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Las cuatro piezas recogidas en Teatro de cámara, escritas en 1907, representan el máximo esfuerzo innovador de Strindberg, uno de los nombres más significativos de la historia del teatro. Son obras de madurez en la que la muerte es una constante preocupación, a veces liberadora. Obras en las que el autor huye de quedar encasillado escribiendo siempre el mismo drama naturalista. Fueron escritas para el Intima Teatern, un teatro fundado por el propio Strindberg, según el modelo de los de cámara que se prodigaban en Centroeuropa, para la representación de obras de vanguardia. Strindberg se propuso con esta experiencia adaptar al teatro el concepto de la música de cámara; es decir, un tema limitado y concreto, tratado en profundidad por una compañia pequeña. Las claves habituales del gran dramaturgo sueco - la vida como corrupción, la culpabilidad, la primacía de la ilusión sobre la realidad, la relación entre sueño y vigilia - son tratadas con un nuevo lenguaje, no menos contundente, y con un elevado simbolismo. Si La tormenta - la transitoria aparición turbolenta del pasado en la vida apacible de un anciano - puede considerarse todavía una obra de transición, La casa incendiada, con mayor carga simbólica y de estructura más musical, significa la ruptura definitiva con los modos tradicionales. Las vidas de los personajes, estrechamente entrelazadas, forman una complicada red, cuyo diseño final es revelado por el fuego purificador. Ese mismo fuego purificador que en El pelícano, obra dominada por la formidable figura de la madre, permite la vuelta a la inocencia de la infancia. La correspondencia musical se acentúa en La sonata de los espectros, alucinante viaje de un genio visionario al mundo de los muertos, un arrancar las caretas de las falsas apariencias que nos ocultan la realidad y que ha servido de inspiración al teatro del absurdo. |
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August Strindberg es uno de los más importantes dramaturgos que ha dado la historia del teatro. Nació en Estocolmo en 1849. Fue maestro, actor y periodista. Vivió en Francia, concretamente en París, y en Suiza. Tuvo una vida agitada y atormentada, con profundas crisis personales que afloran en la trama de sus piezas teatrales. Se casó y se separó en tres ocasiones. Cultivó la novela, el drama histórico y el teatro. En sus obras dramáticas se aprecia la influencia de Nietzche, Rousseau y del socialista utópico Fourier. Strindberg murió en Estocolmo en 1912. |