ESCRITA AHÍ, ESA MEMORIA
La leña echada al fuego del milagro.
Edmond Jabès
Escribimos dónde. Adónde. Desde qué lugar miramos para narrar lo acontecido. Miguel. Lejos de todo, de la muerte también, de los entierros clamorosos cantados en silencio. O a gritos. Escarbar en la tierra y hallar en lo más hondo, ciego como el duende de Marx en un poema malo como los suyos, el cuerpo boca abajo, como si huyera de qué, de la oscuridad o de la luz, boca abajo y ciego. Así
Buscas en los hierbajos de la ausencia. Qué. El principio. Los rumores del incienso. La plegaria rendida a los pies de las estatuas. Los santos. Venir de ahí y afirmar la fe de los confesos. Convictos de una infamia adolescente. La vestimenta pulcra de la misa diaria. Una flauta de pastor en la imposible postal de lo folclórico: el joven Rimbaud entre las cabras. Figuras de barro, impasibles, sin ánimos ni vida, islas. Algún libro suelto por las trochas domadas de las bestias. Mira lo que hay ahí, fuera de la tumba. Miguel. Fuera de
La tumba que se abre y hay un cuerpo abajo. En lo más hondo. Escrito en el barro de otro siglo. Un tiempo devastado, inconcluso como todos los tiempos, violento igual que las traiciones: buey humillado en las parábolas marrones de los montes. Ser eso para indagar más tarde y descubrir que la revolución es un pájaro sin alas, caído y recaído, hueco por dentro y enfermo de halitosis, como si las tripas las tuviera podridas. O algo parecido. Bajo la tierra, la revolución. Miguel. Como el cuerpo ciego. Como la tierra ciega. Como el pájaro podrido por dentro. Como la poesía no
Pues qué hacer si las cartas no llegan. Si el verso se agarrota vilmente en la renuncia. Sacarlo de ahí, del hedor y de la náusea. Escribirlo de nuevo en la tierra de antes, donde no llegaba el humo del cansancio, cerca de la lejana, imposible victoria, cuando el poema era fuerte y era como la leña echada al fuego del milagro. Imaginar que hay algo más allá de la derrota. Por ejemplo, vida. La rabia de Max Aub por tanto olvido. La memoria, Miguel. Boca abajo. En la tierra. En el barro de la tumba. Escrita ahí, esa memoria.
Aquí.
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Para la exposición-libro “Voces de papel. Luces de hiel”. Homenaje a Miguel Hernández. Noviembre-diciembre 2010.