Levante - 12 de abril de 2005

 

El escritor Alfons Cervera vuelve al terreno de sus mejores novelas con su nuevo libro Aquel invierno, que se integra así en el ciclo sobre la Guerra Civil, aunque se centre más en las consecuencias tras el final de la contienda, en la posguerra.

El novelista profundiza en temas que enlazan con sus novelas anteriores, El color del crepúsculo, Maquis y La noche inmóvil. Es por tanto la cuarta entrega de esta tetralogía. Que nos traslada el drama del exterminio que ejerció la dictadura franquista sobre los vencidos en los primeros años, con toda su crudeza . Por ello este libro presenta unos personajes bajo el peso del silencio, del pasado... sometidos y sin renunciar a su integridad.

Además, combina el punto de vista de un niño, a quien sorprenden la conductas de los adultos, o que no acaba de comprender las palabras a medias de sus familiares, o un simple cambio de nombre de un perro (de Durruti a Valiente...). Si La risa del idiota , también publicada por Ed. Montesinos, era de asunto contemporáneo, pero fustigaba el desplome moral de una sociedad en que campa la oligarquía y hace su ley por encima de la ley, en ésta asistimos a la dureza de la represión, y de ahí que la rabia moral sea el tono elegido por el autor, «más s rabioso» si cabe, se declara el autor, en este texto en el que prosigue una dolorosa indagación.

El paisaje sigue siendo el de Los Yesares y la Serranía, y algunos personajes ya los habíamos descubierto en Maquis o en otras partes de esta tetralogía. La cantera de la Guerra Civil y de la Posguerra no se han agotado. Y hay mucho por decir, como se comprueba en este nuevo libro.

Desde De vampiros y otros asuntos amorosos, Nunca conocí un corazón tan solitario, El domador de leones, Nos veremos en París, seguramente, Cervera se ha mostrado interesado sobre todo en personajes humanos, en conflictos de sentimientos y de su postura política o ética.

Aunque al final no se adaptara al cine Maquis, como se esperaba, Alfons Cervera no renuncia y se muestra fiel a su propio mundo y a sus criaturas de ficción.