuevo siglo, su obra exhibió en gran medida una forma de expresión sobriamente realista.