Remedio Montero

 

A LA LUZ MORTECINA DE LA LUMBRE

 

Lo que no se recuerda es como si no hubiera existido. Eso lo sabe bien Remedios Montero, una mujer de setenta y ocho años que cuando era una adolescente se subió al monte para seguir luchando por la República con la gente de la guerrilla. Después de esa experiencia, pasó a Francia y en uno de los viajes para ayudar a sus camaradas del PCE a pasar la frontera fue delatada, detenida y estuvo ocho años en la cárcel. Luego pasó de nuevo a Francia y finalmente permaneció casi veinte años en Praga, con su compañero de guerrilla y de vida Florián García. Regresaron en 1978 y ahora ella acaba de publicar Historia de Celia. Memorias de una guerrillera antifascista . Son apenas cien páginas que cuentan lo que ella recuerda, sólo lo que recuerda porque ya se sabe que la memoria es selectiva y que muchas cosas se van quedando en el camino recorrido desde que empezamos el recuento. El libro es ese recorrido, desde que nace en un pequeño pueblo de Cuenca hasta ahora mismo. No hay grandilocuencia en sus palabras, antes al contrario: es como si Remedios Montero nos estuviera contando aquel tiempo como se contaban antes las historias: a la luz mortecina de la lumbre en los pueblos del monte. Ahí, en esa sencillez del relato encontramos la grandeza de un libro necesario. No había manera en este país de que la memoria de la izquierda asomara la cabeza por entre los silencios de la historia. Ahora parece que sí y montones de libros ocupan los estantes de las librerías. Entre esos libros destacan cada día más los que vienen directamente de la escritura llevada a cabo por quienes fueron los auténticos protagonistas de los hechos: esa gente que como Remedios Montero vivió los hechos que cuenta y ha sobrevivido para hacer un agujero en la telaraña obscena del olvido. “Me llamo Remedios Montero y nací en Beamud de la Sierra , un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca. En guerrillas mi nombre era Celia. No pensaba escribir nada porque la verdad es que no sé muy bien cómo hacerlo. Pero al fin mis amigos me han convencido de que lo haga, porque dicen que lo bueno de la Historia no es lo bonita que la cuentes sino escribir la verdad de los hechos”. Yo fui uno de esos amigos. Hubo muchos más y entre ellos quien puso más empeño fue Dulce Chacón: lástima que la puta muerte no le permitiera leer estas páginas que le están dedicadas. Aún está sobre la mesa del estudio el disquete con la inscripción “copia de Historia de Celia para Dulce”. No pudo leerla porque a veces el tiempo se nos va de las manos sin que nada ni nadie pueda impedir su huida. Pero aquí nos queda el libro de Remedios Montero. Contra el olvido. Machaconamente a favor de la memoria. Machaconamente.

 

Historia de Celia. Memorias de una guerrillera antifascista . Remedios Montero. Ed. Rialla-Octaedro.