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Las runas surgieron, como instrumentos sagrados
de adivinación y protección, en tiempos en que
la magia era parte de la vida cotidiana. Hoy en día, entrar
en contacto con ellas nos proporciona las pistas necesarias para
aclarar nuestro espíritu y nuestra mente, tomar decisiones
acertadas y optar por el camino más apropiado en un momento
determinado. La información es recibida a través
de las interpretaciones de cada runa, lo cual estimula la apertura
de otros canales de comprensión más profundos.
Parte de la magia de las runas reside en su gran flexibilidad,
en la capacidad de adaptarse a los requerimientos del momento
de cada quien y en su utilización sorprendentemente fácil.
Eso hace que en esta Nueva Era que nos toca vivir se afiancen
cada día más como un verdadero método para
el conocimiento interior.
Las runas pueden convertirse en instrumentos
para el propio conocimiento. A través de su significado
oracular, nos manifiestan aquello que está por venir,
al tiempo que describen una coyuntura actual en profundidad e
indican las causas por las cuales las circunstancias que vivimos
son de una manera u otra. Desde un punto de vista espiritual,
nos encaminan hacia un sendero de vida, siempre en pos de nuestra
evolución.
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