Tras haber publicado tan solo cuatro novelas y una antología de relatos cortos, Peter Høeg (Dinamarca, 1957), parece haberse situado en lo más alto del firmamento literario danés, y con el inusitado éxito de crítica y público en el mundo entero a raíz de la publicación de La Señorita Smila y su especial percepción de la nieve, despuntando como uno de los novelistas más prometedores de los años 90 a nivel mundial. Tal vez parte de este indiscutible éxito haya que buscarlo en la sabia mezcla de estilos, en el deambular entre la ficción y la ciencia, entre sentimiento y razón, que demuestra saber dominar este joven autor, y en su sincera preocupación por el ser humano, que puede entenderse como la expresión de un miedo fundamental que atraviesa el mundo contemporáneo, el miedo a que el mal venza al bien, a que el amor tenga que claudicar ante la maldad. En definitiva,, el difícil equilibrio que Peter Høeg sostiene, entre su afán por destapar los horrores más manifiestos y el velo de razón abstracta en el que parece querer envolver estos mismos horrores, nos ofrece una crítica fundada de nuestra civilización contemporánea en la que prevalece la lucha por encontrar la legitimidad moral. Peter Høeg siente una especial predilección por los personajes extremos, por los parias de la sociedad, sean éstos, el niño gordo de la clase o la enigmatica Señorita Smila, unos personajes que, gracias a su credibilidad y a su capacidad de experimentar los conflictos planteados por su autor, hacen que la narración crezca y se desarrolle por sí sola a su alrededor.
© Ana Sofía Pascual
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En 1700, un noble danés, el conde de Moerkhoej, descubre, siguiendo las pautas de Paracelso, el lugar exacto del punto central del cosmos: ¡cerca de un montón de estiércol en la entrada de sus caballerizas! Doscientos años después, en la Nochevieja de 1900, nace en esa mansión aislada, en la que se han detenido todos los relojes y se ha cortado, por voluntad del conde, toda relación con el mundo exterior, Carl Laurids, hijo adoptivo del administrador de la finca, que junto con el amor descubre la fugacidad del tiempo. En otro lugar, en contrapunto, vive la familia de los Teander, nuevos ricos en posesión de un imperio periodístico para quienes, en cambio, el tiempo es oro. Amalie, la nieta, siempre en busca de una verdad superior, se casará más tarde con Carl. Todos estos y otros personajes imaginan en cierto modo su propia historia, que, en conjunto, condensa aquello que hemos temido, deseado y soñado a lo largo de nuestro siglo. |
Un día, poco antes de Navidad, la señorita Smila de regreso a su casa encuentra muerto en la nieve a su vecino y amigo, el pequeño Isaías. La versión oficial es que debió de resbalar y caerse. Pero Smila, que le cuidaba a veces y sentía especial ternura por él, sospecha que no es así. Los dos pertenecen a la pequeña comunidad de esquimales groelandeses que viven en Copenhague. Y Smila es, además, experta en las propiedades físicas del hielo. La investigación que lleva a cabo en privado acerca de la muerte de Isaías la conduce a la misteriosa muerte del padre de éste en una expedición secreta a Groenlandia, misión encomendada por una poderosa empresa danesa involucrada en una extraña conspiración que se remonta a la segunda guerra mundial. Difícilmente podrá el lector esquivar la fascinación que ejerce sobre él la compleja naturaleza de Smila, a la vez inteligente, reflexiva, sensible, impulsiva y rebelde, y acompañada con el alma en vilo en su oscura, intensa, extraordinaria aventura. |
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Después de escapar de unos traficantes de animales, Erasmus es capturado y sometido a una misteriosa y casi clandestina serie de experimentos. Los etólogos Adam Burden y su hermana Andrea, quien trabaja para una fundación de protección de la fauna, se dan cuenta de que Erasmus es, en verdad un sorprendente hallazgo que les brindará prestigio profesional: un simio antropoide de gran inteligencia. Sus planes se trastornan cuando Madelene, la esposa alcohólica de Adam, descubre en Erasmus a un semejante, cuyo sufrimiento y cautiverio reflejan de algún modo el suyo. Madelene deja de beber, se enfrenta a las bellaquerias del marido y huye con Erasmus. Logran comunicarse, pues Erasmus aprende rápido y puede hablar, hacen el amor en la copa de los árboles y disfrutan de una suerte de idilio edénico. Pero Adam, nombrado director del zoológico, prepara un discurso que, una vez más, les cambiará la vida. |
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