VIDA Y MILAGROS A LA SOMBRA DEL PHOTOSHOP

 

Decía Walter Benjamín que sólo con los recuerdos no se puede hacer una biografía. Y tenía razón. La memoria está llena de lagunas y para construirla entera vamos rellenando esas lagunas. Muchas veces ese material de relleno lo inventamos. Por eso es bien sabido que la memoria siempre será una memoria incompleta. Y no sólo eso sino que habremos de andar con mucho cuidado a la hora de darla como absolutamente buena. El territorio de la realidad y el de la ficción se juntan a la hora de establecer un paisaje común en el que ninguna de las dos (ni la realidad ni la ficción) mientan. La imaginación ayuda a comprender muchas veces los puntos oscuros donde no llega la investigación, dicho esto, evidentemente, con todas las cautelas del mundo. Escribir novelas no es lo mismo que escribir libros de historia. Pero el trabajo de novelistas e historiadores se junta en un objetivo común: llegar a la verdad de los hechos cada uno por su camino. Ese camino nunca habría de ser el del engaño. Inventar no quiere decir mentir. Lo decía Antonio Machado: la realidad también se inventa. Pero eso no supone que necesariamente cuando inventamos mentimos. Aunque a veces sí. A veces alguien se inventa algo con la intención aviesa del engaño. Y confunde la biografía con los recuerdos amañados. A veces, también, alguien no sólo olvida detalles importantes a la hora de escribir su biografía sino que los olvida aposta. Por ejemplo, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
Hace unas semanas buscaba yo para un artículo un detalle sobre esa señora. No sabía si había presidido la Federación de Municipios y Provincias en su demarcación valenciana o española. Me metí en google. Escribí “Rita Barberá”. Salió su biografía en varios sitios y había una que parecía la oficial. Y me quedé de piedra. El título era: La política, vocación de servicio. Me temí lo peor. Y acerté. El primer párrafo era para echar a correr o acudir directamente a denunciar la impostura en el juzgado de guardia: Desde su actividad en el periodismo, Rita vivió apasionadamente los primeros años de la transición y siempre tuvo clara su vocación por la “res pública”. Sus inquietudes políticas le (así: “le” en vez de “la”) llevaron en 1976 a ser co-promotora y co-fundadora del actual Partido Popular. Nada menos. Menudo maquillaje de nuestra primera dama. Una biografía que empieza con un olvido flagrante. El maquillaje que oculta una militancia ultramontana. Esa señora fue fundadora de Alianza Popular, el sector más ultra tras (o a la vez en muchos de sus postulados) la Fuerza Nueva de Blas Piñar. Su mentor era Fraga Iribarne. La Transición se hizo a pesar de ella y, eso sí, de quienes luego fueron y son sus compañeros en el Partido Popular. Sin embargo, ahora, esa tropa que entonces renegaba de las reformas democráticas que aquellos tiempos convulsos imponían con los miedos de unos (izquierda) y los recelos de otros (derecha) se erige ahora en la salvaguarda de la democracia y en la defensa a ultranza de aquella Transición que negaron con la fiereza de quienes se sabían herederos de la dictadura franquista.
Una cosa es completar una biografía con lo que recordamos vagamente y otra muy diferente y canalla echar mano del relleno sabiendo que lo que cuentas de ti mismo o lo que cuentan otros con tu autorización es mentira. Ni recuerdos ni nada: sólo la voluntad cínica de engañar a quien se te ponga por delante. Milagros del Photoshop en esa biografía borrosa de la alcaldesa. Se borra de su currículum antidemocrático su papel fundador de un partido que se negaba a abjurar del franquismo y se convierte a la mujer en la heroína de una victoria democrática cuyas esencias ella detestaba. Por eso, entre otras cosas, se muestra enemiga furibunda de quienes pretendemos recuperar la Memoria Histórica. Ella y muchos como ella forman parte o descienden de los protagonistas del horror. Y echan mano de biografías falsas para enmascarar el papel nada honorable que jugaron en la siniestra carnicería de aquellos años oscuros. A este paso acabaremos convencidos de que la democracia de ahora la inventaron ellos, los del PP y gentes como Rita Barberá y sus compañeros de militancia acérrima contra aquella democracia. “El largo y cálido verano” se despide esta semana. Hasta el próximo agosto nos seguiremos viendo donde siempre, en otros rincones de estas páginas. Y vayan con ustedes todos los abrazos.