La palabra (1955)
de Carl Theodor Dreyer
basada en la obra teatral de Kaj Munk
Una pequeña comunidad de la Jutlandia
occidental, hacia 1930. El viejo Morten Borgen dirige la granja
de Borgensgaard. Tiene tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders.
El primero está casado con Inger y tiene dos hijas pequeñas,
aunque en estos momentos Inger está embarazada y esperan
el tercero. Johannes es un antiguo estudiante de teología
que, por haberse imbuído en sus estudios (sobre todo en
Kierkegaard), e identificarse constantemente con la figura de
Jesucristo, es considerado por todos como un loco. El tercero,
Anders, está enamorado de la hija del sastre, líder
intransigente de un sector religioso rival. Tal circunstancia
revitaliza la discordia que siempre ha existido entre las dos
familias, ya que ninguna ve con muy buenos ojos que sus hijos
contraigan matrimonio. Sin embargo, Morten Borgen decide ir a
casa del sastre para exponerle la situación y tratar de
convencerle con el fin de que disminuya su intransigencia. La
tentativa termina en un gran fracaso, y las familias quedan más
enfrentadas, si cabe. Durante la charla que ambos padres mantienen,
suena el teléfono: es Inger que está dando a luz.
Morten y su hijo se apresuran a retornar a su casa y se encuentran
al doctor, que les expone las dificultades que está teniendo
para llevar a buen fin el alumbramiento, ya que el niño
está muerto y va a ser difícil salvar la vida de
Inger. El viejo Borgen reza, pero sus peticiones no surten efecto:
Mikkel, apesadumbrado, anuncia a todos la muerte de su esposa.
El día del funeral, llega el sastre a Borgensgaard con
su mujer y su hija para reconciliarse con Borgen y conceder la
mano de Anne a Anders, También están presentes el
doctor y el pastor de la comunidad. Éste pronuncia una
pequeña homilia por el descanso de la finada y, en el momento
en que se disponen a cerrar el ataúd, entra en la estancia
Johannes, que reprocha a todos su falta de fe: ninguno de ellos
pide a Dios que devuelva la vida a Inger, ya que ninguno cree
de verdad. Toma la mano de su sobrina mayor, a quien Johannes
prometió que su madre resucitaría, y ordena a la
muerta, en nombre de Jesucristo, que vuelva a la vida. De inmediato,
Inger abre sus ojos y se incorpora en el ataúd. Abraza
y besa a su esposo con gran pasión.
El problema de la fe, que ocupara buena parte de la reflexión
danesa durante el siglo XIX y que diera a luz al filósofo
de la religión Søren
Kierkegaard, es también una de las principales fuentes
de inspiración del cine nórdico. En Dinamarca nació
y vivió uno de los directores más importantes del
siglo pasado, Carl
Theodor Dreyer, cuya Juana
de Arco es una de las obras capitales del período mudo
y cuyo film La palabra (Ordet,
1955) es una de las películas religiosas más hermosas
e impresionantes de la historia del cine. Carl Theodor Dreyer,
llevó a la pantalla la pieza del pastor y dramaturgo Kaj
Munk estrenada en el teatro Betty Nansen de Copenhague en 1932.
En ella Johannes, su protagonista, que en su juventud enloqueció
por su excesivo celo en el estudio de Kierkegaard, cree ser Jesucristo,
y operará, gracias a la fe de su pequeña sobrina,
el milagro de la resurrección de su cuñada y madre
de la niña, quien dando a luz prematuramente su tercer
hijo había muerto en el parto. La ciencia, representada
por el expeditivo médico, y la religión oficial,
encarnada en el nuevo pastor del poblado, descreen de cualquier
milagro y del poder de la fe. No así la niña, cuya
confianza en su tío suscitará gracias al milagro-
no sólo la reconciliación entre las dos familias
que por su disidencia en cuestiones religiosas no dejaban que
sus respectivos hijos se casasen -y así, con la conciliación,
el matrimonio de los jóvenes enamorados-, sino también
la apertura a la fe del padre de la niña, un agnóstico,
pero muy cercano a Dios por su bondad, según el decir de
su creyente esposa, quien confiaba en la eficacia de la oración
y por ello sabía que su marido abrazaría la fe.
La película fue presentada en el Festival de Cine de
Venecia, en la que el cineasta danés obtuvo el León
de Oro por este film y por todo el conjunto de su obra. En la
actualidad, está considerada como una de las mejores películas
de la historia del cine.