A principio de los ochenta irrumpieron
los dos nombres más espectaculares de la generación,
quienes también construirían las carreras más
sólidas. Son, por supuesto, los hermanos Aki y Mika Kaurismäki.
Se ha dicho muchas veces que las primeras películas de
los Kaurismäki, el cortometraje El
mentiroso (Valehtelija, 1981) y el largometraje Los
indignos (Arvottomat, 1982), coproducciones con Aki como
guionista y actor y Mika como director, llegaron como una bocanada
de aire fresco al panorama del cine finlandés después
del pesado realismo y del histrionismo de los setenta. Fueron
películas que abrevaron en la vasta tradición del
cine internacional, dejando a un lado cualquier demanda de naturalismo
para ofrecernos en cambio un mundo construido de elementos de
nuestros recuerdos y sueños.
![]() |
![]() |
A poco de comenzar los hermanos tomaron rutas separadas, en términos de estilo y de producción. Desde principio de los noventa cada uno produce sus películas independientemente en su propia compañia. Mika ha encarado la carrera de realizador profesional, siguiendo los géneros clásicos y produciendo con criterios internacionales: el film gangsteril en Helsinki Napoli All Night Long (1987), el de aventuras en Amazon (1990), la comedia romántica en Colgados en Los Angeles (L.A Without a map , 1999). Su género más afin es sin embargo el road movie, siendo Rosso (1985) hasta ahora su película más original. Se trata de un inverosímil pero fascinante relato sobre el viaje de un sicario de la mafia italiana a través de las vastas planicies del noroeste finlandés. Los personajes de Mika suelen estar en marcha, son los fuera de lugar, los sin techo. Como decía el lema de "Los indignos", partir es vital. Después de haber estudiado en Munich y trabajado en Europa y América, Mika ha encontrado su propio sitio en Brasil, donde ha hecho dos documentales: Tigrero, un film jamás realizado (1994) y Moro no Brasil (2002). Su último largometraje, Honey Baby (2002) es otra road movie con Henry Thomas y Irina Björklund como protagonistas.