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Dinamarca es un Estado situado entre los 54 y 58 grados de latitud norte y los 8 y 15 grados de longitud este. Además de Dinamarca propiamente dicha, el Reino de Dinamarca comprende las Islas Feroe y Groenlandia.
Dinamarca está compuesta por la península de Jutlandia (Jylland) y por 406 islas de las cuales 80 están habitadas. Selandia (Sjælland), donde se encuentra la capital, Fionia (Fyn), y la isla que forma el norte de Jutlandia (Den Nørrejyske Ø) al norte de Limfjord, son las islas mayores y más habitadas. Dinamarca está delimitada al oeste por el Mar del Norte mientras que las islas separan el Mar Báltico (Østersøen) del estrecho de Kattegat. Las islas danesas se encuentran, por tanto, en la vía marítima que une el Báltico con los océanos del mundo y, a su vez, en la vía comercial que une los países nórdicos con Europa central. Esta situación ha marcado las condiciones de desarrollo del comercio, así como las estrategias políticas y militares emprendidas a lo largo de la historia del país.
Administrativamente, el país se divide en 14 provincias y 275 municipios, entre los cuales dos (Copenhague y Frederiksberg) gozan de un estatuto especial. Ya en el siglo X queda Dinamarca unificada en un solo reino. Desde entonces ha sido un país independiente y es, por tanto, uno de los Estados más antiguos de Europa. Su régimen político es la democracia parlamentaria con un monarca como jefe de Estado. El sistema de producción es capitalista (economía liberal) y las empresas y la producción son de propiedad privada. El Estado y demás autoridades públicas ejercen, sin embargo, un papel regulador considerable y prestan un gran número de servicios a los ciudadanos.
Dinamarca es un país industrializado. El nivel de vida es uno de los más altos del mundo y la diferencia entre ricos y pobres menor que en muchos de los países con los que tradicionalmente se compara.
Dinamarca es miembro de la Unión Europea. Desde un punto de vista económico y político, la cercanía de Alemania siempre ha orientado el país hacia el sur, aunque la estrecha cooperación con Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia, países con los que Dinamarca ha creado una unión de pasaportes, también la une con los países nórdicos.
El país tiene una longitud costera total de aproximadamente 7.300 km y una frontera terrestre de 68 km. Dinamarca es eminentemente un país llano, donde el punto más alto es de tan sólo 173 metros sobre el nivel del mar, aunque el paisaje sea ondulado y variado. Sólo excepcionalmente se hallan zonas de naturaleza virgen, ya que la actividad humana se manifiesta en la mayoría de los lugares del país. Fértiles paisajes formados por suelos arcillosos y arenosos de origen morrénico caracterizan la orografía del país. Únicamente en la isla de Bornholm predomina el terreno rocoso.
Dinamarca es pobre en minerales. No obstante, se extrae cal en grandes cantidades para la producción de cemento y, en el Mar del Norte, la extracción de gas y petróleo supera las necesidades de consumo del país.
La mayor parte de la superficie de Dinamarca, aproximadamente el 64%, está cultivada. El 12% está cubierto por bosque de hoja caduca y de coníferas, constituyendo los prados, las landas, las marismas, los pantanos, las dunas y los lagos aproximadamente el 10% del territorio. Las superficies urbanizadas y de circulación cubren aproximadamente el restante 13%. El clima es templado y normalmente las precipitaciones cubren las necesidades de agua.
El número de habitantes es de unos 5,3 millones y la densidad de 125 habitantes por km2. Alrededor de 300.000 habitantes son inmigrantes. También existe una minoría alemana en el sur de Jutlandia. El danés es la única lengua oficial en todo el país y la gran mayoría de los habitantes son miembros de la Iglesia Nacional Protestante desde su bautismo en la primera infancia. Ello hace que Dinamarca sea muy homogénea, tanto desde el punto de vista nacional como cultural.
El 85% de la población vive en las ciudades. El área metropolitana de Copenhague cuenta con 1,8 millones de habitantes, siendo la segunda ciudad del país Århus, con 215.000 habitantes. Por lo demás, el resto de la población se agrupa en ciudades medianas.
Dinamarca cuenta con una agricultura muy desarrollada y produce un excedente importante de productos alimenticios elaborados que se exportan a otros países. La producción industrial está muy diversificada, teniendo en cuenta el tamaño del país. Entre los productos que han hecho a Dinamarca internacionalmente conocida, pueden mencionarse, aparte de los productos agrarias, la cerveza, los medicamentos, los muebles, los buques, los molinos de viento y los productos procedentes de una industria del metal muy avanzada.
Tanto la agricultura como la industria son altamente productivas. La agricultura y la pesca sólo emplean al 4% de la población, mientras que la industria y la construcción emplean al 24%. El restante 72% está empleado en el sector de servicios, que a su vez se reparte en un 31% para el sector público y un 41% para el sector privado, por ejemplo en el tradicional sector naviero.
Dinamarca está dotada de una densa red de comunicaciones. La red de carreteras es buena en todo el país, el tráfico ferroviario y el aéreo ofrecen un transporte rápido y las islas están comunicadas por líneas regulares de ferries y por numerosos puentes. Kastrup, cerca de Copenhague, el mayor aeropuerto internacional del país, es además nudo del tráfico aéreo entre Dinamarca y los demás países escandinavos.
La economía danesa es abierta y el comercio con el mundo exterior, muy importante. Así, la importación y la exportación de mercancías y servicios constituyen respectivamente el 33% y el 35% aproximadamente del PIB (1998). Alrededor del 70% de los intercambios comerciales se llevan a cabo con los demás países de la UE, mientras que el resto se reparte entre un alto número de socios comerciales, siendo los Estados Unidos y Noruega los más importantes.
© Bue Nielsen (texto)