Aquí termina mi relación con el cine. Ingmar Bergman, admirado y estudiado cineasta sueco, pronunció esta frase en 1983, nada más terminar el rodaje de Fanny y Alexander, la película que le dio su tercer Oscar. Inquieto o, más bien, hambriento, ya que siempre ha mantenido que su pasión creadora procede de sus tripas, no pudo mantener su promesa. Siguió haciendo cine, aunque fuera para televisión. Su última película, Sarabanda, estrenada hace dos años en la televisión sueca, se estrena ahora en las pantallas. Se presenta con ese halo que rodea a las piezas de valor histórico. El título de este duro filme procede del cuarto movimiento de la Suite número cinco para violonchelo de Bach, un tema musical que marca el tono dramático que envuelve a la cinta. Bergman vuelve a contar con dos de sus actores fetiches, su ex mujer Liv Ullmann, de 66 años, y su fiel amigo Erland Josephson, de 82. Ambos interpretaron hace tres décadas a una pareja que se separaba al final de Secretos de un matrimonio -prestigiosa serie de televisión que también se pudo ver en cines de media Europa- y ahora tienen la ocasión de retornar a sus papeles en Sarabanda.
La película muestra su reencuentro, ya en la vejez, tras tanto tiempo sin saber el uno del otro, lo que provoca el inicio de un doloroso drama familiar, que, como es costumbre en Bergman, desemboca en una desasosegante historia con múltiples lecturas. Pese a que tiene los mismos protagonistas y el mismo director, es una película independiente, afirma Josephson, que vuelve a exhibir sus dotes de actor sin disimular sus problemas con el Parkinson. Y es que, el tiempo también pasa factura a los genios. Como a Bergman, que mostró su inquietud durante un rodaje que llevó a cabo con 85 años: Es absolutamente demencial rodar una película a mi edad. Desde hace tres años Erland tiene Parkinson y ha sufrido dos embolias, Liv está enferma del corazón y Börje tiene fastidiados los tendones del cuello, por lo que no puede realizar algunas tomas. Me han escrito periodistas para asistir al rodaje. Creen que voy a morir en cualquier momento detrás de la cámara y que sería fenomenal poder documentar mi agonía.