LA PASIÓN

 

A veces las canciones cruzan el aire de un concierto, o las estrías de un disco en las horas tranquilas de la media tarde, y se convierten en libro. Y si el libro es lo que debe ser, escucharemos las dos músicas juntas y por separado, como en esa perfecta estereofonía que surge de las entrañas de un poema. Hasta ahora era Maria del Mar Bonet un montón de discos imprescindibles. El tiempo es la gente que lo va llenando y el nuestro se fue llenando de libros y canciones, de revoluciones que se quedaron en el camino, de una voluntad creímos a ratos que implacable de hacer coincidir -como adolescentes rebeldes- la realidad y los deseos. Alguna gente, aquella misma que anduvo en el tajo de construir un tiempo que luego fue lo que le dio la gana, nos ha dejado una obra que necesitamos como al agua. Esa obra nos ha ido llegando en los más diversos formatos. Y en todos ellos la hemos disfrutado como niños curtidos en la nocilla y chupachups antes de que se inventaran los MacDonalds. Todo este rollo viene a cuento de dos noticias y una invitación. Primera noticia: el periodista Emilio Garrido acaba de publicar Voz de mar/Veu de mar, un libro que a simple vista es una entrevista mantenida por él mismo con Maria del Mar Bonet. Y digo a simple vista porque hay en sus páginas espléndidas más que una trascripción exacta de las conversaciones entre la cantante y el periodista a lo largo de varios días en diferentes escenarios. Hay, sobre todo, la pasión de quien pregunta y la de quien, más que responder a cuestionario alguno,  se erige, poco a poco, en autora a corazón abierto de su propia biografía. Pocas veces he leído algo parecido y aún menos veces he constado unos resultados tan gratificantes. La segunda noticia es que el libro aparece en una nueva editorial: Efectovioleta. La dirige con un entusiasmo a prueba de bomba la periodista Pilar Algarra. Ojalá la suerte sonría a un empeño que no admite fisuras y la prueba es la apuesta por la seriedad y el rigor que supone la aparición de este libro que les cuento. La edición es en bilingüe castellano-catalán. O castellano-valenciano. O yo qué hostias sé a estas alturas de tanto debate lingüístico tan inútil como absurdo. No se me olvidaba la invitación aunque perfectamente podría obviarla después de lo dicho: lean ustedes este hermoso texto. Y pongan en su lectura la misma pasión que los autores han arriesgado en su escritura. Y si de fondo tienen el tocadiscos a todo trapo con las canciones de Maria del Mar Bonet, la cosa rayará el clímax. Que qué climax: eso ya no es asunto de este Fahrenheit. Ustedes sabrán, ¿no? Pues eso.