El rostro (1958)

de Ingmar Bergman

Ingrid Thulin y Max von Sydow


Mediados del siglo XIX. Un vehículo sumergido en la niebla traquetea hacia la ciudad. Dentro viajan una troupe de artistas ambulantes liderada por el Dr. Vogler, mago e hipnotizador al que acompañan una bruja anciana, experta en pócimas de amor, y su mujer, que ejerce de ayudante de Vogler vestida de hombre. Al pasar en una ciudad se convierten en el blanco de las burlas y humillaciones de un comité encabezado por el cínico Dr. Vergerus, consejero médico, quiénes le piden a Vogler que les conceda una representación. En la mansión, aquella noche, reina una pesada atmósfera de sortilegio. Al día siguiente tendrá lugar la representación delante de todos los invitados...

El lenguaje simbólico predomina en esta película que fue motivos de vivos debates en las columnas de los diarios suecos debido a su figura de artista martirizado semejante a Cristo (en interpretación de Max von Sydow). En esta cinta, quizá más que en ninguna otra parte de la obra de Ingmar Bergman, el artista destaca unas veces como servidor del templo y mago consagrado y respetado, y otras, como marginado y como ilusionista y prestidigitador despreciado.


 

 El rostro (1958)

Ansiktet

Dirección y Guión: Ingmar Bergman

Fotografía: Gunnar Fischer

Música: Erik Nordgren

Producido por Svensk Filmindustri

Intérpretes: Max von Sydow, Ingrid Thulin, Gunnar Björnstrand, Bibi Andersson, Erland Josephson, Naima Wifstrand