Erik Werenskiold

(1855-1938)

 

Werenskiold recibió su primera formación artística en la Real Escuela de Dibujo de la capital, y después, en la academia de Múnich de 1873 a 1878. En 1881 siguió a los otros pintores noruegos a París, donde estudió durante dos años. En el invierno de 1888-1889, estudió con Léon Bonnat y Alfred Roll en la capital francesa. Estaba descontento con el tono de gran maestro existente en Múnich y se sentía más atraído por los pintores naturalistas y paisajistas franceses. También tenía vinculos con los impresionistas, sobre los que escribió un artículo ya en 1882.

Retrato de la pianista Erika Nissen (1892)

En el arte noruego, Werenskiold representa ante todo una tradición naturalista, a la que permaneció fiel durante toda su vida. Varios de sus cuadros, tales como Pastores en Tåtøy, Desde Telemark (1883), y Entierro campesino (1885) se han convertido en símbolos nacionales. Después de varias estancias en París hacia finales de siglo, se adaptó a la pintura ambiental de entonces. En 1908, Paul Cézanne, en especial, produjo una enorme impresión en Werenskiold, que comenzó a resaltar más el color como medio de conseguir un efecto espacial y colorista.

Retrato de Henrik Ibsen (1895)

Werenskiold ya había comenzado su carrera en 1875 como uno de los principales dibujantes e ilustradores noruegos de los cuentos populares de su país, Sagas de los reyes nórdicos, de Snorri Sturluson, y de algunos de los principales libros de entonces. Sus ilustraciones de los cuentos populares elevó ese arte en Noruega a un nivel que jamás ha sido superado. Werenskiold estuvo vitalmente interesado tanto en la política como en la cultura, participando con frecuencia en los debates de la prensa, y dio el tono entre los principales artistas e intelecuales de la época.

© Aurora Boreal 2002