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Josep Esteve nace en Algemesí (La Ribera), en 1946, y su primera formación artística fue junto al escultor local Leonardo Borràs. Después de un periodo dedicado a la agricultura, se licenció en Bellas artes, donde recibió las enseñanzas de profesores como Felip Garín, Francesc Lozano, Lluís Arcas y Josep Amérigo, entre otros. En 1973 obtuvo la beca de paisaje del Paular, en Segovia, y más tarde su mirada fue empapándose de la obra de pintores de todo el mundo. Esto ha hecho que finalmente la obra de Esteve Adam se haya convertido en un trabajo con un lenguaje muy personal.

Su obra se encuentra constituida por bodegones, retratos y, especialmente, paisajes. Y, si bien ha pintado tierras de Galicia, de Castilla o de Murcia, el territorio valenciano y, particularmente, el marjal que rodea la Albufera -pero no solo-, se ha convertido en un tema muy presente en su pintura. Ganador de numerosos premios en el Estado español, el 1984 fue distinguido con el premio de Pintura BMW. Pero también cuenta con el premio Bacardí o el premio Barceló de pintura, entre otras.

Por otro lado, sabemos que el pintor de la contrarreforma Francisco Ribalta llegó a Valencia de la mano de Juan de Ribera para trabajar en la capilla del Colegio del Corpus Christi. Pero antes, y a modo de prueba, se le destinó a Algemesí, para ver qué tal resolvía el encargo y ver si estaba preparado para trabajar en Valencia. Su obra en Algemesí fue el inicio de su brillante obra durante el Barroco de la etapa más naturalista. Ribalta legó a Algemesí una obra de incalculable valor.

Para Leticia Ruiz Gómez, Jefa del departamento de Pintura Española del Renacimiento del Museo Nacional del Prado de Madrid, el conjunto de Algemesí es el más ambicioso encargo que hasta la fecha había conseguido Ribalta, en un momento de madurez plena y en donde recuperó de forma muy explícita las enseñanzas aprendidas en el El Escorial (lahornacina.com).